Una mirada sobre Atxaga
Imanol Rayo presenta en San Sebasti¨¢n 'Bi Anai', una pel¨ªcula inspirada en el libro del mismo nombre del escritor
Imanol Rayo ha decidido a sus 27 a?os lanzarse al mundo del cine con una adaptaci¨®n de Bi anai, (Dos hermanos, en euskera), novela corta de Bernardo Atxaga. La cinta, estrenada el martes en el Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n dentro de la secci¨®n Zinemira, dedicada al cine vasco, es el primer largometraje del realizador, su primer trabajo oficial y tambi¨¦n su primera vez en el certamen m¨¢s importante de Espa?a. Rayo aclara de entrada que el trabajo es una interpretaci¨®n libre del relato, "una mirada concreta" sobre un libro ambientado en ese conf¨ªn brumoso de Atxaga llamado Obaba y publicado en 1984, cinco a?os antes de que viera la luz Obabakoak, novela en euskera con la que el escritor gan¨® el premio Nacional de Narrativa.
El libro, una especie de f¨¢bula, cuenta la historia de dos hermanos, el mayor, discapacitado, "monstruoso", como se describe en la novela, y el peque?o, un adolescente sobre el que recae el peso de hacerse cargo del otro cuando el padre fallece. La pel¨ªcula, rodada en euskera, se articula a trav¨¦s de esa ecuaci¨®n pero s¨®lo ofrece al espectador breves pinceladas, destellos de los dos chicos y su asfixiante universo. "Hay mucha elipsis y mucho elemento que se queda en el aire", explica Rayo, formado en la Escuela de Cine de Andoain, Guipuzkoa. "Para mi no es importante la supuesta historia oficial, se convierte casi en una an¨¦cdota. La l¨ªnea argumental de la pel¨ªcula no nos interesa", afirma tajante.
"Se trata de una pel¨ªcula aparte", sostiene Atxaga, al que Rayo ha mantenido informado a lo largo de todo el proceso de producci¨®n, y que ya vio como Montxo Armend¨¢riz llevaba a las salas Obaba, inspirado en Obabakoak. Una cinta de car¨¢cter pausado, "lejos de ese cine que se hace para televisi¨®n y que requiere a un espectador contemplativo, tranquilo y que no tenga prisa", ahonda. Una pel¨ªcula, tambi¨¦n para el escritor, que una vez vista, retumba en la cabeza, "tiene un efecto retardado, que vuelve a las 48 horas", momento en el que entonces el argumento toma protagonismo.
En la cinta la forma se impone al contenido. Los personajes protagonizan unos di¨¢logos escasos y se dibujan a trav¨¦s de planos largos y est¨¢ticos. Rayo, proyectista de profesi¨®n, sustituye los narradores de Atxaga, encarnados en cuatro animales en las ediciones de la obra en euskera (p¨¢jaro, serpiente, ardilla y oca, a los que se suma una estrella en la traducci¨®n al castellano), en unos fotogramas sugerentes, que se detienen, por ejemplo, en la lluvia, en las puertas o salas de las viviendas, como si fuera unos "cuadros maravillosos", apunta el escritor. "Queremos recrear el placer de la mirada, la quietud, cambiar el comp¨¢s del ritmo", a?ade el director.
"La pel¨ªcula tiene que encontrar su propio p¨²blico", dice el director ante el reto que se ha propuesto. Que Bi anai se convirtiera casi desde su publicaci¨®n en un libro de referencia de muchas casas vascas es uno de los pretextos que emplea Rayo para explicar el porqu¨¦ de su trabajo. Rayo toma prestadas las sutilezas de Obaba, aquel paraje que le sirvi¨® a Atxaga para presentar un universo fant¨¢stico y fantasmag¨®rico, situado en un espacio no determinado, pero en un tiempo concreto, finales de la d¨¦cada de los 50. Un lugar en el que el director no ha vivido, a diferencia del escritor, y que s¨®lo conoce precisamente a trav¨¦s de la obra del ¨²ltimo. El salto de edad entre el realizador y Atxaga, de 60 a?os, el hecho de que "no se hayan tratado mucho", seg¨²n cuenta el escritor, sus profesiones, inquietudes, sensibilidades, en definitiva, lo que les diferencia y separa se salva por un detalle que apunta el novelista. "Imanol me recuerda a m¨ª juventud, a m¨ª de joven. No hace lo convencional, lo gen¨¦rico. Un aspecto de la cultura que parece ha desaparecido".
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