Barcel¨® concluye su 'Capilla Sixtina' de la ONU

"Fracaso tras fracaso", Miquel Barcel¨® ha logrado, por fin, modelar en la sede de la ONU de Ginebra, con 35.000 kilos de color y mucho ingenio e ingenier¨ªa, una c¨²pula barrida por olas y afilada por miles de estalactitas que resume su idea del mundo: un planeta-cueva que re¨²ne a los hombres y que viaja al futuro. El pintor ha presentado hoy junto al ministro de Asuntos Exterires, Miguel Angel Moratinos, en la sede del Palacio de Viana, en Madrid, el resultado de su trabajo, que los Reyes y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, inaugurar¨¢n el pr¨®ximo 18 de noviembre y que cubrir¨¢ la c¨²pula elipsoidal de la Sala XX del Palacio de las Naciones de Ginebra.

Su "orograf¨ªa" del mundo, "dominada" por la fuerza de la gravedad, no es la "c¨²pula sixtina" de la ONU, "tengo demasiada devoci¨®n por Miguel Angel para que no me abrume much¨ªsimo esa comparaci¨®n", rechaza, pero s¨ª una c¨²pula "que tiende al infinito, que aporta una multiplicidad de puntos de vista", como la de El libro de Arena de Borges.

Le atra¨ªa "mucho" la idea de poner un mar revuelto, "una sopa de materia primigenia", encima de la cabeza del espectador, como el cielo en torbellino de los barrocos, y empez¨® a desarrollarla en septiembre del a?o pasado pensando que en Navidad habr¨ªa terminado, "pero ni siquiera hab¨ªa empezado".

Moratinos se calla el coste

"Fui fracaso tras fracaso, porque era un proyecto mal calculado", ha explicado el artista sobre los comienzos del plan, cuyo coste no ha querido dar Moratinos porque, ha argumentado, "el arte no tiene precio". Barcel¨® (Felanitx, Mallorca, 1957), elegido por un jurado internacional entre otros cuatro candidatos para acometer esta aportaci¨®n de Espa?a a la ONU, pens¨® que se enfrentaba "a 500 ¨® 600 metros", pero la c¨²pula, a la que se dot¨® de una nueva estructura de aluminio reforzado, tiene 1.400 metros.

"Fue muy amargo. Me llev¨® mucho tiempo asumir ese gran espacio, interiorizarlo, darle sentido", explica el creador, que arguye que, aunque "suene a excusa", ha habido "una parte muy t¨¦cnica" con constantes investigaciones y pruebas que le permitieran modelar el techo como quer¨ªa: con estalactitas de hasta dos metros de longitud y olas que dieran sensaci¨®n de movimiento, te?ido todo ello con pigmentos puros.

Si el trazado de la idea, con mucho de "aleatorio", se complet¨® el 9 de abril del a?o pasado, hasta septiembre no empezaron unos trabajos que no terminaban de cuajar. "Quiero agradecer toda la ayuda que me ha dado todo el mundo. Nunca sent¨ª presi¨®n ni por parte de la ONU (que lo mismo pensaban que me hab¨ªa instalado all¨ª para siempre) ni por parte de Espa?a". En cuanto encontr¨® el material, una suerte de pegamento compacto y muy resistente, las estalactitas empezaron a poblar el techo con ayuda de una ventosa como la que utilizan los cristaleros, y cuyo avance se ha podido contemplar en el v¨ªdeo que se ha proyectado durante la presentaci¨®n.

Un 'bazooka' para pintar

Despu¨¦s localiz¨® el bazooka que necesitaba para tirar la pintura, que no es otro que la manguera del mismo compresor que se utiliz¨® en el Mont Blanc para inyectar el cemento. "Es algo que se hace por primera vez y se nota en cada cent¨ªmetro cuadrado". 22.000 kilos de verde "base", azules y grises para la preparaci¨®n del "gran lienzo" y otros 13.000 de amarillos, lapisl¨¢zuli y rojos buscados por toda Europa cubren las estalactitas -algunas de ellas de m¨¢s de 50 kilos de peso- y las olas que arrancan de todos los puntos cardinales y que el espectador "nunca puede abarcar completamente".

Hacerlo ha sido "divertido", a pesar de la frustraci¨®n inicial, porque ha combinado la performance y la escenograf¨ªa, con la pintura tradicional, explorando sus l¨ªmites. Su vocaci¨®n no era trabajar en espacios abiertos pero ya van dos -la catedral de Palma y esta c¨²pula de la ONU-. "No se qu¨¦ reto m¨¢s grande podr¨ªa ya emprender que ¨¦ste que he hecho, pero ahora estoy encerrado con mis cuadros". Sobre la coincidencia espacial con Jos¨¦ Mar¨ªa Sert, autor de los murales que Espa?a don¨® en 1936 a la ONU, Barcel¨® se ha disculpado porque, aunque admira sus or¨ªgenes, no es su artista "favorito". Pintaba, explica con risa traviesa, con una paleta "mierda y oro" muy alejada de su gusto.