El cine se desnuda para ligarse al Oscar
Las pel¨ªculas de tem¨¢tica sexual copan el festival de Toronto, mercado previo para los galardones de Hollywood
Si la programaci¨®n del Festival Internacional de Toronto es indicaci¨®n de lo que nos espera a la hora del Oscar, los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematogr¨¢ficas ser¨¢n los m¨¢s calientes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. La muestra de cine que se celebra estos d¨ªas en la ciudad canadiense, y donde comienzan las campa?as al Oscar, es un continuo despliegue de sexo y erotismo en su programaci¨®n. Los ejemplos se suceden. 360, el ¨²ltimo trabajo de Fernando Meirelles, comienza con una joven en topless posando para un anuncio de prostituci¨®n en Internet. Keira Knightley tambi¨¦n ense?a sus senos sin pudor en esa historia de sadomasoquismo e histeria en la que se convierte A Dangerous Method. Madonna desnuda a sus protagonistas nada m¨¢s comenzar su nuevo trabajo como realizadora en W.E. Adem¨¢s hay numerosos hombres dispuestos a ense?arlo todo como Matthew McConaughey en la comedia Killer Joe o Matthew Goode que arranca su nueva pel¨ªcula, Burning Man, masturb¨¢ndose...
Claro que el m¨¢s comentado es Michael Fassbender, el nuevo descubrimiento de Hollywood y reci¨¦n galardonado en el Festival de Venecia por su trabajo en Shame. Como describi¨® en su blog la comentarista de cine Marlene von Arx, "el desnudo frontal paga". La pel¨ªcula centrada en un neoyorquino demasiado acostumbrado al sexo en internet como para mantener una relaci¨®n emocional es un continuo festival carnal recibido en Toronto entre gritos como el de esa se?ora que dijo "eso s¨ª que es un equipo" ante lo que ve¨ªa en pantalla y desmayos como los de esa otra espectadora que acab¨® en el suelo (todo sea dicho en una escena m¨¢s violenta que sexual).
?Demasiado arriesgado para el puritanismo de Hollywood? Al parecer, no. Al fin y al cabo a la hora de los Oscar, un poco de controversia nunca viene mal. Si en ediciones anteriores los aspirantes a este galard¨®n se esforzaron por sorprender al p¨²blico y a los acad¨¦micos con trabajos tortuosos con problemas f¨ªsicos y mentales que afeen su porte de estrella (Mi pi¨¦ izquierdo, Monster, El discurso del rey, Las horas) para llevarse el Oscar de calle este a?o la adicci¨®n se llama sexo.
Como dijo Fassbender en Toronto, "hoy en d¨ªa el sexo viene hasta con los cereales del desayuno". No estamos hablando de un sexo glorificado o para mirones al estilo Emmanuelle. Se trata de un sexo descarnado e inc¨®modo, donde la carne es visible pero el erotismo brilla por su ausencia. "No tiene nada de sexy", coment¨® Knightley de su trabajo como la psicoanalista Sabina Spielrein y la relaci¨®n que mantiene con Carl Jung (Fassbender) y Sigmund Freud (Viggo Mortensen). "Es cl¨ªnico, nada atractivo", a?adi¨®.
Aun as¨ª, la actriz candidata al Oscar no estaba nada segura de si deb¨ªa desnudarse para el papel. Dos tragos de vodka antes de cada toma y una conversaci¨®n con su director David Cronenberg eliminaron sus temores. Keira acaba ense?ando sus pezones hasta en escenas que ni tan siquiera son sexuales. "Claro que fue deliberado. Esa toma la hace sentir m¨¢s fuerte, sin temerle a su cuerpo", detall¨® el realizador.
Kirsten Dunst tambi¨¦n le ha dado en Toronto un giro de 180 grados a su carrera. De novia de Spider-Man ha pasado a ser la mujer vejada en su noche de bodas por otro que no es su marido en Melancholia. Y Elizabeth Olsen tambi¨¦n se aleja de su imagen de ni?a que le dio durante a?os la serie de televisi¨®n Padres forzosos con la carga sexual de su nuevo estreno Martha Marcy May Marlene. Nadie dice que sea f¨¢cil desnudarse delante de las c¨¢maras. Como confes¨® Fassbender a la prensa, el rodaje de Shame fue "tan inc¨®modo como te puedes imaginar". Pero a juzgar por su galard¨®n en Venecia y los rumores que rodean al int¨¦rprete alem¨¢n de madre irlandesa, ese desnudo le puede dar un ¨²ltimo empuj¨®n hacia el Oscar. Aunque no parezca lo m¨¢s normal en un Hollywood pudendo, no ser¨ªa la primera vez que el sexo lleva a las puertas de la Academia como fue el caso de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs, candidata en 1974 a mejor director (Bernardo Bertolucci) y mejor actor (Marlon Brando).
"De un modo extra?o la disponibilidad de la pornograf¨ªa que disfrutamos en la actualidad no es m¨¢s que otra forma de represi¨®n. No creo que estemos tan liberados como pensamos. S¨®lo hablamos m¨¢s de ello", resumi¨® Cronenberg sobre este debate sexual al que se suman otras cintas en busca del Oscar como Sleeping Beauty donde Emily Browning se droga hasta la inconsciencia para que sus clientes hagan con ella lo que quieran; Take This Waltz donde Michelle Williams se trabaja vigorosamente a su novio; a su novio y a otra mujer y de nuevo a su novio ahora con otro hombre, o La piel que habito donde Pedro Almod¨®var le da la vuelta al sexo. Pero en ocasiones hasta los m¨¢s abiertos de Hollywood tienen sus l¨ªmites como explic¨® Goode al decir que el pene en pantalla nunca puede superar "el Mull de Kintyre", expresi¨®n que hace referencia a esa isleta en la costa oeste de Escocia con un cierto parecido al miembro viril.
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