Cinco minutos de escaqueo para los autores
Aprovechando un momento de despiste de sus editores y libreros, el novelista Enrique Vila-Matas confiesa disfrutar de "cinco minutos de escaqueo" en mitad del marat¨®n de firmas del d¨ªa de Sant Jordi en Barcelona. Pero, al final, no le queda m¨¢s remedio que renunciar a cualquier s¨ªndrome de Bartleby y se sienta a firmar disciplinadamente porque, poco a poco, los compradores se van apelotonando, mientras los mira de reojo. A su lado, en la misma librer¨ªa barcelonesa, Javier Mar¨ªasse enfrenta tambi¨¦n a un interminable goteo de lectores.
Durante toda la jornada de Sant Jordi (de 10 a ocho de la noche casi todos), m¨¢s de 250 autores circulan de caseta en caseta para encontrarse con sus lectores. El programa funciona as¨ª: los escritores est¨¢n una hora en cada uno de los puntos de venta y luego se lanzan a atravesar la multitud para llegar a su siguiente cita. Van acompa?ados (vigilados, dir¨ªa un mal¨¦volo) por jefes de prensa y editores, que deben evitar que se acumulen los retrasos, sobre todo para aquellos autores que garantizan un importante volumen de ventas.
La media de sesiones de firmas para un autor es de cinco o seis casetas, lo que significa no s¨®lo cinco o seis horas (generalmente se alargan) con el bol¨ªgrafo en ristre sino constantes desplazamientos por una ciudad que se vuelca en la calle durante toda la jornada del d¨ªa del libro (y mucho m¨¢s por la tarde y con buen tiempo). Ninguno se atreve a confesar la cantidad de ejemplares firmados.
"Esto es incre¨ªble. En Italia desde luego no hay nada parecido, no s¨¦ c¨®mo ser¨ªamos capaces de organizar este encuentro masivo y ordenado entre autores y lectores", explica Paolo Giordano, el autor de La soledad de los n¨²meros primos. El ¨¦xito de ventas se nota en que bastantes compradores no se conforman con la firma, sino que quieren una foto. Es su primer Sant Jordi y se muestra realmente impresionante por una multitud que se lanza a las calles en torno a los libros.
La escritora estadounidense Donna Leon, residente en Venecia y creadora del comisario Brunetti, afirma entre carcajadas que debe de haber firmado "un mill¨®n de libros", s¨®lo en catal¨¢n. Es una exageraci¨®n relativa: a pesar de que lo hace con parsimonia y se detiene a hablar con cada uno de sus lectores, no para de rubricar ejemplares de todo tipo, no s¨®lo de su ¨²ltima novela, Mientras dorm¨ªan, sino de viejas ediciones en ingl¨¦s.
Javier Mar¨ªas, que rubrica con cuidado y con una pluma dorada ("Escribo hasta los faxes con pluma", se r¨ªe), tambi¨¦n se encuentra con todo tipo de obras, no s¨®lo con el volumen que re¨²ne la trilog¨ªa T¨² rostro ma?ana. Algo parecido le ocurre a Enrique Vila-Matas: adem¨¢s de Dublinesca, su ¨²ltima novela, sus lectores se presentan con todos sus cl¨¢sicos bajo. Y no para. Se ha ganado sus cinco minutos de escaqueo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.