Google: "Somos los m¨¢s celosos en vigilar la propiedad intelectual"
El buscador asegura que han sido positivas muchas de las alegaciones que ha recibido su pacto con autores y editores de EE UU para digitalizar libros
El responsable en Espa?a del proyecto de digitalizaci¨®n de libros de Google, Luis Collado, ha convocado este martes por la ma?ana a los medios (por segunda vez en lo que va de a?o) para explicar en qu¨¦ consiste el acuerdo entre autores y editores de EE UU y el buscador; acuerdo en plena revisi¨®n tras levantar recelos (y adhesiones) en todo el mundo y que todav¨ªa debe ser aprobado por la justicia. Est¨¢ previsto que este mi¨¦rcoles en Nueva York el juez Denny Chin se re¨²na con el gremio de autores y editores de EE UU, y con Google, a fin de debatir sobre ese pacto que ambas partes firmaron en 2008 para regular la digitalizaci¨®n y explotaci¨®n de libros. "Somos los m¨¢s celosos en vigilar la propiedad intelectual", ha declarado este martes por la ma?ana Collado.
El representante de Google considera que la opini¨®n p¨²blica no ha recibido una informaci¨®n exacta sobre el pacto firmado con autores y editores de EE UU. Seg¨²n Google, las noticias sobre dicho acuerdo se han mezclado en los medios con detalles del proyecto para la digitalizaci¨®n de libros. Un plan global y del que el acuerdo alcanzado en EE UU ser¨ªa s¨®lo un ap¨¦ndice.
En Espa?a y en el resto de Europa el buscador inform¨¢tico, de momento, s¨®lo est¨¢ escaneando y ofreciendo libros de dominio p¨²blico (suministrados por bibliotecas). Tambi¨¦n, siempre con permiso de los titulares de los derechos, est¨¢ catalogando y extractando libros protegidos y dirigiendo a los internautas interesados en esos t¨ªtulos a librer¨ªas online (y tambi¨¦n f¨ªsicas) para que puedan adquirirlos. "No estamos haciendo nada para lo que no tengamos autorizaci¨®n", remacha Collado.
Libros hu¨¦rfanos
Existe un tercer tipo de obras (los llamados libros hu¨¦rfanos) de las que no se conoce qui¨¦n posee los derechos. Son la inmensa mayor¨ªa y Google planea digitalizarlas y ofrecerlas online; algo que, seg¨²n Collado, todav¨ªa no ha ocurrido. Los recelos que su explotaci¨®n ha suscitado en Europa han llevado al buscador a matizar que no piensan escanear ni explotar este tipo de libros hasta que en cada caso se sepa qui¨¦n posee los derechos.
Sin embargo, en EE UU, Google se ampar¨® en una norma local (denominada fair use) por la que un tercero puede difundir una obra hu¨¦rfana siempre que ¨¦sta sea beneficiosa para la sociedad y que no se obtengan r¨¦ditos comerciales de dicha difusi¨®n. "En EE UU hubo algunos titulares de derechos que no estuvieron de acuerdo", ha admitido Collado. Esas discrepancias originaron el presente par¨®n judicial. Expertos consultados se?alan que el concepto de orfandad que manejaba Google era demasiado abierto y que a menudo se confund¨ªa con la descatalogaci¨®n. "Un libro puede estar descatalogado y eso no quiere decir que nadie posea los derechos. Google tend¨ªa a considerar que cualquier libro fuera del mercado es hu¨¦rfano", se?alan las fuentes.
La Comisi¨®n Europea ha anunciado hoy la convocatoria de una reuni¨®n y debate sobre libros hu¨¦rfanos para el pr¨®ximo lunes 26 de octubre en Bruselas. A la cita acudir¨¢n diferentes profesionales del sector (editores, bibliotecas, etc¨¦tera). Por parte de Google acudir¨¢ Antoine Aubert, responsable del buscador, en Europa, para la gesti¨®n de derechos de autor.
As¨ª pues, adem¨¢s del proyecto de digitalizaci¨®n y difusi¨®n de obras de dominio p¨²blico (de la mano de bibliotecas), y del plan para publicitar y vender libros protegidos (tras acuerdo, en cada caso, con los due?os de los derechos), el pacto alcanzado por Google en EE UU con autores y editores supone la creaci¨®n de una "entidad de gesti¨®n de derechos de copyright", en palabras de Collado, que debe regular c¨®mo se reparten los beneficios que genere la venta de las obras protegidas (un 63% de los ingresos ir¨ªan para los titulares de los derechos y el 37% para Google).
Todo o nada
Una de las cr¨ªticas que ha suscitado el acuerdo es que, en realidad, dicha entidad de gesti¨®n de derechos no es independiente. De hecho Google admite que han puesto dinero para desarrollarla y que el buscador pagar¨¢ las instalaciones desde las que funcionar¨¢.
Otra de las objeciones es el car¨¢cter de "hecho consumado" que tiene el acuerdo. Aunque firmado en EE UU, afecta a autores y editores de todo el mundo, que s¨®lo tienen derecho a aceptarlo o a rechazarlo. Los autores y editores de EE UU se han arrogado el papel de representantes de autores y editores de todo el mundo. "No conocemos ninguna organizaci¨®n que ostente el 100% de la representatividad de ning¨²n colectivo" afirman en Google.
El acuerdo, por ejemplo, estipula una indemnizaci¨®n de 60 d¨®lares por t¨ªtulo escaneado sin permiso. Un autor o editor espa?ol que quiera revisar al alza esa cifra no puede hacerlo dentro del acuerdo. Deber¨¢ recurrir a los tribunales.
Adem¨¢s, el pacto estipula que si Google explota un libro hu¨¦rfano y acaba apareciendo el due?o de los derechos de esa obra, ¨¦ste no puede ejercer acciones legales contra el buscador ni contra los otros firmantes del acuerdo. Otras empresas que se dedican o pretenden dedicarse a la digitalizaci¨®n de obras hu¨¦rfanas no gozan de semejante protecci¨®n. Collado ha declarado que esas otras empresas pueden firmar un pacto similar. "Aqu¨ª no hay nada exclusivo", ha se?alado. Pero ?qu¨¦ ocurre si los autores y editores de EE UU se oponen a firmar un acuerdo semejante con otras empresas de escaneado? "Eso ya no es asunto de Google", ha aseverado Collado.
400 alegaciones
El juez abri¨® un periodo de alegaciones en el que m¨¢s de 400 entidades y organizaciones han opinado sobre el pacto. "Hay muchas alegaciones positivas, dir¨ªa que la mayor¨ªa", se?ala Collado. Se esperaba que este mi¨¦rcoles se resolviera la inc¨®gnita judicial entorno a la legalidad del acuerdo, pero el juez ha pospuesto por tercera vez la decisi¨®n y en su lugar ha convocado una reuni¨®n de trabajo con las partes firmantes. En estos meses el Departamento de Justicia de EE UU, grupos de consumidores, gobiernos europeos (el alem¨¢n), grupos editoriales (en especial franceses), expertos jur¨ªdicos en propiedad intelectual, grupos de internautas y otras empresas inform¨¢ticas (Yahoo, Amazon y Microsoft), han alzado la voz contra el acuerdo o han pedido alg¨²n tipo de matizaci¨®n.
Mientras Google no esconde su deseo de que un acuerdo "similar" se pueda aplicar alg¨²n d¨ªa en Europa, Bruselas debate con las partes interesadas la posibilidad de una armonizaci¨®n del derecho comunitario que permita a la UE engancharse al tren de la digitalizaci¨®n y la explotaci¨®n de su patrimonio bibliogr¨¢fico. En total, Google ha escaneado ya m¨¢s de 10 millones de ejemplares (dos millones de ellos con copyright), en m¨¢s de cien idiomas y parte de los mismos es accesible desde de m¨¢s de un centenar de pa¨ªses.
Babelia
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