Solemne multiplicidad
La imagen de un japon¨¦s moderno la asociamos a una c¨¢mara en la mano, lo mismo que la antigua a una kunyomi (o katana). La fascinaci¨®n por plasmar y sintetizar imagen es una constante en su cultura y pl¨¢stica. No es una excepci¨®n Shiro Takatani (Kyoto, 1963), que escogi¨® Madrid para el deb¨² de La c¨¢mara l¨²cida, objeto misterioso y atrayente, tanto como una de v¨ªdeo o una katana. La obra, exquisita, aparentemente simple, ordenada al detalle y en conjunto, pone de manifiesto c¨®mo se pueden aprovechar algunas pocas sugerencias, exprimirlas hasta obtener una atm¨®sfera, dibujar un espacio y colocar en ¨¦l a unos personajes prism¨¢ticos y evolucionados, deconstruidos a la vez que dibujados esmeradamente.
La c¨¢mara l¨²cida como tal fue patentada en 1806 por William Hyde Wollaston, un listo que conoc¨ªa el dise?o de Johannes Kepler de 1611. Conviene citar El conocimiento secreto de David Hockney, pol¨¦mico estudio alrededor de la 'c¨¢mara oscura', antecesora de la otra y m¨¢s que su oponente, su complemento virtual. Todo esto est¨¢ en Takatani contenido como el foco reductible de un epideascopio. El artista cita a Roland Barthes y su texto can¨®nico, que abre muchas inc¨®gnitas a la vez que desbroza terrenos de an¨¢lisis en cuanto la fotograf¨ªa m¨¢s que un invento aislado es el resultado de un largo proceso de reacci¨®n entre ciencia y est¨¦tica. Takatani usa la fragmentaci¨®n de roles y la fijaci¨®n o plasmado fotogr¨¢fico se yergue como memoria. La indudable seriedad del planteamiento sobre una geometr¨ªa contenida en los est¨ªmulos sonoros y visuales, se ritualiza y cobra significado sutil. Igual que en el diagrama de Wollaston, la relaci¨®n entre los puntos A y C se establece por efectos teatrales y danzados de reacci¨®n en los que el suelo ac¨²stico juega su papel. La diagonal de puntos de luz representa con eficacia el camino seguido por la visi¨®n del dibujante (B), su intenci¨®n unitaria.
La pareja alude al vals, recuerdo lejano que est¨¢ en una foto, exquisita met¨¢fora de lo pl¨¢stico a lo cin¨¦tico: a una c¨¢mara l¨²cida sucede otra, como juego de espejos, como el sill¨®n vis-a-vis (que son dos). El idilio entre tecnolog¨ªa y nuevo lirismo progresan en la secci¨®n final donde aumenta la gravedad del sonido hasta una solemnidad abrumadora.
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