Oda a las guitarras el¨¦ctricas
El Turborock!, el ¨²ltimo festival musical de la temporada, propone rock en¨¦rgico y mel¨®dico con la vuelta de D-Generation como cabeza de cartel
Ser¨¢ el ¨²ltimo pero no por ello el que tenga menos gasolina. Con el verano en retirada, Turborock!, el ¨²ltimo festival de la temporada, celebra el 2 y el 3 de septiembre en Santander y Benidorm (los que toquen el 2 en una ciudad lo har¨¢n en la otra el 3 y viceversa) , su segunda edici¨®n con una propuesta bien clara: disfrutar del rock cl¨¢sico de guitarras el¨¦ctricas.
El combustible lo ponen bandas y m¨²sicos punteros en ofrecer canciones en¨¦rgicas, ancladas en el poder de las seis cuerdas, como Matthew Sweet, Nada Surf, Gigolo Aunts, Urge Overkill, The Bellrays, The Del Lords o The Sadies. Tambi¨¦n D-Generation, uno de los atractivos de un festival con un cartel sin ninguna figura de relumbr¨®n pero con una media de calidad m¨¢s que notable, repleta de artistas muy solventes, fieles a una determinada actitud rock y a la b¨²squeda de magn¨ªficos horizontes mel¨®dicos.
"Nos pareci¨® excitante regresar. La m¨²sica rock es m¨¢s aburrida hoy que antes, as¨ª que volvemos para divertirnos y divertir", asegura por tel¨¦fono desde su apartamento de Nueva York Jesse Malin, cantante de D-Generation. La banda neoyorquina se re¨²ne tras m¨¢s de una d¨¦cada separada. No les han faltado las ofertas para reagruparse en los ¨²ltimos a?os -"ya est¨¢bamos cansados de decir que no", afirma Malin-, pero ser¨¢ en el Turborock!, despu¨¦s de unas actuaciones en Estados Unidos, donde de nuevo se podr¨¢ ver sobre un escenario a un verdadero grupo de culto en la bulliciosa escena del punk-rock norteamericano. De hecho, es el primer paso para algo m¨¢s serio tras su ¨²ltimo disco Through The Darkness, publicado en 1999. "Planeamos hacer un nuevo ¨¢lbum. Creo que fuimos una banda importante, que se gan¨® el respeto y no pasar¨ªa nada si volvemos a ofrecer nuevo material", cuenta Malin, quien tiene una interesante carrera en solitario.
Enamorados del punk neoyorquino
Formado en 1991 en Manhattan, el grupo D-Generation naci¨® cuando una pandilla de amigos, enamorados del glam-rock y el punk de su ciudad, quiso emular a sus h¨¦roes de los setenta en pleno terremoto del grunge, cuando la m¨²sica alternativa e independiente cobr¨® todo el protagonismo. "Todos ten¨ªamos en la cabeza la idea de tocar y cambiar el rock en Estados Unidos. Quer¨ªamos algo m¨¢s agresivo y al mismo tiempo con m¨¢s 'glamour'", explica Malin. "Odi¨¢bamos lo que sonaba por las ondas", a?ade.
Con Nirvana y el resto de representantes de ese noise-rock poniendo la industria patas arriba, ten¨ªan la vista puesta en Seattle pero su alma era neoyorquina. "El rock de Nueva York era muy especial, ten¨ªa un esp¨ªritu muy callejero, hecho por hijos de trabajadores, por gente de la calle. Siempre tuvo mucha actitud", cuenta Malin. El resultado fue D-Generation y su rock de potentes guitarras, que mezclaba con arrojo el glam de The New York Dolls con el maravilloso punk acelerado de The Ramones. "Ten¨ªamos qu¨ªmica. Creo captamos la energ¨ªa y el esp¨ªritu de bandas como los Rolling Stones, The Clash, Sex Pistols, The Stooges... No hab¨ªa nada forzado en nosotros", asegura el guitarrista Danny Sage en conversaci¨®n telef¨®nica desde Nueva York.
De alguna manera, ellos m¨¢s que otros se criaron entre espl¨¦ndidos riffs que se cultivaron durante lustros en el Lower East Side. "Con 10 o 11 a?os fui a ver alucinado a los Ramones. Era tan peque?o que ten¨ªan que levantarme para ver el escenario", cuenta Sage. "Crecer en Nueva York es diferente a todo. En mi caso, me permiti¨® conocer bandas impresionantes de las escenas del punk rock pero tambi¨¦n del hard core. Grupos como T.S.O.L, The Cramps, Brad Brains o Dead Kennedys...", dice.
Una vibrante escena pero alejada del ¨¦xito comercial. Lo mismo que le sucedi¨® a D-Generation, que algunos se atrevieron a calificar como unos herederos de Nirvana cuando, amparados por Sony, publicaron en 1996 el fant¨¢stico No lunch, que contaba como productor con Ric Ocasek, l¨ªder de The Cars. "Era un verdadero artista y muy profesional. No beb¨ªa, no fumaba, no se distra¨ªa de su trabajo. Y, aunque era muy serio, era muy po¨¦tico y supo captar el sonido de la banda de manera perfecta", cuenta Malin. Y, con todo, D-Generation no triunfaron. "Tal vez, no pudimos ni supimos llegar al p¨²blico medio", reflexiona Sage. Aunque su resonancia, como abanderados del mejor punk rock neoyorquino, no se perdi¨®. "Es divertido", dice Malin. "Nos hicimos m¨¢s famosos una vez que la banda muri¨®".
Cuando volvi¨® a resucitar la escena de Seattle, con White Stripes al frente, o Nueva York volvi¨® a activarse mundialmente con The Strokes, no fueron pocos los que hicieron por recordar la influencia de D-Generation por su actitud revisionista aunque sin ¨¦xito. Pero, incluso, sin ese reconocimiento, D-Generation, como la mayor¨ªa de participantes de este Turborock!, son hoy una gran propuesta para cualquiera que guste del sonido desahogado de las guitarras, m¨¢s en desuso de lo deseado actualmente entre los grupos y m¨²sicos de las listas de lo m¨¢s vendido. "Es terrible. Hoy no se escuchan como suced¨ªa hace 25 a?os. La verdad: no lo entiendo", se lamenta Sage.
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