El Vargas Llosa pol¨ªtico
La notoriedad literaria del peruano Vargas Llosa responde a su propio talento y, en buena medida, a las calamidades padecidas por Am¨¦rica Latina a manos de caudillos y espadones, cuyas fechor¨ªas a¨²n carburan la imaginaci¨®n del nuevo Nobel. Desde que en 1962 publicara La ciudad y los perros, ambientada en las vicisitudes del colegio militar lime?o Leoncio Prado, la pol¨ªtica latinoamericana ha sido palanca creativa en Vargas Llosa, comprometido a fondo en las presidenciales peruanas de 1990, ganadas por el ingeniero agr¨®nomo de origen japon¨¦s Alberto Fujimori, criminal de novela, preso hoy en la base militar El Callao.
Vargas Llosa dice que todos los escritores utilizan, a sabiendas a no, sus experiencias vitales como el material de trabajo que habr¨¢ de condimentar la imaginaci¨®n y la pericia. En su caso la presencia de experiencias personales ha sido abierta y consciente en sus libros, y frecuentemente obsesiva en el flanco pol¨ªtico porque obsesivo ha sido su activismo contra el autoritarismo y la corrupci¨®n registrados en Latinoam¨¦rica desde que Crist¨®bal Col?n avistase sus costas. Los hermanos Fidel y Ra¨²l Castro en Cuba, Hugo Ch¨¢vez en Venezuela, Evo Morales, en Bolivia, y Daniel Ortega en Nicaragua son despellejados en art¨ªculos y reflexiones.
Harto del desgobierno izquierdista de Alan Garc¨ªa de finales de los ochenta, asfixiado por la arenga, la hiperinflaci¨®n y el terrorismo mao¨ªsta, Vargas Llosa encabez¨® un frente liberal y de derechas que venci¨® en primera vuelta, pero fue derrotado en la segunda porque la Alianza Popular Revolucionaria (APRA) de Garc¨ªa secund¨® a Fujimori.
El candidato vencido regres¨® a la literatura, para bendici¨®n de sus lectores, pero nunca abandon¨® la pasi¨®n por el devenir de los pueblos americanos. Esc¨¢ndalos, crisis, atropellos, y otros vicios de una regi¨®n todav¨ªa carente de una vertebraci¨®n institucional irreversible, son desmenuzados hasta el tu¨¦tano por la corrosiva y brillante lupa de Vargas Llosa. "En Am¨¦rica latina, al contrario que en pa¨ªses como Espa?a, la democracia no est¨¢ all¨ª para quedarse", dijo el pasado a?o durante la presentaci¨®n de su libro Sables y Utop¨ªas. Visiones de Am¨¦rica Latina.
Defendi¨® la revoluci¨®n cubana cuando la crey¨® promotora de la justicia y el socialismo en libertad, pero pronto cambi¨® de opini¨®n porque "lo grave es perseverar en el error. Me he equivocado muchas veces pero he rectificado". No lo ha hecho sobre Am¨¦rica latina en su conjunto porque la preocupaci¨®n del autor de Arequipa por los intermitentes sobresaltos pol¨ªticos y econ¨®micos y retrocesos del Estado de Derecho en el subcontinente, es antigua y patente en libros, conferencias y entrevistas. Vargas LLosa invoca la intervenci¨®n de los escritores en el debate pol¨ªtico como un deber. ?l lo hizo durante toda su vida: desde los desvelos juveniles en el Per¨² de las castas y el caudillismo, hasta su puntual e incansable comparecencia period¨ªstica de estos a?os, pasando por la fallida aventura presidencial de hace dos decenios.
Deudo de Julio Cort¨¢zar, "el menos oportunista, el m¨¢s puro", exige a los pol¨ªticos y gobernantes latinoamericanos pragmatismo frente a las realidades contempor¨¢neas, que obligan a la cesi¨®n y al sentido de Estado. Vargas Llosa aplaude la evoluci¨®n chilena, brasile?a o uruguaya, aborrece los regimenes de Cuba, Nicaragua, Ecuador o Bolivia y recela del matrimonio al cargo en Argentina. El nuevo Nobel sabe tanto del alma y rincones de Am¨¦rica Latina, que teme el naufragio de sus democracias si quienes deben velar por ellas no las defienden con armas y bagajes.
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