El Circo busca su esplendor perdido

Entre los siglos XVII y XIX se manten¨ªa la costumbre de considerar el circo como un g¨¦nero de variedades que en ning¨²n caso era para ni?os. En el siglo XX esta tradici¨®n fue abri¨¦ndose decididamente a la incorporaci¨®n de ni?os entre los espectadores, hasta el punto de que Arturo Castilla y Feijoo, dos de los grandes revitalizadores de este g¨¦nero en la Espa?a de la segunda mitad del siglo XX, establecieron la moda de ofrecer una programaci¨®n especial y continua, concretamente en el Circo Price de Madrid, de manera que se convirtiera es un espect¨¢culo familiar en el periodo vacacional de la infancia.

Pero el Price desapareci¨®, y de los sesenta Teatros-Circo estables que hab¨ªa en Espa?a, s¨®lo el de Albacete, creado en 1887, ha mantenido ininterrumpidamente su uso, el mundo del circo dej¨® de recibir apoyos y se debilit¨® art¨ªsticamente, a pesar del esfuerzo denodado de varias familias circenses, sobre las que recay¨® la responsabilidad de que no desapareciera el g¨¦nero. Pero con los a?os las nuevas generaciones de artistas de circo, emanadas desde muchos pa¨ªses, han inoculado savia nueva a este mundo, renov¨¢ndolo y buscando darle su antiguo esplendor y hoy s¨®lo los desconocedores de una nueva realidad son los que mantienen esa frase manida hace unas d¨¦cadas de que "el circo est¨¢ antiguo y casi deprime".

Pero el m¨¦rito no es s¨®lo de los adalides de las nuevas tendencias y lenguajes esc¨¦nicos, sino tambi¨¦n de familias, que han sabido soportar la traves¨ªa del desierto, sin renunciar a sus principios est¨¦ticos, a su nomadismo y a un mundo sobre el que ahora se vuelven muchas miradas buscando y hallando lo que el circo siempre les ha sabido dar: fascinaci¨®n.

Potenciaci¨®n del circo

Uno de los pioneros de esta nueva etapa de resurgimiento fue el desaparecido director y actor Adolfo Marsillach, quien siempre sostuvo, desde su etapa como director del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (Inaem) que hab¨ªa que darle todo el apoyo posible al circo. Se cre¨® el Premio Nacional de Circo y en la etapa de C¨¦sar Antonio de Molina, al frente de este ministerio, se decidi¨® crear el Museo Nacional del Circo, con sede en Albacete, en lo que fue el Banco de Espa?a en aquella ciudad, con una superficie de 4.175 metros cuadrados que se extender¨¢ a 4.800 metros cuadrados.

Su sucesora en el cargo no s¨®lo no ha dado al traste con ese proyecto, sino que se ha convertido en una defensora del g¨¦nero y el Inaem, al frente del cual se encuentra ahora F¨¦lix Palomero, ha aumentado las ayudas al sector de 470.000 euros en 2009 a 732.000 euros en 2010 (un 55,7%). "Tambi¨¦n es importante el Plan General del Circo", apunta Palomero, "es algo en lo que estamos trabajando especialmente ya que el que exist¨ªa desde hace d¨¦cadas se ha quedado obsoleto, porque el panorama ha cambiado mucho y a finales de a?o esperamos que ya est¨¦ en marcha". Tambi¨¦n habla del inter¨¦s que hay en impulsar un C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas que pueda trasladarse hasta los municipios para que ¨¦stos tengan relaciones emp¨¢ticas con el mundo del circo, sobre todo en cuesti¨®n de licencias, tasas, etc¨¦tera.

Imaginar el circo

Coincidiendo con el IV Festival Internacional de Circo de Albacete, recientemente clausurado, se ha inaugurado en el Museo Municipal de la ciudad, la exposici¨®n Imaginando el circo, una muestra de materiales procedentes de las colecciones estatales en los que se aborda el g¨¦nero circense.

"Aqu¨ª lo que se anunci¨® en su d¨ªa fue la creaci¨®n de un museo del que no hay colecci¨®n, y lo que se ha hecho este a?o ha sido un estudio de todos los fondos que sobre el circo tiene el estado distribuidos por distintos museos, de manera que se empezara la captaci¨®n de piezas", se?ala Andr¨¦s Pel¨¢ez, director del Museo Nacional del Teatro y comisario de la exposici¨®n junto a Isabel Quintana.

El caso es que lo que demuestra esta exposici¨®n, a modo de anteproyecto de lo que ser¨¢ en su d¨ªa la muestra permanente ya que s¨®lo han cabido 201 piezas, es que los fondos del Estado son amplios y m¨¢s que suficientes para levantar un museo, que adem¨¢s ser¨ªa ¨²nico en el mundo: "No existe ninguno de car¨¢cter p¨²blico y Espa?a ser¨ªa pionera en este sentido", apunta Pel¨¢ez.

El apoyo se hizo patente con la presencia en Albacete de Gonz¨¢lez-Sinde y Palomero, en la inauguraci¨®n de la exposici¨®n y del festival circense, donde la ministra mostr¨® especial inter¨¦s por un g¨¦nero que en su d¨ªa investig¨® en profundidad y de manera rigurosa para escribir el gui¨®n de La luna de los feriantes, pel¨ªcula de Pedro Olea sobre el mundo del circo, que no se lleg¨® a rodar.

La muestra recorre en cinco apartados todo lo referente al mundo del circo, desde los or¨ªgenes, que en el caso de Espa?a se datan en el siglo XVII con alguna noticia de una c¨®mica y volatinera, Mar¨ªa Felipa la Titiritera, que en el 1600 trabajaba en Valencia, hasta los trajes de Paco Delgado para la pel¨ªcula de ?lex de la Iglesia, Balada triste de trompeta.

Adem¨¢s hay mucho material de carteles, la publicidad del circo, su nomadismo (se ha reproducido un carromato, antecedente de las caravanas circenses; ya que la itinerancia para el circo es fundamental) y todo tipo de documentales y materiales sobre trapecistas, payasos, magia, animales artistas, gimnastas y malabaristas, entre otras especialidades.

Cierra la exposici¨®n un apartado dedicado a la relaci¨®n del circo con el cine y el teatro, que ha sido mucha y fruct¨ªfera. "No s¨®lo porque el cine o el teatro han recogido temas circenses, sino porque a veces se sit¨²a la acci¨®n en un circo, como hizo el escen¨®grafo y figurinista Pedro Moreno en No hay burlas con el amor, para la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico", concluye Pel¨¢ez.

En todos los apartados se ha tenido en cuenta el reflejo del circo en la pintura. En Espa?a quienes m¨¢s atenci¨®n han prestado al circo han sido Picasso, Maruja Mallo, Gutierrez Solana, Francisco Mateos, Benjam¨ªn Palencia.... De todos ellos hay obras en la muestra que denota el inter¨¦s de estos creadores por el circo.

"En la pintura de Picasso el circo simbolizaba la paz y la alegr¨ªa y muchos de los personajes del Guernica que aparecen desesperados y rotos, los encontramos en los personajes circenses del Picasso m¨¢s alegre", apunta Pel¨¢ez quien ha captado el material no s¨®lo en el Museo Nacional del Teatro, sino en otros grandes archivos hist¨®ricos de la Administraci¨®n como la Biblioteca Nacional, Museo del Traje C.I.P.E., Museo Nacional Reina Sof¨ªa, Filmoteca Nacional en Nodos y fondos particulares como los de Arturo Castilla y Feijoo.

Desde lo que ser¨¢ el Museo Nacional de Circo, cuya apertura se sabr¨¢ cuando est¨¦ adjudicado el proyecto, se abordar¨¢n necesidades de almac¨¦n, restauraci¨®n, catalogaci¨®n de colecciones y publicaciones cient¨ªficas, difusi¨®n, archivo, colecciones, biblioteca, videoteca, sala de cine, salas para exposici¨®n permanente y temporales, oficinas y un espacio-circo para la realizaci¨®n de actuaciones en vivo.