El culto al sexo en los tiempos del poeta Homero
Una exposici¨®n en Atenas re¨²ne la m¨¢s completa muestra sobre arte er¨®tico en la antigua Grecia
El culto al sexo, a la lujuria y al cuerpo fueron tres elementos claves en la vida de la antigua Grecia. Las extensas y detalladas descripciones hom¨¦ricas de las batallas y epopeyas, que bien podr¨ªan servir como manuales de anatom¨ªa, dan buena fe de ello. El Museo de Arte Cicl¨¢dico, en el centro de Atenas, exhibe hasta el pr¨®ximo 5 de abril, una colecci¨®n de esculturas con altas dosis de erotismo y sensualidad. Una forma de acercar al p¨²blico del siglo XXI a las costumbres sexuales de hace 2.500 a?os.
La exposici¨®n est¨¢ dedicada al dios Eros, deidad de la fertilidad en la mitolog¨ªa griega. A lo largo del recorrido el visitante puede encontrarse desde la escultura tallada en m¨¢rmol de una figura f¨¢lica de dos metros de alto, hasta una estatua de Eros y Psique bes¨¢ndose apasionadamente. La exhibici¨®n incluye 280 objetos de arte, entre esculturas y cer¨¢micas principalmente, tra¨ªdas de diversos museos (el Lourve y el Museo Etrusco de Roma, entre otros). Todas las piezas fueron esculpidas entre el siglo VI a.C. y el IV d.C. Los griegos ten¨ªan, al parecer, una visi¨®n bastante amplia de la sexualidad. "En la sociedad griega no exist¨ªa la hipocres¨ªa, hab¨ªa mucha tolerancia, una forma de ver el mundo muy abierta y no se le daba tanta importancia al sentiemiento de la culpa", explica para The Guardian Nicholas Stampolidis, director del Museo Cicl¨¢dico de Atenas.
Temas tan actuales como la prostituci¨®n, la homosexualidad o la pederastia componen un recorrido completamente revelador. "Nuestro prop¨®sito es acercar la visi¨®n del visitante al concepto del amor en el mundo antiguo", afirma Nicholas Stampolidis. Y a?ade, "pero, para que esto suceda, el visitante debe venir con los ojos y la mente muy abierta". "Debido al contenido sexualmente expl¨ªcito de la exposici¨®n, los menores de 16 a?os deben ir acompa?ados por un profesor o un tutor", advierte un cartel en la entrada de la segunda planta. Los visitantes se encuentran en este nivel, con esculturas que representan org¨ªas numerosas, distintas parejas practicando "juegos er¨®ticos", todas las posiciones sexuales imaginables y hasta la recreaci¨®n a escala natural de un burdel en la desaparecida ciudad romana de Pompeya.
Dividida en 9 secciones, la muestra propone, adem¨¢s, un recorrido por el cambio de perspectiva que tuvieron los griegos y los romanos, a lo largo del tiempo, sobre la figura de Eros. De un dios potente y con facultades arrolladoras en el siglo VIII a.C a una figura ben¨¦vola y c¨¢ndida en tiempos de Roma; rebautizado bajo el nombre de Cupido.
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