Google intenta tranquilizar a Europa
El buscador cede ante las exigencias de editores europeos mientras la UE pide que las leyes de propiedad intelectual se adapten al mundo digital
Sobrepasadas por los acontecimientos, las viejas convenciones legales sobre derechos de propiedad intelectual en el mundo editorial est¨¢n saltando por los aires a ambos lados del Atl¨¢ntico debido a la disponibilidad de una tecnolog¨ªa (la de la digitalizaci¨®n y venta online de libros) y su aplicaci¨®n acelerada, desde hace cuatro a?os, por parte del gigante inform¨¢tico Google en una pol¨ªtica de hechos consumados. Salvado preliminarmente un primer escollo con autores y editores de Estados Unidos, y pese a que ese pa¨ªs sigue sin saber si es legal el acuerdo que desbloquear¨ªa el ambicioso proyecto del buscador (todav¨ªa tiene que hablar un juez y concluir una investigaci¨®n gubernamental), Europa se tienta la ropa pregunt¨¢ndose si est¨¢ preparada para no perder este tren que parece ya el ¨²nico tren en el futuro del mercado editorial.
Evolucionar o morir: esa es m¨¢s o menos la disyuntiva que plantean dos comisarios europeos acerca de las leyes de propiedad intelectual que imperan en la UE. "Es hora de que Europa cree un nuevo marco legal sobre libros digitales y derechos de autor" han se?alado este lunes por la ma?ana los comisarios de la Uni¨®n Europa para la Sociedad de la Informaci¨®n, Viviane Reding, y para el Mercado Interior, Charlie McCreevy. La idea es hacer m¨¢s simple la legislaci¨®n para no espantar a empresas privadas interesadas en lanzar, junto a instituciones p¨²blicas (bibliotecas, archivos, etc¨¦tera) proyectos comerciales de digitalizaci¨®n y venta de obras. Est¨¢ por ver si Europa se plantea, simplemente, realizar un traje legal a la medida de Google.
Esta exhortaci¨®n de los comisarios tratar de poner orden en el galimat¨ªas legal que ha desatado a ambos lados del Atl¨¢ntico el proyecto de Google Books: digitalizar libros y venderlos en EE UU a trav¨¦s de Internet y, adem¨¢s, crear un registro de ventas, obras y autores para saber c¨®mo repartir las ganancias generadas. Dicho acuerdo se aplicar¨ªa s¨®lo, de momento, en Estados Unidos pero afecta a autores y grupos editoriales de todo el mundo. Las suspicacias que ha levantado el pacto en Europa han llevado a Google a ceder este fin de semana. El buscador ha asegurado que no vender¨¢ online libros descatalogados en EE UU pero que todav¨ªa est¨¦n disponibles en las librer¨ªas europeas sin consultar antes con los propietarios de los derechos.
El ingeniero jefe de Google Books, Dan Clancy, ha se?alado ante la Comisi¨®n que, en Europa, el buscador s¨®lo pretende facilitar a los internautas el acceso a libros descatalogados. "Ahora se puede descubrir informaci¨®n que uno ni siquiera sab¨ªa que estaba ah¨ª. Es importante que estos libros [descatalogados] no queden olvidados", ha a?adido Clancy en declaraciones citadas por Reuters. Clancy, pues, ha separado el contenido del mentado acuerdo para la explotaci¨®n en EE UU de obras digitalizadas (muchas de ellas protegidas por derechos de autor) del proyecto general de escaneado de libros descatalogados, libres de derechos y hu¨¦rfanos (de los que se desconoce el titular de los derechos) que Google est¨¢ llevando a cabo en todo el mundo en colaboraci¨®n con bibliotecas p¨²blicas (entre ellas varias espa?olas).
Pero Google nunca ha escondido que quiere extender el modelo de EE UU a todo el globo. "En el futuro, esperamos trabajar con grupos de la industria internacional y titulares de derechos de autor individuales para ampliar las ventajas de este acuerdo a los usuarios de todo el mundo", explica la compa?¨ªa en la p¨¢gina de divulgaci¨®n de Google Books.
A la contra
Otros pesos pesados de Internet, como la Open Book Alliance (formada por Microsoft, Yahoo! y Amazon.com), adem¨¢s de grupos de consumidores, intelectuales, profesores universitarios y expertos en derecho se han opuesto al acuerdo de EE UU. La semana pasada el Gobierno de Alemania pidi¨® formalmente al juez que instruye el caso en Nueva York que retire del pacto a autores y editoriales alemanas. El de Alemania es el primer Gobierno europeo que se opone formalmente a dicho pacto.
Adem¨¢s, cinco organizaciones que representan a editores, bibliotecas y titulares de derechos de autor europeos han expresado este lunes su rechazo a dicho pacto como modelo para digitalizar libros en la UE. Se trata de la plataforma ICOMP (Initiative for a Competitive Online Marketplace), creada este a?o bajo el paraguas de Microsoft, informa Efe. ICOMP considera que ese acuerdo es "inaceptable en su forma actual", ya que podr¨ªa conducir a un "monopolio de facto".
Mediando entre ambas posturas, los comisarios europeos adoptan un tono conminatorio al parecer dirigido a los pa¨ªses miembros: "No hace falta decir que la digitalizaci¨®n de obras protegidas debe respetar totalmente los derechos de propiedad intelectual y remunerar con justicia a los autores [...], pero tambi¨¦n necesitamos mirar seriamente al sistema de derechos de autor que tenemos en Europa. El marco actual, ?es todav¨ªa adecuado para la era digital?, ?el conjunto de leyes existentes permitir¨¢ a los consumidores europeos acceder a libros digitalizados?, ?garantizar¨¢ una remuneraci¨®n justa de los autores?...". "La digitalizaci¨®n de libros es una tarea de proporciones herc¨²leas que debe ser guiada por el sector p¨²blico pero donde es necesario el apoyo del sector privado". Es para debatir todas estas cuestiones por lo que la Comisi¨®n ha convocado para este lunes y martes sendas reuniones informativas en Bruselas.
El Ejecutivo comunitario subraya la importancia de que la digitalizaci¨®n y comercio de libros escaneados respete los derechos de autor. Adem¨¢s, advierte de que s¨®lo el 1% de los libros de las bibliotecas nacionales europeas han sido digitalizados, lo que su pone una "enorme" tarea para el futuro y tambi¨¦n la apertura de nuevas oportunidades culturales y comerciales.
Por su parte, Espa?a ha dado da la bienvenida a la iniciativa de la Comisi¨®n Europea para analizar las repercusiones del proyecto Google Books y subraya la necesidad de dar una "respuesta com¨²n" a este asunto. Fuentes del Ministerio de Cultura han declarado a EL PA?S que Espa?a es partidaria de aprovechar "todas las oportunidades que ofrecen las tecnolog¨ªas para una mayor difusi¨®n de la cultura". No obstante el ministerio matiza que dicha difusi¨®n debe hacerse "respetando siempre los derechos de propiedad intelectual, la diversidad cultural europea y los derechos de los consumidores". Cultura afirma que mantiene sobre esta cuesti¨®n un di¨¢logo "permanente" con el sector editorial espa?ol y con CEDRO, la entidad de gesti¨®n que agrupa a los autores y editores espa?oles. "El sector del Libro en su conjunto sabe que cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura en la b¨²squeda de nuevos modelos de negocio viables y generadores de mayor valor a?adido", a?aden las fuentes.
El 'truco' de los libros 'hu¨¦rfanos'
Google lleva a?os escaneando millones de libros de los que se desconoce quien posee los derechos. Esas obras, llamadas 'hu¨¦rfanas', constituyen la mayor¨ªa de los fondos que pueblan las bibliotecas del mundo. El acuerdo que han firmado en EE UU autores, editores y Google contiene una cl¨¢usula a la que se aferran los opositores al pacto como ejemplo para denunciar su car¨¢cter monopol¨ªstico: dispone que ni Google ni los editores podr¨¢n ser acusados de violaci¨®n de derechos, ni tendr¨¢n que hacer frente a ning¨²n tipo de reclamaci¨®n econ¨®mica, en caso de que, alg¨²n d¨ªa, aparezca el leg¨ªtimo propietario de los derechos de un libro hu¨¦rfano escaneado y vendido 'online'. Otras empresas que tambi¨¦n digitalizan libros hu¨¦rfanos no gozan de esa protecci¨®n jur¨ªdica, por lo que se consideran en inferioridad de condiciones para competir con Google. El buscador alega que su acuerdo no es exclusivo, y que otras empresas pueden firmar uno similar pero ?y si los editores no quieren?
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