Fin de una pesadilla
Arranca la restauraci¨®n de la fachada norte de Los Jer¨®nimos mutilada por la erosi¨®n, un peligro para los visitantes del Prado
Las obras de restauraci¨®n de la fachada norte de la iglesia de San Jer¨®nimo, templo edificado en 1505 y rehabilitado a fines del siglo XIX, acaban de comenzar. Han pasado d¨¦cadas de erosi¨®n que han degradado intensamente sus paramentos, adornos y balaustres de manera amenazadora para los centenares de visitantes que surcan su escalinata y las v¨ªas aleda?as de la calle de Academia en direcci¨®n al museo del Prado. La arenizaci¨®n de la caliza de los mojones de la barandilla perimetral que la circunda, hasta 16 pivotes en esta fachada, es un hecho que los vecinos consideran aterrador, por los riesgos de desprendimientos sobre los viandantes.
El Arzobispado de Madrid, titular de la iglesia, una vez concluido hace a?o y medio el edificio parroquial de cuatro plantas que alberga a la comunidad religiosa del templo —seis sacerdotes— as¨ª como la sacrist¨ªa, se aviene a iniciar ahora, de la mano del arquitecto Francisco jurado, estas obras que se prolongar¨¢n, al menos, hasta el mes de diciembre de 2009. La financiaci¨®n corre a cargo del Ministerio de Cultura, que secunda en la iglesia un programa restaurador de tres fases, con un mill¨®n de euros el primero aplicado en 2007, otro de dos millones de euros entre 2008 y 2009 y un tercero, de otros dos millones m¨¢s, que comenzar¨¢ en 2010.
Ahora se ejecuta la segunda fase del plan restaurador, cuya etapa previa fue la rehabilitaci¨®n de la fachada a poniente y la que mira al sur, ¨¦sta contigua al edificio anexo del Museo Prado, de Rafael Moneo, que integr¨® el claustro barroco de Los Jer¨®nimos en el recinto muse¨ªstico ampliado. "Del tratamiento de las fachadas occidental y meridional quedaba una deuda del Arzobispado con Geocisa, la empresa restauradora, de 250.000 euros", explica el p¨¢rroco, que no descarta que ello haya sido la causa del retraso en iniciarse esta nueva fase. La crester¨ªa y el p¨®rtico de la fachada a poniente, que miran al museo, fueron restaurados meses atr¨¢s con un criterio crom¨¢tico que algunos arquitectos consideran discutible. Pero, al menos, el templo m¨¢s visible de la ciudad muestra ya, presentable, esa fachada.
En enero de 2010 comenzar¨¢ otra etapa en la que la restauraci¨®n acometer¨¢ la reforma del interior del templo, lo cual implicar¨¢ su cierre al p¨²blico durante al menos un semestre. Se estudia la posible creaci¨®n de un museo, seg¨²n fuentes parroquiales, ya que el templo alberga un rico ajuar pict¨®rico con telas de Carduccio, Tejeo, Armengol, Lucas Jord¨¢n y Mayno, entre otros pintores, as¨ª como abundante imaginer¨ªa. Su vinculaci¨®n a la historia de Madrid dotar¨ªa el futuro museo de un atractivo adicional.
Instalaci¨®n desmontada
Los elementos m¨¢s alterados por la erosi¨®n externa del templo de los Jer¨®nimos son los diez pin¨¢culos que rematan la cubierta lateral de esta fachada, de los cuales falta uno al completo y los nueve restantes, asoman sus garfios de hierro oxidado en todos sus remates. Del mismo modo, las cinco g¨¢rgolas que vomitan el agua de lluvia ca¨ªda sobre la techumbre se encuentran desprovistas de revestimiento alguno y reducidas al nudo plomo de su cacera.
Bajo las g¨¢rgolas se halla una instalaci¨®n provisional, que lleva all¨ª montada casi un lustro, que constaba de un pabell¨®n rectangular paralelo a la fachada norte m¨¢s una caja aneja a uno de los extremos de la fachada occidental. Ambas afeaban grandemente el perfil de este templo, con certeza el m¨¢s visible de Madrid por su emplazamiento. El pabell¨®n cumpl¨ªa las funciones de sacrist¨ªa, pero ha perdido su raz¨®n de ser al funcionar ya ese gabinete religioso en el interior del edificio de nueva planta que alberga tambi¨¦n a los religiosos. "Esa instalaci¨®n ha comenzado a ser desmontada", asegura Juli¨¢n Melero, p¨¢rroco de esta iglesia considerada como una de las m¨¢s se?eras de Madrid, por su situaci¨®n junto al Museo del Prado. Precisamente, quienes acuden al museo son los que, en sus visitas al templo, por la cercan¨ªa de la pinacoteca, m¨¢s riesgos corren dada la inquietante arenizaci¨®n de todo el cerco perimetral de la iglesia en su fachada septentrional, que mira al lateral de la Real Academia Espa?ola en la calle de su nombre. Cientos de autocares al cabo de la semana estacionan en esta peque?a calle y sus viajeros descienden por la acera junto a un muro que cerca el templo por esta zona, de unos 80 metros de longitud con ladrillo reventado por el empuje de presiones internas y con los mojones de su barandilla totalmente erosionados por el viento y la lluvia.
La traza del templo, junto con la capilla del Obispo, es uno de los escas¨ªsimos vestigios arquitect¨®nicos en Madrid del estilo g¨®tico tard¨ªo. Se cree que en su ideaci¨®n intervino Juan de Egas, autor del monasterio plateresco isabelino de San Juan de los Reyes, en Toledo. Ocupa un mont¨ªculo que dominaba el paseo del Prado. Fue sede de las Cortes de Castilla desde 1506 hasta 1830. Debe su nombre a la comunidad religiosa que lo habit¨® a partir de 1505 hasta su exclaustraci¨®n en la Guerra de Independencia, en que fue ocupado por tropas napole¨®nicas, destruido y transformado en establo. Luego fue hospital de inv¨¢lidos. Reconstruido bajo el reinado de Isabel II por el arquitecto Repull¨¦s, en ¨¦l juraron los herederos de la Corona desde Felipe II en adelante. Posey¨® un claustro barroco, trasladado pieza a pieza al ¨¢tico del nuevo edificio de Rafael Moneo. En su seno fue proclamado Rey Juan Carlos I en 1975. la iglesia de Los jer¨®nimos es parroquia desde 1883.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.