El "comisario" Gordillo
El pintor crea una estimulante "instalaci¨®n" con la colecci¨®n de La Caixa
Est¨¢ claro que no hay nada como la mirada del artista para disfrutar del arte. La exposici¨®n (mejor, "instalaci¨®n") que ha montado Luis Gordillo en Caixaf¨°rum con su personal selecci¨®n de obras de la colecci¨®n de la Fundaci¨®n La Caixa es de antolog¨ªa. Dos salas resultan especialmente interesantes. En una ha situado, agrupadas todas en un sola pared pintada de un ins¨®lito fucsia, un conjunto de 11 obras datadas entre 1957 y 1966 de autores clave del informalismo espa?o como Saura, T¨¤pies, Canogar y Millares. "La idea aqu¨ª es un poco la de un pared¨®n, como al que llevaban a los antifranquistas, todos lo eran...".
La otra sala tambi¨¦n cuenta con obras duras,13 esculturas de hierro o acero realizadas entre 1986 y 1991 por artistas como Susana Solano, Txomin Badiola y Pellu Iraz ?ngeles Marco o Sergi Aguilaru. Gordillo las ha agrupado sobre una tarima corrida pintada, como el fondo, de un ir¨®nico verde manzana. "Tiene algo de cementerio, son como l¨¢pidas. Pretend¨ªa un ambiente de una cierta poes¨ªa melanc¨®lica que, por otro lado, se contradice con lo recio de las piezas. Como la otra, es un concepto hist¨®rico, un fragmento del arte espa?ol".
Son dos ejemplos de la manera con la que Gordillo ha abordado su primer, y esperemos que no el ¨²ltimo, encargo como comisario de obras ajenas (hasta ahora s¨®lo escenificaba sus propias obras). "Los comisarios dan mucho espacio a las obras para evitar que choquen y as¨ª ¨¦stas se disuelven. No dramatizan ni crean narraciones. Son espacios cl¨ªnicos en los que no hay riesgos de infecci¨®n. Yo busco que todo sea purulento".
Cosm¨¦tica dogm¨¢tica, abierta hasta el 11 de abril, re¨²ne m¨¢s de 100 obras de artistas contempor¨¢neos tanto nacionales como internacionales que el artista ha escogido entre las m¨¢s de 800 que integran la colecci¨®n. Buen conocedor del arte actual, asume que la selecci¨®n es un riesgo ?"cada vez que quitaba la obra de un amigo me daban p¨¢lpitos"?, pero est¨¢ dispuesto a aguantar las quejas para lograr que fluya "electricidad" entre las obras y que el p¨²blico, un poco, se electrocute. Casi siempre lo consigue.
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