Google se topa con el derecho de autor
Los responsables del gigante inform¨¢tico deber¨¢n compensar a los editores por no respetar el 'copyright' en su proyecto mundial de digitalizaci¨®n de libros
Catalogar y hacer accesible a todos los seres humanos el conocimiento que acumulan los libros era el sue?o de los bibliotecarios de Alejandr¨ªa, de los enciclopedistas franceses y, tambi¨¦n, el delirio de Jorge Luis Borges en La biblioteca de Babel. Ese ideal, que poco a poco se va haciendo realidad mediante la digitalizaci¨®n y publicaci¨®n de libros en Internet, se enfrenta a un obst¨¢culo ineludible: los derechos de autores y editores.
Hace cuatro a?os el buscador inform¨¢tico Google, a trav¨¦s de su programa Google Books, empez¨® a digitalizar libros y a ofrecer online fragmentos de ¨¦stos, algunos protegidos por copyright. En octubre, tras dos querellas, el gigante inform¨¢tico se vio forzado a firmar un acuerdo millonario en EE UU para indemnizar a autores y editores. Aunque el acuerdo debe ser ratificado por un juez, los editores espa?oles han anunciado que reclamar¨¢n parte de los 34 millones de euros que el gigante inform¨¢tico ha puesto encima de la mesa como indemnizaci¨®n.
Empresas espa?olas reclamar¨¢n parte de una indemnizaci¨®n de 34 millones
Pese a un pacto judicial, el buscador no admite haber violado ninguna ley
"Vamos a pedir parte de ese dinero. Un alto porcentaje de esos libros digitalizados en EE UU son nuestros. Nos tendr¨ªan que haber pedido autorizaci¨®n", se?ala el director ejecutivo de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, Antonio Mar¨ªa ?vila. En el mismo sentido se expresa la presidenta de la Federaci¨®n Internacional de Entidades de Gesti¨®n de Derechos de Reproducci¨®n, Magdalena Vinent, que tambi¨¦n dirige CEDRO, la rama espa?ola de dicha organizaci¨®n: "CEDRO est¨¢ en conversaciones con Google para facilitar el cobro de las indemnizaciones a nuestros socios".
La cuesti¨®n ahora es saber si Google quiere exportar el modelo estadounidense a Espa?a: "Quieren adaptar ese proyecto universal a Europa, pero las leyes aqu¨ª son radicalmente distintas", advierte ?vila. "Nos estamos jugando la sostenibilidad de la cultura y esto nos afecta a nosotros, aqu¨ª y ahora, pero tambi¨¦n a las generaciones venideras", apunta Vinent desde CEDRO. El responsable del buscador de libros de Google en Espa?a y Portugal, Luis Collado, no tiene tan claro que su compa?¨ªa vaya a extender el modelo: "depender¨¢ de c¨®mo resulte el acuerdo en Estados Unidos".
"Sus derechos podr¨ªan verse afectados por un acuerdo de demanda colectiva relacionado al escaneo y uso de libros y otros escritos por parte de Google". As¨ª arranca la versi¨®n resumida en castellano del acuerdo que el gigante inform¨¢tico y los autores de EE UU han colgado en la p¨¢gina www.googlebooksettlement.com. En ella, los autores encuentran las instrucciones que hay que seguir para reclamar dinero por el escaneado y la publicaci¨®n online de sus obras sin permiso.
Pese a este pacto judicial, Google no ha admitido nunca haber violado la ley. La compa?¨ªa considera que la publicaci¨®n de fragmentos protegidos por copyright es compatible con la noci¨®n de "uso justo" que recoge la ley de propiedad intelectual de EE UU. Pero el gran buscador de Internet se?ala que los 34 millones de euros son "un m¨ªnimo" y que est¨¢ dispuesto a realizar "un pago adicional" para satisfacer a los propietarios de los derechos.
El ¨¢vido inter¨¦s de Google en desbloquear a golpe de talonario su programa de digitalizaci¨®n y difusi¨®n de libros online encierra una poco disimulada estrategia de negocio a medio plazo. Ahora mismo, Google Books est¨¢ trabajando en dos direcciones. Por un lado, est¨¢ digitalizando libros de dominio p¨²blico o descatalogados. En el caso de Espa?a, los de la Biblioteca Hist¨®rica Complutense y los fondos del Institut d'Estudis Catalans. A nivel europeo, el principal proyecto p¨²blico es Europeana, auspiciado por la Comisi¨®n, y que en 2012 debe tener digitalizados el 4% de los fondos de dominio p¨²blico de bibliotecas europeas.
Pero la clave est¨¢ en los contenidos protegidos. Google est¨¢ escaneando y difundiendo libros sujetos a derechos de autor. La compa?¨ªa ha firmado acuerdos en Espa?a con m¨¢s de un centenar de editoriales. Un 20% de los fondos que Google ofrece online est¨¢n sujetos a derechos, afirma Collado. Uno de los fundadores del gigante inform¨¢tico, Sergey Brin, declar¨® a principios de mes en el International Herald Tribune que Google no piensa "necesariamente" en hacer dinero. Seg¨²n ¨¦l, el objetivo es "difundir y hacer accesible la informaci¨®n".
La compa?¨ªa, no obstante, reconoce que hay un negocio potencial. Por un lado, las p¨¢ginas de Google Books pueden ir acompa?adas de publicidad (cuyos beneficios se reparten entre editores, autores y Google).
Por otra parte, a fuerza de escanear libros, la compa?¨ªa est¨¢ creando una ingente base de datos. Google no s¨®lo digitaliza los libros: adem¨¢s les aplica un programa inform¨¢tico de reconocimiento ¨®ptico de caracteres (OCR, en sus siglas inglesas).
"Registramos todas las palabras, la sintaxis que contienen los libros", dice Collado. Esto permite que a trav¨¦s del famoso buscador los internautas puedan localizar cualquier secuencia de palabras en los libros digitalizados y tambi¨¦n abre puertas a una gran variedad de negocios: "Las posibilidades de comercializaci¨®n de esos contenidos son amplias. Ya tenemos libros en m¨¢s de 100 idiomas. No descartamos hacer negocio en el futuro con esos contenidos", reconoce el responsable de Google Books en Espa?a.
El destino final de ese cat¨¢logo digital de los nuevos tiempos es claro: ordenadores port¨¢tiles, agendas electr¨®nicas, tel¨¦fonos m¨®viles y dispositivos para leer en formato digital (los llamados eBooks).
El nuevo negocio de la lectura sin papel
Desde los papiros egipcios a la Biblia de Gutenberg, pasando por los vol¨²menes en formato digital, el libro se enfrenta a un nuevo reto. "Llevamos oyendo lo de que el libro desaparece desde 1982", afirma el director ejecutivo de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a (FGEE), Antonio Mar¨ªa ?vila. Lejos de temer al formato digital, los editores lo han asumido con naturalidad. En 2007, m¨¢s de 200 editoriales de las cerca de 900 asociadas a la FGEE publicaron obras en formatos distintos al papel; en total, el 10,5% de la facturaci¨®n editorial anual que ronda los 3.000 millones de euros.
En ¨¢reas como los textos de Derecho, el formato digital supone ya el 55% de la facturaci¨®n, seg¨²n el informe La lectura en Espa?a de reciente aparici¨®n. "Estamos con un pie en la orilla de la cultura del papel y con el otro en la ribera de lo digital", se?ala Antonio Basanta Reyes, director general de la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez en la presentaci¨®n de dicho informe.
Pero ?vila matiza: "No nos dan miedo las nuevas tecnolog¨ªas, pero hemos visto los eBooks [dispositivos para leer en formato digital] y no nos acaban de convencer. Pueden venderte el aparato, pero sin contenido. El contenido es propiedad de los editores y autores".
Tambi¨¦n desde CEDRO, la organizaci¨®n espa?ola de gesti¨®n de derechos de reproducci¨®n, se insiste en que lo importante son las palabras, m¨¢s all¨¢ del soporte. "No hay que olvidar que el valor del libro reside en su contenido. La forma de difundir el conocimiento tiene que adaptarse a las necesidades de los usuarios. Posiblemente habr¨¢ que desarrollar nuevos modelos de negocio, aunque estoy convencida de que los distintos modelos de negocio de la industria editorial podr¨¢n convivir sin ning¨²n problema. Lo que realmente supone una amenaza es la falsa creencia de que las obras de creaci¨®n son gratuitas, sobre todo si no existe el soporte papel", apunta la directora de este organismo, Magdalena Vinent.
En el sector p¨²blico tambi¨¦n son conscientes de la consolidaci¨®n de un nuevo modelo de industria editorial: "Las bibliotecas deben hacer un esfuerzo para adaptar sus servicios a las nuevas necesidades y demandas de sus lectores en el entorno digital", se?ala Bel¨¦n Llera, directora t¨¦cnica de la Biblioteca Nacional.
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