Un Schumann inigualable
En su tercera visita al Palau de la M¨²sica, Grigory Sokolov demuestra su enorme dominio del piano
Es dif¨ªcil que escuchemos alguna vez mejor tocado el Andantino de Clara Wieck, esas maravillosas variaciones que Schumann concibi¨® para la sonata n¨²m. 3. Interpret¨¢ndolas, Grigory Sokolov consigui¨® tal grado de tensi¨®n que casi produc¨ªa dolor en el oyente. Cada variaci¨®n abr¨ªa un mundo distinto y, a la vez, secretamente conectado con el que revelaban las dem¨¢s. La imagen, casi corporal, de Clara Schumann, y de todo su contexto, cronol¨®gicamente tan lejano a nosotros, se abr¨ªa paso en el a?o 2010. La m¨²sica se mov¨ªa, por arte o por milagro, como una flecha que iba directamente desde el compositor al p¨²blico. Una flecha que necesitaba, por supuesto, un arquero. Un pianista, Sokolov en este caso.
Grigory Sokolov, piano
Obras de Bach, Brahms y Schumann. Palau de la M¨²sica. Valencia, 5 de mayo de 2010.
El dominio que tiene del instrumento es enorme, aunque quiz¨¢ su mayor virtud radique en esa inefable capacidad para la transmisi¨®n de la m¨²sica, para que el oyente perciba el latido m¨¢s ¨ªntimo del compositor. Es famoso, pero no todo lo que debiera. No ensaya poses ni cuenta su vida privada. Solamente toca el piano. Como pocos. Sin embargo, no es eso lo que m¨¢s vende. Esta vez, las entradas no se hab¨ªan agotado.
La sonata n¨²m. 3 de Schumann se situ¨® en el cenit de la que, sin duda, ha sido la sesi¨®n m¨¢s interesante y m¨¢s conmovedora de la temporada. Una sesi¨®n donde se abord¨® tambi¨¦n la Partita n¨²m. 2 de Bach y la Fantas¨ªa op.116 de Brahms. El pianista ruso no s¨®lo resolvi¨® los problemas t¨¦cnicos, dif¨ªciles en todas ellas, sino que luci¨® otras muchas cosas: esa mano izquierda tan acariciadora como penetrante en Bach, esos fieros acordes que inician el op. 116, ese fraseo libre donde se desvanecen las barras de comp¨¢s (Intermezzi de Brahms)...
Despu¨¦s, cuando casi no se pod¨ªa ya resistir el embate de tanta sabidur¨ªa y tanta belleza, regal¨® al p¨²blico no una ni dos, sino seis propinas de Chopin. Es esta la tercera vez que Sokolov viene al Palau (antes, en 2002 y 2006), y en todas sus visitas ha contribuido a que el t¨¦rmino "int¨¦rprete" recupere la m¨¢s noble y profunda significaci¨®n.
Babelia
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