Intensidad y sentimiento de Mayte Mart¨ªn

Arranc¨® por granainas y ya en el primer ayeo dej¨® ver Mayte Mart¨ªn (Barcelona, 1965) c¨®mo iba a ser su recital en los Teatros del Canal. Sobrio, sin m¨¢s acompa?amiento que la guitarra de Pedro Sierra, cargado de sentimiento, intenso. Sin grandes alardes de voz, pero s¨ª de sentimiento. La catalana quer¨ªa hacer un sentido homenaje al flamenco m¨¢s cl¨¢sico, si bien se anunciaba su "ortodoxia contempor¨¢nea" en el programa del festival SUMA Flamenca, del que formaba parte este recital.

Fue un recital ¨ªntimo, sobrio, pero de una intensidad apabullante. En medio de un silencio sepulcral del p¨²blico, respetuoso al m¨¢ximo con el cante m¨¢s pulcro de Mart¨ªn, la cantaora despleg¨® un cante soberbio por granainas, malague?as y abandolaos, seguiriyas, fandangos, canti?as, buler¨ªas... Incluso le entr¨® con ¨¦xito a las peteneras, un palo con el que muchos flamencos no se atreven porque, dicen, trae mala suerte. "El mal fario lo traen otras cosas, no las peteneras", dijo Mart¨ªn antes de entrarle al cante.

La protagonista absoluta fue la voz de Mayte Mart¨ªn, que hizo olvidar la incomodidad de la sala B de los Teatros del Canal, una voz dulce pero herida, que no encontr¨® alivio en unos tercios que se alargaban hasta quedarse sin aire, modulando la fuerza y la intensidad con sabidur¨ªa, sin caer en el grito f¨¢cil. El momento cumbre fueron las seguiriyas adoloridas, que el p¨²blico respondi¨® con una ovaci¨®n cerrada, sentida, y una ristra de piropos que Mayte Mart¨ªn no dud¨® en responder. "?Qu¨¦date en Madrid!" Le gritaba una espectadora de la grada lateral. "Yo aqu¨ª no me quedo que hay mucho tr¨¢fico", respond¨ªa Mart¨ªn. "Pero vamos, vosotros llamadme que yo vengo siempre".

Muchos de los cantes que hizo est¨¢n recogidos en su ¨²ltimo trabajo discogr¨¢fico dedicado al flamenco, Querencia, publicado en 2000. Sin excesivas variaciones, Mayte Mart¨ªn hizo los cantes impecables, con una entrega m¨¢xima de sentimiento. As¨ª fueron tambi¨¦n unos fandangos exquisitos, contenidos, con toda la emoci¨®n sin necesitar grandes alardes de voz. Tambi¨¦n el cierre, que quiso poner Mayte Mart¨ªn por buler¨ªas, en las que homenaje¨® a Carmen Amaya, pero el p¨²blico pidi¨® m¨¢s. Pidi¨® lo que quiso y la cantaora, despu¨¦s de escucharlo, quiso poner el broche a una noche de flamenco exquisito por guajiras.