Tapices contra 'tizianos'
Una magna exposici¨®n en Gante hace justicia a una arrumbada expresi¨®n art¨ªstica que renace con el siglo XXI
Cuando muri¨® en Yuste, Carlos I de Espa?a y V de Alemania, el Emperador, dej¨® como herencia alrededor de una docena de cuadros, incluidos cinco tizianos, y unos 300 tapices. Entre ellos, La Anunciaci¨®n, tambi¨¦n referido como el pa?o de oro por su riqu¨ªsima composici¨®n. La pieza es una de las cuatro que le hab¨ªan deslumbrado, literalmente, cuando visit¨® en 1517 a su madre, Juana de Castilla, La Loca por mal nombre, en su cautiverio de Tordesillas al poco de poner pie por primera vez en Espa?a. De Yuste, el pa?o de oro pas¨® a Felipe II y de sus manos, al Escorial de donde ha salido ahora hacia Gante para ser una de las m¨¢s singulares aportaciones a la muestra Tapices flamencos para los duques de Borgo?a, el emperador Carlos V y el rey Felipe II que la ciudad natal del C¨¦sar ofrece hasta comienzo de la pr¨®xima primavera.
Que la muestra se pueda ver en invierno hace justicia po¨¦tica a los propios tapices, que en su momento sirvieron tambi¨¦n para combatir el fr¨ªo y las corrientes de aire de castillos y residencia palaciegas. En Tordesillas, ante los ojos de Juana, cumplir¨ªan esa funci¨®n junto a la no menos importante de revelar se?or¨ªo y potencia patrimonial. Al joven pr¨ªncipe de 17 a?os se le metieron con tanta fuerza en la cabeza los pa?os de oro ante los que le recibi¨® la anhelante Juana a orillas del Duero que se los apropi¨® tras su boda con Isabel de Portugal. ?Pobre Juana, de expolio en expolio: la libertad, la corona, la hija, los tapices...!
El tapiz era s¨ªmbolo de poder y riqueza y por la gran cantidad de hilo de oro y plata, los de Flandes eran codiciada materia de inversi¨®n. En los inventarios de entonces figuran como preciad¨ªsimos objetos de arte, s¨®lo superados por las joyas, y muy por delante de pinturas y esculturas. De ah¨ª que en la hora de su muerte, el Emperador atesorara tres centenares de tapices y apenas unos cuantos tizianos, mucho menos estimados en comparaci¨®n. "Si una pintura en aquella ¨¦poca se valoraba en uno, el tapiz val¨ªa diez", explica Fernando Checa, comisario de la exposici¨®n de Gante. Pag¨® m¨¢s Carlos V por la armadura con la que brilla en su retrato ecuestre de la victoria de M¨¹hlberg de lo que recibi¨® el genio veneciano del color y la intensidad por la inmortal imagen que hoy muestra el Prado.
Espa?a, superpotencia del tapiz
Los 34 tapices que cubren 200 metros de paredes de la sala de arte de la Abad¨ªa de San Pedro, en el centro de Gante, proceden en buena parte de Espa?a -indiscutible superpotencia global en la materia, con m¨¢s de 3.100 tapices s¨®lo en el Patrimonio Nacional- y constituyen un destilado cronol¨®gico de calidad formal y valor hist¨®rico que hace buena la resurrecci¨®n del inter¨¦s que existe en estos comienzos del siglo XXI por una expresi¨®n art¨ªstica y t¨¦cnica hasta ahora arrumbada.
La codificaci¨®n que los italianos hicieron a finales del XIX sobre la historia del arte cre¨® un exigente canon en el que s¨®lo cab¨ªan pintura, escultura y arquitectura. Reducidas a funciones ancilares quedaron otras vertientes creativas, como la de los tapices, lastrados por su poderosa componente artesana e industrial.
Decadencia de la tela de oro
Es una decadencia que viene de lejos, de finales del XVI. La pintura en tabla y lienzo comienza a ser m¨¢s valorada, resulta m¨¢s manejable y es m¨¢s asequible: no tiene oro, ni plata, ni seda como las anteriores pinturas tejidas. Los llamados frescos m¨®viles del norte son desplazados por los frescos propiamente dichos y por la pintura port¨¢til. S¨®lo a finales del XIX vive el tapiz un auge ef¨ªmero, relacionado con la alta alcurnia legitimista y reaccionaria, pero ya "es un f¨®sil de la cultura aristocr¨¢tica", dice Checa.
Vuelve a desaparecer luego, hasta el actual resurgir. El Metropolitan de Nueva York monta en 2002 una espl¨¦ndida exposici¨®n sobre el tapiz del Renacimiento, seguida en 2007 por otra sobre el tapiz del Barroco, que viaj¨® la pasada primavera a Madrid, de las que fue comisario Thomas Campbell, quien desde la erudici¨®n en historia y arte, hilos y bordados, sedas y oros ha sido elevado a la direcci¨®n de uno de los m¨¢s grandes museos del mundo. Una significativa se?al. En el Art Institute de Chicago concluye a comienzos de 2009 otra gran muestra sobre este objeto redescubierto. La sensacional restauraci¨®n de 'La leyenda de Alejandro Magno', de la colecci¨®n Doria Pamphilj en G¨¦nova, realizada por la Manufactura Real De Wit fue rutilante estrella de la feria de arte antiguo de este a?o en Bruselas.
Patrimonio y propaganda
La exposici¨®n de Gante se enmarca perfectamente en esta corriente de revival del tapiz, con un fastuoso recorrido desde la corte borgo?ona, la m¨¢s brillante de su tiempo, hasta Felipe II, en la que cada pieza tiene un espec¨ªfico valor ¨²nico. El duque de Borgo?a, Isabel la Cat¨®lica, Margarita de Austria, Mar¨ªa de Hungr¨ªa, el c¨¦sar Carlos, Felipe II... nos llegan a trav¨¦s de retazos de su patrimonio ¨ªntimo, unas veces, y de pura propaganda, otras. La serie sobre La empresa de T¨²nez - "el encargo art¨ªstico m¨¢s importante de Carlos V en toda su vida", seg¨²n Checa- est¨¢ representada por dos de su 12 pa?os supervivientes, 18 metros de tejidos, hilados y bordados que eran a mediados del XVI el equivalente a nuestra CNN, con el cronista, quiz¨¢ Alonso de Santa Cruz o tal vez Felipe de Guevara, y el pintor Jan Vermeyen empotrados en la triunfal campa?a y retratados en uno de los tapices para dar testimonio de la verdad de lo que all¨ª se cuenta. La precisi¨®n topogr¨¢fica es tal que ese tapiz ofrece la reproducci¨®n m¨¢s detallada existente hoy en d¨ªa del T¨²nez medieval.
Si Tapices flamencos para los duques de Borgo?a, el emperador Carlos V y el rey Felipe II es valiosa por lo que muestra, adquiere otra sorprendente dimensi¨®n por lo que no ofrece. En Espa?a apenas quedan tapices del XV, en especial salidos de los talleres de Tournai, y ambicionaba Checa contar con el de La toma de T¨¢nger de la serie sobre las conquistas de Alfonso V de Portugal que guarda la colegiata de Pastrana. Lo que vieron en la localidad de Guadalajara ¨¦l y Catherine Geens, directora de la Fundaci¨®n Carlos de Amberes, que coorganiza la exposici¨®n de Gante, les dej¨® estupefactos. Los tapices estaban en p¨¦simo estado, "a punto de perderse para siempre, cogidos con velcro, clavados con puntas y comidos por las polillas", recuerdan.
Hubo que renunciar a La toma de T¨¢nger, pero a cambio han conseguido financiaci¨®n para realizar en los talleres de De Wit, en Malinas, una conservaci¨®n curativa de los cuatro. Volver¨¢n a Pastrana a mediados de 2009 si el obispado se compromete a dotarlos de las imprescindibles condiciones muse¨ªsticas, advierte Geens. "Es un fruto inesperado de esta exposici¨®n", celebra el comisario. "Al principio estaba enfadado porque el tapiz no iba a estar, pero ahora resulta que gracias a Gante se van a salvar los cuatro de Pastrana".
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