Apoyo mayoritario a la Ley del Cine
CiU se suma al tripartito en la votaci¨®n de la norma que establece que casi la mitad de las pel¨ªculas sean en catal¨¢n
"Esta es una de las leyes m¨¢s importantes de esta legislatura que significa un antes y un despu¨¦s en el ¨¢mbito de la cultura". El l¨ªder de ERC en el Parlament Catal¨¢n, Joan Puigcerc¨®s, ha definido as¨ª la importancia que para su grupo tiene la aprobaci¨®n, esta ma?ana, de la Ley del Cine de Catalu?a con el apoyo de los partidos que integran el tripartito y tambi¨¦n del principal grupo de la oposici¨®n, CiU. PP y grupo mixto han votado en contra y en los dos casos han criticado que se haya votado la ley sin esperar a c¨®mo puede afectarla el texto de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catal¨¢n. El proyecto se aprob¨® con 117 votos a favor y s¨®lo 17 en contra.
La ley regula los aspectos industriales, culturales y de distribuci¨®n del sector cinematogr¨¢fico en Catalu?a a trav¨¦s de 53 art¨ªculos, pero ha sido s¨®lo uno de ellos, el 18, el que ha centrado todo el debate. Es el que afecta a las cuotas ling¨¹¨ªsticas y que exige que la mitad de las copias anal¨®gicas de las pel¨ªculas dobladas o subtituladas que se estrenen en Catalu?a tendr¨¢n que ser en lengua catalana, exceptuando los filmes comunitarios que s¨®lo tendr¨¢n esta obligaci¨®n a partir de las 16 copias. En soporte digital, todas las copias distribuidas deber¨¢n tener incorporado el acceso ling¨¹¨ªstico en catal¨¢n.
En el tr¨¢mite parlamentario, la ley ha incorporado que esta obligaci¨®n afecte no solo a la distribuci¨®n sino tambi¨¦n a la exhibici¨®n. As¨ª, la ley prev¨¦ que las empresas exhibidoras tienen la obligaci¨®n de exhibir el 50% de proyecci¨®n de la obra en versi¨®n de lengua catalana en funci¨®n de una serie de criterios (poblaci¨®n, horario, taquillaje) que se computar¨¢n de forma anual y que se especificar¨¢n en el reglamento que se intentar¨¢ pactar con el sector. La ley tambi¨¦n establece una red concertada de pantallas, tanto p¨²blicas como privadas, que ser¨¢ complementaria a la oferta privada y b¨¢sicamente ofrecer¨¢ pel¨ªculas producidas en Catalu?a, en los estados miembros de la Uni¨®n Europea o filmes extracomunitarios que tengan un especial inter¨¦s cultural y art¨ªstico. Estos filmes, si no son en versi¨®n original castellana o catalana, deber¨¢n proyectarse en versi¨®n original subtitulada en catal¨¢n. El articulado tambi¨¦n prev¨¦ ayudas p¨²blicas a la digitalizaci¨®n de las salas privadas.
Una ley necesaria
La aprobaci¨®n de la Llei del Cinema constituye una buena noticia. Excelente noticia si se tiene en cuenta de que ha sido votada favorablemente por casi el 90% del Parlament de Catalunya. Ayer, en el hemiciclo, se palpaba una mayoritaria satisfacci¨®n democr¨¢tica pero tambi¨¦n la conciencia de que la nueva normativa provoca reticencias en un sector tan complejo como el del cine, con intereses contrapuestos entre sus distintas ramas y ahora sometido a una de sus peri¨®dicas crisis de transformaci¨®n tecnol¨®gica, como antes lo fue el paso del mudo al sonoro y actualmente es la irrupci¨®n del soporte digital. Si se cumple el vaticinio de que muchas salas cerrar¨¢n como consecuencia de esta ley, antes habr¨ªa que preguntarse cu¨¢l ha sido la causa de las que lo han hecho en los ¨²ltimos a?os.
Que la cuota del cine exhibido en catal¨¢n sea del 2.7% indica, a las claras, que los sectores de la distribuci¨®n y exhibici¨®n se mueven en par¨¢metros muy distintos a los de otros medios de comunicaci¨®n difundidos en Catalu?a. De ah¨ª la necesidad de legislar, de instaurar una cierta l¨®gica. Si el cine fuese ¨²nicamente un producto cultural, dicha l¨®gica pasar¨ªa por exhibir el cine tal como ha sido creado, en versi¨®n original subtitulada. Como que, adem¨¢s, es una industria y est¨¢ radicada en un pa¨ªs con antecedentes totalitarios -como Italia o Alemania, los otros grandes dobladores europeos-, hay que aceptar que, puestos a doblar, lo l¨®gico es que se haga en una proporci¨®n equitativa entre las dos lenguas oficiales: el castellano y, gracias a la ley, tambi¨¦n el catal¨¢n. La oferta, tal como ocurri¨® con la irrupci¨®n de la televisi¨®n auton¨®mica, generar¨¢ demanda.
Ser¨ªa injusto, incluso err¨®neo, valorar esta Llei de Cinema s¨®lo desde su incidencia socioling¨¹¨ªstica. Como director de la Filmoteca de Catalunya me siento enormemente complacido de que a esta instituci¨®n se le encomiende legalmente la misi¨®n de velar por la preservaci¨®n y difusi¨®n del patrimonio audiovisual y de la cultura cinematogr¨¢fica. Frente a la eterna dicotom¨ªa entre el arte y la industria, en tiempos de marketing, box-office y merchandising hay que recordar que el cine es, en cualquier caso, un signo vital de la identidad de un pa¨ªs. Producir pel¨ªculas que incidan en las taquillas o sean reconocidas en los festivales internacionales, fomentar la educaci¨®n cinematogr¨¢fica de nuevos p¨²blicos o crear un circuito de salas concertadas que proyecten cine europeo o independiente en versi¨®n original subtitulada son otros apartados fundamentales promovidos por esta ley que, desde ayer, ya es una realidad.
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