Bomba Est¨¦reo explota en el E¨®lica 2011
El cuarteto colombiano y Vetusta Morla, triunfadores en un festival empa?ado por la mala organizaci¨®n
El Festival ?olica se celebra dentro del Instituto Tecnol¨®gico de Canarias; frente a la bah¨ªa internacional de windsurfing de Gran Canaria. Un lugar en el que el viento deja de soplar muy pocas horas al a?o, pero que muy pocas. Y Eolo, el d¨ªa en el que celebraban un festival en su honor, quiso estar presente. Tanto es as¨ª que los grupos no pudieron hacer sus respectivas pruebas de sonido y el p¨²blico se las tuvo que tragar -como el polvo- en directo. Viento, polvo y pruebas antes de cada concierto. Un plan que irrit¨® al respetable. Para el recuerdo quedar¨¢ el intento de Vetusta Morla de probar dentro de un contenedor portuario por la tarde, llevado hasta el lugar para la ocasi¨®n. Aquello retumbaba.
Los colombianos Bomba Est¨¦reo entraron al escenario con casi dos horas de retraso, ante la mirada de una desbandada cansada de esperar, despu¨¦s de Vetusta Morla, que es como el Bar?a de Guardiola, simplemente admirable por su perfecci¨®n. Pero con tres canciones fue suficiente para que los de Barranquilla reventara el E¨®lica 2011, por cuyo escenario ya hab¨ªa pasado el Guincho y la banda madrile?a, que recogieron ovaciones, sonoras, entregadas, pero no levantaron el esp¨ªritu como el cuarteto colombiano.
Agria como la psicodelia y dulce como la cumbia, Bomba Est¨¦reo ofrece algo distinto, algo de lo que aprender por tanto. A ratos hip hop, en ocasiones techno, con la cumbia presente y persistente. A todo ello hay que sumarle el nombre de Lili Saumet, todo un terremoto. La vocalista y letrista es energ¨ªa, viento en movimiento, a veces m¨¢s que calidad vocal, y tiene la virtud de que cuando lo desea convierte su garganta en un instrumento m¨¢s dentro de las derivas psicod¨¦licas. Una oferta original y que le ha granjeado buenas cr¨ªticas en su tour mundial. Despu¨¦s de Gran Canaria, su siguiente parada es Nueva York.
M¨²sica entre gigantes de viento
Con dieciocho gigantes vigilando, moviendo sus aspas como llevados por la m¨²sica del E¨®lica y no por el viento que azota cada d¨ªa el campo internacional de windsurfing de Pozo Izquierdo, en Santa Luc¨ªa de Tirajana, 12.000 personas sufrieron una organizaci¨®n sensiblemente mejorable y que hizo aguas por muchos rincones. Los grupos lo pusieron todo de su parte. El directo de Vetusta Morla no tiene parang¨®n. Era su segunda vez en Canarias; la su segunda, adem¨¢s, en Gran Canaria; y en las Islas hay muchos seguidores ¨¢vidos de que vuelvan cuanto antes. Y parece que as¨ª ser¨¢, quiz¨¢s en no m¨¢s de medio a?o.
El Guincho act¨²a como un local que viene de lejos, como su m¨²sica. Su historia musical parti¨® a pocos kil¨®metros de donde se celebraba el Festival, en un parque tem¨¢tico, el Sioux City, y su paso por Canarias se va consolidando. Hace menos de 12 meses estuvo en el Womad y en julio en el Caravan, en Tenerife. Ahora toca E¨®lica. Hay p¨²blico que quiere amarle y a¨²n no lo consigue.
Paralelamente en el escenario Pl¨¢stico, Dan Ghenacia y Stacey Pullen hicieron saltar a un p¨²blico que ya ven¨ªa entregado desde horas antes, de la mano de Anthony Collins y Javier Carballo.
Conciencia en movimiento
Durante el d¨ªa, antes de que la m¨²sica comenzara a sonar, decenas de actividades relacionadas con las energ¨ªas renovables y m¨¦todos de reciclaje se acumularon en el E¨®lica 2011. Familias enteras participaron en ejercicios para concienciar a los m¨¢s peque?os de la familia de que hay que llegar a construir un mundo m¨¢s sostenible. Quiz¨¢ lo complicado sea concienciar a los mayores.
El lunar, que m¨¢s que lunar es una considerable mancha de aceite, lo puso la organizaci¨®n del evento. Artistas al margen, que mostraron una gran profesionalidad, la entrada, los servicios, el mobiliario, el incumplimiento con los horarios -se llegaron a acumular hasta dos horas de retraso- conformaron un desmadre de los que no se recordaban. Cuesti¨®n de aprender, se podr¨ªa presumir, pero es la octava edici¨®n del E¨®lica, aunque la primera en Gran Canaria.
Babelia
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