El piano m¨¢s flamenco llena los Teatros del Canal

El piano fue el protagonista anoche de la SUMA Flamenca. Fue un recital doble. Primero, Diego Amador y su Quinteto y despu¨¦s, tras un descanso, Mie Matsumura y su cuadro flamenco en Serenata andaluza. El peque?o de los hermanos Amador sali¨® nervioso y le cost¨® conectar con el p¨²blico, que anoche dej¨® algunos huecos en la sala B de los Teatros del Canal. Pero tras desplegar toda su gitaner¨ªa y sus m¨¢gicos dedos sobre el teclado, logr¨® conmover a los aficionados, que se quedaron con ganas de m¨¢s.

El protagonista absoluto de la noche fue el piano. El de Amador son¨® limpio, con toda la sonoridad propia de este instrumento pero con la pulsi¨®n y el comp¨¢s de una guitarra, la m¨¢s flamenca. Quiso este m¨²sico complet¨ªsimo que la voz no ocupase el lugar principal, aunque le sobran recursos. Al piano estuvo impecable en sentimiento y agilidad, haciendo un repaso por los cortes de su ¨²ltimo trabajo, R¨ªo de los canasteros, publicado en 2008. Por alegr¨ªas, taranta, buler¨ªas, fandangos, sole¨¢, tangos, rumba... Tambi¨¦n dio espacio al homenaje, llevando al piano los tangos Mi sangre grita de su adorado Camar¨®n de la Isla.

Amador, que en otros recitales ha querido que su m¨²sica tome un cariz m¨¢s jazz¨ªstico y que anoche quiso centrarse en el flamenco, tuvo un acompa?amiento impecable en el escenario. Los cinco miembros del Quinteto (Manuel de la Luz a la guitarra, Miguel Vargas al contrabajo, Israel Varela a la bater¨ªa y Diego Amador Jr. en el caj¨®n) se acoplan a la perfecci¨®n y saben transmitir su entusiasmo, su dominio, su jondura con sus instrumentos. La guitarra de Manuel de la Luz estuvo presente sin destacar, dando el protagonismo al piano, armonizando, sutil, acompa?ando, dialogante con Amador en las alegr¨ªas y en los fandangos. La bater¨ªa de Israel Varela tuvo un papel destacado en el concierto, excesivo, quiz¨¢s. Toc¨® el mexicano con un comp¨¢s impecable, una ejecuci¨®n perfecta en todos los palos, pero en ocasiones son¨® por encima del piano. Un lugar excesivo en el conjunto del sonido, quiz¨¢s, aunque irreprochable en la interpretaci¨®n.

Tras el descanso tom¨® el relevo Mie Matsumura y su Serenata andaluza, una propuesta completamente diferente a la de Amador. Fueron dos recitales completos, con propuestas y ritmos distintos en la misma noche. Matsumura present¨® una selecci¨®n al piano de piezas de compositores contempor¨¢neos espa?oles como Falla, Granados y Alb¨¦niz que interpret¨® con toda la sensibilidad y la precisi¨®n posibles. El piano de Matsumura dialog¨® con el cuadro formado por las guitarras de Juan Requena y Eugenio Iglesias y el cante de Jos¨¦ Valencia, que derroch¨® voz una noche m¨¢s. El baile de Rafael Campallo y Leonor Leal cierran la estampa andaluza creada por la japonesa afincada en Espa?a que anoche presentaron en la SUMA Flamenca.