Almod¨®var llega por sorpresa al preestreno de 'La piel que habito'
El cineasta aparece acompa?ado por Antonio Banderas y Elena Anaya para presentar su pel¨ªcula en Madrid como parte de una estrategia promocional dirigida a las redes sociales
Justo antes de que se apagaran las luces y empezara la proyecci¨®n del preestreno de La piel que habito, la ¨²ltima pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var, un ca?¨®n de luz cay¨® sobre la pantalla del cine. Todos los asistentes movieron sus cabezas en busca de alguna respuesta y tras un segundo de desconcierto la hallaron avanzando por uno de los pasillos: el director espa?ol, acompa?ado de Antonio Banderas y Elena Anaya, los protagonistas de su pel¨ªcula.
Eran las ocho de la tarde pasadas en la sala 9 de los cines Ideal de Madrid. Y un aplauso escalonado fue llenando la sala hasta que ellos llegaron al centro de la luz, al tiempo que se activaban las c¨¢maras de fotos y v¨ªdeos de los tel¨¦fonos m¨®viles. Almod¨®var, con una camisa del azul intenso del cielo madrile?o; y sus actores, de negro. Con parte del p¨²blico en pie, el director agradeci¨® la presencia de los asistentes y durante unos diez minutos habl¨® de su cine y de lo que significa esta pel¨ªcula en su trayectoria, lo que ha querido decir. Record¨® su fotofobia, se puso las gafas oscuras y empez¨® por reconocer que recientemente pudo ver en esos cines, despu¨¦s de 26 a?os, La ley del deseo. "Me di cuenta que ya entonces me mov¨ªa en el eclecticismo y que mezclaba todos los g¨¦neros cinematogr¨¢ficos, el drama, el humor, el thriller, el noir. Despu¨¦s de todo este tiempo el eclecticismo ya forma parte de m¨ª".
Luego habl¨® de La piel que habito, "una pel¨ªcula que ten¨ªa muchas ganas de hacer. Algunos que la han visto dicen que es muy nueva en mi trayectoria", aunque reconoci¨® que ¨¦l no era consciente mientras la hac¨ªa. Aclar¨® que no es una pel¨ªcula de terror, pero que s¨ª te puede impregnar de algo como el miedo, o a algo que se le parece.
"La piel no es s¨®lo el ¨®rgano m¨¢s grande que tenemos, sino que es el que nos significa. Adem¨¢s, ya no es exactamente un ¨®rgano que nos identifica. La identidad es uno de los temas de la pel¨ªcula. A pesar de toda la manipulaci¨®n de la ciencia hay algo inaccesible a todo esa circunstancia, y eso que llamamos identidad, esp¨ªritu, alma o lo que quer¨¢is".
Almod¨®var pidi¨® entonces algo a los espectadores: "Dejad que la pel¨ªcula os acompa?e esta noche. Ya s¨¦ que a algunos o algunas os gustar¨ªa llevaros a Antonio o a Elena o a los dos, pero no pod¨¦is porque yo tengo una cita con ellos". Aunque Banderas y Anaya se mostraron dispuestos y encantados de poder ir a la cama con todos. Y entre risas y aplausos, el director contin¨²o con su petici¨®n: "No coment¨¦is la pel¨ªcula esta noche, Iros a la cama con ella, y ma?ana ya pod¨¦is decir lo que os d¨¦ la gana. Dad una oportunidad a que la pel¨ªcula, como un gato amoroso, est¨¦ a vuestro lado y en vuestros sue?os. Y luego comentar vuestras sensaciones en Facebook y Twitter".
Despu¨¦s intervinieron Elena Anaya y Antonio Banderas. La actriz dijo entre l¨¢grimas que, probablemente, era el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida. Banderas agradeci¨® que no hubiera habido alfombra roja y tambi¨¦n hizo otra petici¨®n: "Abrid las puertas para que entren aquellos que han tenido el coraje y la valent¨ªa de romper las reglas del juego, de caminar por esos caminos peligrosos donde se encuentra la verdadera creaci¨®n art¨ªstica. Esos caminos que desde hace 30 a?os me propuso un persona importante en mi vida profesional y personal: el se?or Pedro Almod¨®var". Abrazos, elogios y risas mientras varias c¨¢maras de m¨®viles filmaban aquel regalo que daba Almod¨®var a los seguidores que asistieron al preestreno.
Como despedida estuvo acompa?ado de su hermano y productor, Agust¨ªn Almod¨®var, y reconoci¨® que ¨¦l es cinco a?os mayor que su hermano y no, como ven¨ªa diciendo hasta ahora, menor que ¨¦l. Una mentira que se ha visto forzado a reconocer en vista de que alguien pidi¨® la partida de bautismo en su pueblo, Calzada de Calatrava, en Ciudad Real. Entre risas, aplausos y susurros, los cuatro abandonaron el cine. Las c¨¢maras se los espectadores se apagaron. La sala se oscureci¨® y empez¨® la pel¨ªcula n¨²mero 18 del oscarizado director manchego, un h¨ªbrido de g¨¦neros depurados a lo Almod¨®var para una historia inquietante sobre un Pigmali¨®n contempor¨¢neo.
Babelia
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