Zinemaldia, esa monta?a rusa
El certamen estrena director y encara una ¨¦poca de tranquilidad tras a?os de sobresaltos - 'Intruders' es el filme que abre la cita
Si un festival es ya de por s¨ª una locura organizativa y art¨ªstica, el de San Sebasti¨¢n -que hoy inaugura su 59? edici¨®n con la proyecci¨®n de Intruders, de Juan Carlos Fresnadillo- ha sido una monta?a rusa de problemas pol¨ªticos, cinematogr¨¢ficos y de cambios radicales de direcci¨®n. Esta edici¨®n estrena nuevo director, Jos¨¦ Luis Rebordinos, en una transici¨®n bastante ordenada: era el n¨²mero dos del anterior responsable, Mikel Olaciregui (que ha estado 10 a?os), que a su vez, sustituy¨® a Diego Gal¨¢n. Dos directores que se van voluntariamente y tres responsables procedentes de un mismo equipo: lo nunca visto en estos casi 60 a?os en Donostia.
En realidad, el certamen empez¨® como un entretenimiento m¨¢s. El cerebro de un comerciante donostiarra est¨¢ a pleno rendimiento hasta en vacaciones. Un viaje a Cannes supuso el nacimiento del festival de cine de San Sebasti¨¢n. Porque, una vez pasados los d¨ªas de agosto y la Semana Grande, ?c¨®mo pod¨ªan alargar el est¨ªo en la ciudad donostiarra y que los turistas siguieran en la Concha? Diez comerciantes, a propuesta de uno de ellos, que hab¨ªa estado en 1952 en el festival franc¨¦s, decidieron montar su propio certamen. Total, ya hab¨ªa desfiles de moda, as¨ª que sencillamente hab¨ªa que absorber esos festejos y sumarles proyecciones de pel¨ªculas y, sobre todo, estrellas. A ser posible de Hollywood. As¨ª comenz¨® el Zinemaldia en 1953: con mucha pasarela y trajes, concursos de tiro al pich¨®n, novilladas y d¨ªas libres sin sesiones de cine para que los invitados se dedicaran a pasear y ver los alrededores, incluida visita obligatoria a Pamplona, a los Sanfermines.
El evento empez¨® con el fin de alargar el verano comercial en la ciudad vasca
"El futuro ser¨¢ una apuesta por el cine espa?ol", se?ala Jos¨¦ Luis Rebordinos
Porque el Zinemaldia no siempre se ha celebrado en septiembre. Los diez comerciantes encontraron apoyo en la ciudad, y mucho m¨¢s en Madrid tras el ¨¦xito de la primera edici¨®n, cuando el r¨¦gimen de Franco entendi¨® las posibilidades propagand¨ªsticas. A cambio lo cambiaron de fecha, para dolor de los fundadores y lo trasladaron a julio siguiendo, eso s¨ª, la l¨ªnea de programar solo pel¨ªculas espa?olas: aunque tambi¨¦n iban estrellas internacionales como Gloria Swanson. En 1972 volvi¨® a celebrarse en el deseado septiembre.
Durante d¨¦cadas, el certamen ha sufrido un sinf¨ªn de vaivenes, directores que entran y salen, a?os de muchas estrellas y a?os estrellados, innumerables problemas pol¨ªticos, manifestaciones y asalto a los escenarios, hasta la ins¨®lita calma actual. La categor¨ªa A ha sido una de las grandes luchas de San Sebasti¨¢n. Esa etiqueta la otorga la FIAPF (Federaci¨®n Internacional de Asociaciones de Productores Cinematogr¨¢ficos) a festivales no especializados de calidad. En diversas etapas el Zinemaldia ha perdido y recuperado dicha categor¨ªa, dependiendo de si las pol¨ªticas fiscales franquistas apoyaban o no el cine, y de los bajones organizativos. La ¨²ltima vez que se perdi¨® fue en 1980, tras el desastre f¨ªlmico y organizativo de finales de los setenta. Se recuper¨® en 1985 y hoy est¨¢ asentada en el Zinemaldia.
El certamen despeg¨® en 1958, bajo la direcci¨®n de Antonio Zulueta, el padre del cineasta Iv¨¢n Zulueta, cuando las productoras estadounidenses apostaron por el certamen y estrenaron all¨ª Los vikingos, con la visita de Kirk Douglas, y V¨¦rtigo, de Alfred Hitchcock: en San Sebasti¨¢n se guarda la ¨²nica copia con un final displicente del filme; luego, el cineasta gan¨® la batalla a su productora y cort¨® aquel pegote de felicidad.
Otro de los lastres ha sido su ajustado presupuesto, alejado de Cannes, Venecia o Berl¨ªn. Cuando Zulueta dirig¨ªa el certamen, acudi¨® a una reuni¨®n de festivales A. Tras o¨ªr al resto contar el dinero que ten¨ªan, decidi¨® soltar que el presupuesto era un secreto de estado: "En realidad estaba avergonzado con la cantidad; era rid¨ªcula. Nosotros vend¨ªamos el lema de Festival de la simpat¨ªa, porque dinero no ten¨ªamos", contaba Zulueta. Hoy, bajo la estructura de patronazgo, en el que intervienen las cuatro Administraciones (Ayuntamiento, Diputaci¨®n, Gobierno vasco y Ministerio de Cultura), el presupuesto es de 7.150.000, al que cada una aporta un mill¨®n de euros. M¨ªnimo, comparado con los otros tres grandes.
Durante d¨¦cadas, otro lastre lo impuso el Gobierno: la censura. En 1971, el festival incluso se autoprohibi¨® la proyecci¨®n de Canciones para despu¨¦s de una guerra, de Basilio Mart¨ªn Patino. La lucha por proyectar pel¨ªculas sin censura trajo m¨²ltiples problemas... porque adem¨¢s se mezclaban otras materias pol¨ªticas: la edici¨®n de 1981 estuvo marcada por varios atentados terroristas de ETA, la de 1985 por una huelga general, adem¨¢s de varias reivindicaciones. El director del certamen asegura que hoy, cuando dos de los cuatro miembros del Consejo de Administraci¨®n son Administraciones gobernadas por Bildu, las cosas van bien: "La realidad de Euskadi es compleja, porque hemos vivido un tiempo anormal en el que un grupo terrorista ha intentado imponer sus ideas por la fuerza. Pero en el festival nada ha cambiado con la llegada de Bildu". ?Y el futuro? "Ser¨¢ una apuesta por el cine espa?ol, incidiremos en la parte industrial y entrar¨¢ gente joven en el comit¨¦ seleccionador", dice Rebordinos, que hasta el 2010 dirig¨ªa la Semana de Terror de San Sebasti¨¢n. Empieza su ¨¦poca.
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