La pasi¨®n y la inteligencia

Un ramo de flores enviado por el cantante Joaqu¨ªn Sabina con la leyenda "Gracias por tu ejemplo" resume el sentimiento de la mayor¨ªa de los que est¨¢n acudiendo al tanatorio de San Isidro de Madrid para despedirse del escritor Francisco Ayala, fallecido este martes a los 103 a?os. Junto al ramo, entre muchas otras, se pod¨ªa ver una corona enviada por Cristina Fern¨¢ndez Kirchner, presidenta de Argentina, pa¨ªs en el que Ayala se exili¨® en 1939.

El autor y acad¨¦mico granadino ser¨¢ incinerado este mi¨¦rcoles al mediod¨ªa en la m¨¢s estricta intimidad, seg¨²n ha declarado Rafael Ju¨¢rez, presidente de la Fundaci¨®n Francisco Ayala, que indic¨® adem¨¢s que el destino final de las cenizas deber¨¢ decidirlo la viuda del escritor, Carolyn Richmond.

Despu¨¦s de que la Reina Do?a Sof¨ªa la visitara en su propia casa, Carolyn Richmond ha recibido las condolencias de muchos representantes del mundo de la cultura en el tanatorio madrile?o. Por all¨ª han pasado la ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, el director general del Libro Rogelio Blanco, la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, el presidente del C¨ªrculo de Bellas Artes, Juan Miguel Hern¨¢ndez y un nutrido grupo de miembros de la Real Academia, a la que Ayala pertenec¨ªa desde 1984, ocupando el sill¨®n Z. Con su director Victor Garc¨ªa de la Concha a la cabeza, han pasado por all¨ª en distintos momentos acad¨¦micos como Gregorio Salvador o Juan Antonio Pascual.

Pascual, cuya candidatura fue presentada por el propio Ayala, ha recordado emocionado la figura de su colega fallecido: "Era inteligente, refinado e incisivo. Hablaba mejor de lo que yo soy capaz de escribir. Ahora parece un cumplido pero es verdad. Ayala era garant¨ªa de inteligencia. Cuando regres¨® del exilio lo hizo sin encono. Dej¨® Espa?a con 33 a?os en la mejor situaci¨®n de su carrera en el derecho y cuando tuvo que reciclarse como profesor de literatura se convirti¨® en uno de primera". Pascual ha mencionado que Ayala mantuvo su energ¨ªa hasta el final: "Cuando no pudo leer ya en p¨²blico, improvisaba sus intervenciones sin un solo anacoluto. Ten¨ªa algo tan dif¨ªcil de conseguir como la autoridad, es decir, una mezcla de pasi¨®n e inteligencia."

Su viuda, Carolyn Richmond, ha recordado, junto al poeta Luis Garc¨ªa Montero, los ¨²ltimos d¨ªas del escritor: "Aunque perdi¨® la voz se notaba que su mente segu¨ªa activa". Y a?adi¨® Garc¨ªa Montero se fue apagando.