Cyndi Lauper se moja de verdad
La cantante estadounidense lo dio todo en la ¨²ltima jornada del 46? Heineken Jazzaldia
Se hab¨ªa estrenado en el Festival La Mar de M¨²sicas de Cartagena el pasado d¨ªa 22 y, m¨¢s o menos, sab¨ªamos lo que se pod¨ªa esperar de una velada en la gira Memphis Blues de la cantante estadounidense Cyndi Lauper embarcada en la presentaci¨®n de su nuevo trabajo (o capricho) dedicado por completo al blues.
Pero la plaza de la Trinidad, en la parte vieja de San Sebasti¨¢n -uno de los escenarios m¨ªticos de su festival de jazz- tuvo sobre la cantante nacida en Brooklyn (Nueva York) en 1953 un efecto al menos excitante como la cafe¨ªna. O quiz¨¢s su comportamiento se debiera a la mezcla del escenario y las circunstancias. ?Qu¨¦ pensar¨ªa Lauper anoche cuando se enfrent¨® a 2.500 personas que la esperaban aguantando estoicamente bajo una intensa lluvia? La imagen era curios¨ªsima por no calificarla de extravagante: un gent¨ªo en las gradas y en la pista de la Trini enfundados todos en ponchos de pl¨¢stico con capucha que la organizaci¨®n del festival hab¨ªa repartido a la entrada del concierto. Una estampa inquietante, al menos, pues aquel p¨²blico uniformado parec¨ªa o bien una aldea de los pitufos o, mal mirado, una secta de chiflados que se abalanzar¨ªa (en plan teleserie de zombis) sobre la cantante si esta no cumpl¨ªa las expectativas.
As¨ª que, ante semejante panorama, Lauper se puso las pilas y enfundada en su ajustado traje negro de cuero de dos piezas y con un corte de pelo de melena asim¨¦trica de rubio oxigenado comenz¨® a cantar y bailar Just your fool y Shatered dreams. Entre un tema y otro pregunt¨® en alto a los responsables del escenario d¨®nde hab¨ªa una escalera para poder bajar a la pista. Y dicho y hecho, comenzaron los acordes de She bop y aquella mujer decidi¨® que, ante las inclemencias del tiempo, un artista ha de saber mojarse y si es literalmente, mejor. Se sent¨® en el primer escal¨®n de una empinada escalerilla en la embocadura del escenario y baj¨® a la pista, primero a las primeras filas e inmediatamente se dio un paseo que le llev¨® a recorrer todo el espacio hasta llegar a la grada convirti¨¦ndose en una m¨¢s bajo la lluvia. Una m¨¢s, pero sin poncho y con micr¨®fono. Se dej¨® fotografiar, tocar, se subi¨® a una valla para que todo el mundo pudiera verla y, sobre todo, se moj¨®. A mitad de concierto, volvi¨® a repetir el numerito, esta vez en una de las gradas laterales de la Trini que tiene una pendiente considerable y unos escalones bastante altos f¨¢ciles de subir, pero no tanto de bajar. Sorte¨® el momento sin partirse la crisma y regres¨® con la misma hiperactividad al escenario donde interpret¨® canciones que otros grandes del blues como Etta James o Lowell Fulson hab¨ªan hecho ya. Hasta se atrevi¨® con una versi¨®n de Marvin Gaye.
Estupenda banda
Lo que qued¨® patente, pese a estar acompa?ada por una estupenda banda, es que no es tan f¨¢cil llevar al directo un disco en el que colaboran como invitados algunos de los m¨¢s grandes, como B.B. King (guitarra y voz), Allen Toussaint (piano) y Charlie Musselwhite (arm¨®nica). En directo se hace m¨¢s evidente la categor¨ªa de capricho de este nuevo disco dedicado al blues. Lauper posee una voz estupenda y muy particular, pero parece que no es la m¨¢s indicada para el g¨¦nero.
Y queda m¨¢s claro aun cuando la cantante se deja para el final su traca de grandes ¨¦xitos del pop de los ochenta. Su version de Girls just want to have fun de Robert Hazard; su exitazo Time after time y la delicadeza con la que atac¨® True colors -compuesta por Billy Steinberg y Tom Kelly- contentaron a muchos de los que hab¨ªan acudido a escuchar, precisamente, aquellas canciones. Pero tambi¨¦n hicieron casi olvidar de qu¨¦ se trataba todo aquello. Del blues de Memphis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.