"El erotismo que dibujo es algo tranquilizante"
El l¨¢piz acaricia la hoja blanca del papel y en unos segundos la llena de una mirada c¨¢lida y de una monta?a de rizos. Es una cara de chica, pero no una chica cualquiera. Es la chica de Milo Manara (Luson, Italia, 1945). El maestro del c¨®mic er¨®tico y uno de los grandes nombres europeos de las historietas, est¨¢ sentado en una butaca de metal que lleva impreso uno de sus dibujos. Ha venido a Madrid a dar una charla sobre su amigo Federico Fellini para el encuentro que cierra el ciclo dedicado al director italiano en CaixaForum, pero antes ha querido inaugurar la colecci¨®n de mobiliario que una empresa de dise?o espa?ola (Nekko Design) le ha dedicado. Llega con tres horas de retraso, pero nada m¨¢s entrar se deja fotografiar y empieza a charlar como si no llevara encima los m¨¢s de 600 kil¨®metros de carreteras que ha hecho desde Barcelona. La imagen es felliniana. En la sala donde relucen las bocas sensuales y las largas piernas de sus mujeres, y la m¨²sica se mezcla al vocer¨ªo, todo para cuando, al final de la entrevista, coge el l¨¢piz y empieza a dibujar. De sus manos, que en el fervor de la rebeli¨®n del 1968 dejaron la pintura para el c¨®mic -porque le permit¨ªa recuperar una funci¨®n social que el arte tradicional no ten¨ªa, suele contar-, han nacidos las fantas¨ªas sensuales de generaciones de lectores (El Click o El Perfume del invisible) pero tambi¨¦n las escenas de las pel¨ªculas que Fellini persigui¨® toda la vida y nunca rod¨® (Viaje a Tulum y El Viaje de Mastorna), o obras a dos manos con Hugo Pratt como El gaucho. Y historia, mucha historia, una de las grandes pasiones de Manara. Como Los Borgia, la saga que a¨²n no ha acabado, y los memorables cap¨ªtulos de la Historia de Italia en c¨®mic.
Pregunta. De su obra se han hecho pel¨ªculas, anuncios publicitarios, cat¨¢logos de moda, muebles...Es la industria cultural, pero ?no le preocupa convertirse en una marca?
Respuesta. Si se trata de cosas como estas, divertidas, no. Pero por ejemplo una firma de ropa interior hace poco me pidi¨® vincular mi nombre a una colecci¨®n y dije que no porque en este caso, s¨ª, mi nombre se convertir¨ªa en una marca.
P. En 1969, en la Bienal de Verona (un a?o despu¨¦s de la contestaci¨®n en la m¨¢s famosa Bienal de Venecia) present¨® la obra Il calcio alla vacca (La patada a la vaca), un autorretrato en el que daba una patada a una vaca que representaba el arte figurativo tradicional. ?Hoy qu¨¦ es la vaca? ?A qu¨¦ dar¨ªa una patada?
R. [Se r¨ªe]. Es demasiado f¨¢cil decir la televisi¨®n. Yo la considero una de las invenciones m¨¢s importantes de la humanidad. Pero es el uso que se hace de ella, sobre todo en Italia. Aqu¨ª por lo poco que he visto hay menos publicidad. En Italia la televisi¨®n, una invenci¨®n importante desde el punto de vista cultural, solo se usa para dos motivos: promocionar productos e indoctrinar a la gente, influenciar a la opini¨®n p¨²blica. En este sentido seguramente ser¨ªa la vaca.
P. ?C¨®mo viven las mujeres de Manara en la Italia de las velinas?
R. Cuando yo lo digo alguien se sorprende pero para m¨ª una cosa muy irritante es el uso del cuerpo de las mujeres en los anuncios. Para promocionar cualquier cosa, una botella, una silla, el pegamento de silic¨®n, se pone al lado una mujer poco vestida. Para m¨ª es muy irritante...Puede parecer sorprendente dicho por m¨ª. Pero yo siempre distingo: mis chicas son dibujos, no son personas verdaderas, vivas, mientras que la humillaci¨®n se ejerce sobre personas vivas. Y luego, mis chicas venden solo ellas mismas, se proponen con su simpat¨ªa, belleza, sensualidad, para hablar de erotismo. Un argumento que me gusta porque es uno de los valores de la humanidad. Sabemos que todo lo que es cuento se rige por el amor y la muerte. La vida misma se rige por estas dos cosas.
P. ?Y qu¨¦ es para usted la vulgaridad?
R. Fingir que se est¨¢ diciendo una cosa mientras se est¨¢ diciendo otra.
P. ?Y el erotismo tiene a¨²n la funci¨®n de liberaci¨®n, de emancipaci¨®n, para la que usted lo eligi¨®?
R. Cierto que s¨ª aunque no como cuando yo lo eleg¨ª como argumento central de mi obra: hablamos de los a?os setenta y eso ten¨ªa un poder subversivo muy fuerte. Ahora, especialmente despu¨¦s de Internet, seguramente no lo tiene. Pero cierto tipo de erotismo m¨¢s libre, menos enjaulado en una dimensi¨®n maniaca, un erotismo vivido m¨¢s libremente a¨²n est¨¢ muy lejos. Ahora el erotismo est¨¢ lleno de morbo. Mientras que el erotismo que yo dibujo quiere ser algo tranquilizante.
P. ?Quiere decir que en la ¨¦poca del "todo a la vista", el erotismo ya no es expresi¨®n de libertad?
R. S¨ª. No me parece que tenga un poder liberatorio desde el punto de vista de la serenidad de las personas.
P. ?Ha tenido alg¨²n problema con las feministas? ?Le han reprochado algo?
R. No, todo lo contrario. Una vez organizamos un encuentro en la ciudad de Siena. Yo estaba muy a la defensiva pero la moraleja del encuentro fue que a ellas tambi¨¦n le gustaba el erotismo que hac¨ªa...En mis historietas las protagonistas siempre son las chicas. No hay un hombre que mueve los hilos, aparte de m¨ª. Siempre son personajes completamente autodeterminados, no son manipulados por nadie.
P. ?Qu¨¦ queda ahora de Manara que particip¨® a la rebeli¨®n de 1968?
R. Mucho, much¨ªsimo. Pero creo que con respecto al '68 he dado un paso m¨¢s. Entonces se cre¨ªa que todo era pol¨ªtica, que el privado fuese pol¨ªtica, que todo se pod¨ªa reconducir a la dimensi¨®n pol¨ªtica. Ahora yo creo que todo es cultura. Y que cualquier elecci¨®n pol¨ªtica es tambi¨¦n una elecci¨®n cultural. Creo que la cosa m¨¢s importante es la educaci¨®n, preocuparse de saber, de conocer, de darse una propia cultura.
P. ?C¨®mo era trabajar con Fellini? ?Qu¨¦ es lo que echa de menos de trabajar junto a ¨¦l?
R. Echo de menos a ¨¦l, al mismo Fellini. Porque me divert¨ªa mucho hablando con ¨¦l, ri¨¦ndonos durante las pausas. Era una referencia: yo sab¨ªa que estaba ah¨ª y mientras yo trabajaba sab¨ªa que ¨¦l pod¨ªa juzgar mi trabajo. Pero trabajar con ¨¦l ha sido muy duro. Ahora estoy trabajando con Alexandro Jodorowsky [con el director chileno, Manara ha realizando la serie Los Borgia, publicada por Norma Editorial]. He trabajado con Hugo Pratt con otros como el periodista Enzo Biagi o Vincenzo Cerami... Pero el trabajo m¨¢s dif¨ªcil ha sido con Fellini. ?l sab¨ªa exactamente lo que quer¨ªa y hasta que el resultado no era el que ¨¦l quer¨ªa, hab¨ªa que corregir, rehacer. Con Pratt siempre he tenido m¨¢xima libertad. ?l escrib¨ªa el texto y la puesta en escena era m¨ªa. Con Fellini, no: la puesta en escena era la suya, y yo solo era un ejecutor material de su imagen.
P. ?Por qu¨¦ Fellini consegu¨ªa representar tan bien la sociedad contempor¨¢nea?
R. Las pel¨ªculas de Fellini m¨¢s feroces, las ¨²ltimas -Ginger y Fred, La voz de la luna, La entrevista- representaban un acto de acusaci¨®n terrible hacia una sociedad que ha perdido cualquier sustancia cultural, espesor cultural...Cuando yo hablo de cultura no hablo solo de Proust, de Thomas Mann. Tambi¨¦n en el entretenimiento hay una elecci¨®n cultural, tambi¨¦n cuando se hace televisi¨®n, espect¨¢culo. Si se busca la calidad ya es una elecci¨®n cultural muy importante. No hablo de una cultura triste y pensativa, hablo de calidad. Lo que Fellini denunci¨® es la falta de calidad, de calidad de la vida, el aplastamiento sobre la busca de la riqueza a cualquier precio, el vivir a una solo dimensi¨®n...
P. ?Tiene usted un Viaje a Tulum, una obra inconclusa?
R. Inconclusa no. Ahora tengo que entregar a finales de mes la ¨²ltima parte de Los Borgia. Y luego tengo previsto trabajar a la historia de la modelo del pintor Caravaggio, Anna Bianchini. [Se levanta y ense?a con el dedo un recuadrito con una mujer con un traje rojo entre las decenas de retratos de mujeres que plagan una de las mesas de la sala de exposici¨®n].
P. ?De los personajes de la actualidad pol¨ªtica contempor¨¢nea, a qui¨¦n dedicar¨ªa una serie?
R. Personajes de aventura, hay muchos. [Se r¨ªe]. Pero yo creo que en general la vida m¨¢s extraordinaria que merece ser contada es la de Obama. Si uno considera que su abuelo viv¨ªa en un pobre pueblo de Kenia, que el nieto de este hombre se haya convertido en el presidente de EE UU, es extraordinario. Merece ser contado.
P. ?Qu¨¦ efecto le hace cuando le llaman maestro?
R. Me hace sentir m¨¢s viejo, aunque ya lo soy [Se r¨ªe]. Y pienso en cuando yo llamaba maestro a Hugo Pratt.
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