Duelo esc¨¦nico entre dos grandes actores
Jos¨¦ Pedro Carri¨®n y Jes¨²s Castej¨®n estrenan en Madrid la versi¨®n teatral de 'Cosm¨¦tica del enemigo' de Am¨¦lie Nothomb
Cosm¨¦tica del enemigo, junto con Estupor y temblores, es la novela m¨¢s conocida de Am¨¦lie Nothomb, autora belga, nacida en Jap¨®n y criada en varios pa¨ªses debido a la carrera diplom¨¢tica de su padre.
La novela, que se convirti¨® en el gran acontecimiento de la rentr¨¦e francesa de 2001, agotando 150.000 ejemplares en la primera semana fue publicada en Espa?a en 2003 en Anagrama y ha sido llevada al teatro por el director Jos¨¦ Luis S¨¢iz, quien nada m¨¢s leerla descubri¨® que dentro de ella se escond¨ªa una gran obra de teatro. Consigui¨® los derechos, tradujo la obra Sergi P¨¤mies, ¨¦l hizo la adaptaci¨®n teatral , li¨® a la productora Concha Bustos y consiguieron algo que era imprescindible para llevar a cabo el proyecto, pero al mismo tiempo dif¨ªcil: reunir en el escenario a dos grandes, grand¨ªsimos actores. De lo contrario Cosm¨¦tica del enemigo que ha llegado al Teatro Fern¨¢n-G¨®mez, de Madrid, donde permanecer¨¢ hasta el 1 de noviembre, no podr¨ªa funcionar.
Y ah¨ª est¨¢n Jes¨²s Castej¨®n y Jos¨¦ Pedro Carri¨®n, ah¨ª han estado en Barcelona, en un mano a mano realmente impactante contando esta historia, con aires de thriler, de relato psicol¨®gico, de tragicomedia....
Los dos se meten en la piel de dos personajes que se encuentran en una fr¨ªa sala de espera de un aeropuerto. Uno de ellos es un empresario (Carri¨®n) al que un inesperado interlocutor (Castej¨®n) le dar¨¢ conversaci¨®n a pesar de su manifiesta resistencia. A lo largo de su relato, la violaci¨®n y el asesinato se ir¨¢n perfilando con nitidez cada vez mayor, y el primer personaje se transformar¨¢ en una abominable encarnaci¨®n de todos los fantasmas del segundo, quien ver¨¢ convertida su anodina espera en una aventura ominosa y alucinante. Tambi¨¦n hay un tercer personaje, una mujer, que no aparece, pero est¨¢ muy presente. Un trasunto de la propia autora en torno a la cual gira toda la atenci¨®n de la trama.
"El que fuera una novela entra?aba una dificultad", dice Carri¨®n de esta historia en la que ¨¦l cree que se pone de manifiesto una tragedia "la de que la humanidad despu¨¦s de tantos siglos sea capaz de cometer los mismo errores".
Lo que si est¨¢ claro es que el encuentro entre ambos est¨¢ siendo muy satisfactorio para los dos: "Disfruto mucho con Castej¨®n y a partir de a ahora nos atreveremos juntos con los que sea", se?ala Carri¨®n mientras que su partenaire esc¨¦nico se atreve a afirmar con la seguridad de que nadie va a interpretar algo distinto a lo que quiere decir: "Estoy en un orgasmo constante con Carri¨®n, es un ejercicio de gran intensidad de principio a fin hacer esta funci¨®n".
Una vez se han piropeado Castej¨®n a?ade: "Conoc¨ª la obra con la adaptaci¨®n teatral y al ver que transita por el bien, por el mal, por el amor entendido de muchas maneras, me enganch¨® inmediatamente, porque se trata de una obra que nos habla de c¨®mo hoy las personas aplicamos la cosm¨¦tica y maquillamos todas las tragedias y desgracias que nos rodean de manera que no nos afecten, ni nos preguntemos por qu¨¦ el ser humano no ha encontrado la manera de entenderse"
Tanto Carri¨®n como Castej¨®n se han adentrado en m¨¢s de una ocasi¨®n, y con ¨¦xito, en la direcci¨®n esc¨¦nica, por lo que sobre el escenario en los ensayos pod¨ªa darse que hubiera tres voces potentes opinando. "Estamos de acuerdo en no estar de acuerdo, incluso ideol¨®gicamente, pero el director es S¨¢iz", se?ala Carri¨®n quien tal y como hace en todos los encuentros con la prensa de un tiempo a esta parte en un momento dado espeta: "Si el teatro es educativo, ?por qu¨¦ no est¨¢ en la educaci¨®n?".
Sobre el montaje su director dice: "Nosotros, los espectadores, estamos en medio de un laberinto de luz cuyas paredes, techo y suelo: la sala, dejan de conformar un espacio impersonal aunque tranquilizador para convertirse en algo vivo que no controlamos, algo que tiene que ver con el estado emocional, cambiante, humor¨ªstico y terrible de esos dos tipos que han decidido saltar a la pista", dice S¨¢iz quien ha situado a parte del p¨²blico muy muy cerca de los actores: "El teatro necesita acci¨®n interna y los espectadores pasan a compartir esa experiencia".
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