S¨®nar Kids o desmontar t¨®picos sobre la m¨²sica
Invasi¨®n de carritos en el templo de la m¨²sica electr¨®nica
Un mundo infantil sin Hannah Montana y los productos Disney es posible. As¨ª lo ha constatado la primera edici¨®n de S¨®nar Kids. A los ni?os les gusta la m¨²sica electr¨®nica, y lo que les echen. En el mismo espacio del S¨®nar de D¨ªa, entre la plaza Joan Coromines y el Centre de Cultura Contempor¨¤nea de Barcelona (CCCB), miles de ni?os se lo han pasado en grande. D¨®nde hac¨ªa pocas horas hab¨ªa m¨²sica electr¨®nica a todo trapo y j¨®venes y no tan j¨®venes de todo el mundo bailando y bebiendo -cosas que se hacen en los festivales-, desde esta ma?ana lo que ha habido es una invasi¨®n de carritos, chupetes, pa?ales y ni?os cogidos a las manos de sus padres. Y los cr¨ªos han venido a lo suyo, y son un p¨²blico exigente, si no les gusta se van a otra cosa. Muchos padres tambi¨¦n han acudido para ver las actuaciones de algunos de sus ¨ªdolos, c¨®mo el dj Laurent Garnier, y se han encontrado que a sus v¨¢stagos les alucina la m¨²sica electr¨®nica. Varios entre el p¨²blico ya hab¨ªan venido al primer S¨®nar, all¨¢ en 1994, cuando mor¨ªa Kurt Cobain y el grunge estaba en boga.
Sin duda, los talleres de m¨¢scaras de fieltro, la estaci¨®n de Lego con 30.000 piezas y la exhibici¨®n de monopat¨ªn han sido las estrellas del certamen. Tambi¨¦n ha gustado la m¨¢quina de dibujar en la que el rapaz se introduc¨ªa en un artefacto m¨¢gico en el que plasmaba sus ideas con todos los colores. Y con el padre al lado. De eso se trata S¨®nar Kids: de interactuar con las artes y tambi¨¦n entre ni?os y mayores.
Todo el mundo estaba encantado. N¨²ria, madre de una ni?a de cuatro a?os y de un peque de un a?o, as¨ª lo constata. Le ha gustado el objetivo de la interacci¨®n con la m¨²sica, que ha sido una constante del evento, algo con lo que los ni?os han gozado sobremanera. Tambi¨¦n le preocupaba "el vol¨²men del sonido", pero sus temores se han esfumado al comprobar el nivel ac¨²stico, que nada tiene que ver con el del festival de los mayores. Entre los pap¨¢s estrella se encontraba el cantante del grupo pop en catal¨¢n El Pets, Llu¨ªs Gavald¨¤, y el ¨¢lma mater de Luomo, Vladislav Delay. Siempre con su descendencia, porque en S¨®nar Kids no entran adultos si no es que van acompa?ados de un ni?o.
Sin dudas para padres e hijos
"Ten¨ªamos dudas sobre venir o no", reconoce Cristina Bifano que es madre de la peque?a Gioia, de un a?o. Pero la rub¨ªsima ni?a de ascendencia italiana est¨¢ encantada con el ritmo de La Mala Rodr¨ªguez, c¨®mo casi todo el p¨²blico. Lo que m¨¢s puede sorprender de S¨®nar Kids es la facilidad y naturalidad con la que los m¨¢s peque?os siguen el ritmo, de La Mala, de Laurent Garnier o del beatboxer -sonidos con la boca- Beardyman.
Tom¨¢s y Pedro son dos gemelos de seis a?os que atienden al periodista devorando sendos cr¨ºpes de chocolate y que tienen muy claro que es lo que m¨¢s les gusta de S¨®nar Kids: la m¨²sica. Bueno, tambi¨¦n el Lego, pero eso es com¨²n a la mayor¨ªa de ni?os. Ambos coinciden en querer repetir y asistir a la segunda edici¨®n de este festival. "Adem¨¢s, a nuestros padres tambi¨¦n les ha gustado", expone Tom¨¢s. Los dos recomiendan a los mayores venir a S¨®nar Kids.
A la hora de bailar los j¨®venes fans de la electr¨®nica echan mano de estilos diferentes c¨®mo el cl¨¢sico de mover brazos, piernas y pelvis al un¨ªsono, hasta el otro extremo del break-dance o de probarlo. Los padres de hoy en d¨ªa tambi¨¦n se las saben todas. No era raro ver a chavales con n¨²meros de m¨®vil pintados en el brazo, no hay mejor identificador.
Sol, colas y malos olores
No todo puede ser perfecto y hubo algunas quejas. Carol, que ven¨ªa acompa?ado de su sobrino de seis a?os, se quejaba de las colas. Muchos lo hac¨ªan. Para el taller de mu?ecos de fieltro o para los retratos personales de Jordi Labanda la espera era m¨¢s qu importante. Y eso lleva a un segundo problema: el Sol. Varios visitantes consultados, encantados con el S¨®nar Kids, sugieren m¨¢s espacios con sombra, sobre todo por la ma?ana. Lo cierto es que la plaza De les Dones del CCCB a mediod¨ªa era un sol¨¢rium de alta fidelidad. Y finalmente, y eso ya es m¨¢s personal, otra queja es sobre el olor de algunos restos del festival anterior, que a¨²n quedaban algunos puntos con malos olores. Son sugerencias para el a?o que viene, porque los que se quejan quieren volver.
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