Rock in Rio calienta motores en su vuelta a casa
Arranca en R¨ªo de Janeiro el festival m¨¢s grande del mundo con todas las entradas (700.000) vendidas
Como una suerte de indiano a la inversa, el festival Rock in Rio, "el m¨¢s grande del mundo", vuelve hoy a su ciudad natal tras sus experiencias de ultramar: cuatro ediciones en Lisboa y dos en Madrid (la ¨²ltima en 2010; la pr¨®xima, el a?o que viene). La ciudad ha amanecido con su habitual contagiosa energ¨ªa (?en qu¨¦ direcci¨®n corre toda esa gente por la playa tan temprano?) y engalanada para el recibimiento del hijo pr¨®digo: las primeras planas de los diarios celebraban que hoy, primera jornada de la primavera, es "el d¨ªa del rock" (O Globo) y los fans esperaban a las puertas del hotel Palace a las primeras estrellas (la reina del pop frusler¨ªa Katy Perry, sir Elton John o Rihanna protagonizan la jornada de apertura).
Para paladares m¨¢s escorados a la sutileza, el escenario Sunset ha armado una sorprendente programaci¨®n de m¨²sica (predominantemente brasile?a)
No es novedad: el festival se celebr¨® en 1985, 1991 y 2001 en R¨ªo de Janeiro. Y los seis millones de cariocas se volcaron con cada edici¨®n; m¨¢s que un evento multitudinario, la cita es aqu¨ª todo un estilo de vida. Pero esta vez es distinto: la ciudad se ha impuesto la obligaci¨®n de demostrar al mundo que est¨¢ preparada para los pr¨®ximos retos, la celebraci¨®n del Mundial de f¨²tbol (2014) y de los Juegos Ol¨ªmpicos (2016). Y la primera edici¨®n de Rock in R¨ªo, con sus 1,35 millones de asistentes, sus d¨ªas de barrizal a lo Woodstock y sus memorias indelebles (y multiplicadas, todo Brasil recuerda haber estado all¨ª), fue en cierto modo la primera celebraci¨®n multitudinaria y con proyecci¨®n internacional en un pa¨ªs que despertaba a la normalidad democr¨¢tica.
Entradas agotadas
Las 700.000 entradas puestas a la venta se agotaron en cuatro d¨ªas hace un a?o incluso a¨²n cuando no se conoc¨ªa el cartel. La ocupaci¨®n hotelera y de campings est¨¢ al 100%. Y las marcas lucen por decenas orgullosas en el recinto, 150.000 metros cuadrados en la Barra de Tijuca (no muy lejos de donde se celebr¨® la primera vez). Porque no, nadie oculta que esto, m¨¢s que un festival de m¨²sica es un gran evento de mercadotecnia o, en las palabras de Roberto Medina, un "un gran laboratorio de m¨¢rketing social" donde so?ar con que otro mundo (y otra ¨¦tica empresarial) es posible.
?Y el rock? Lo pondr¨¢n en el escenario Mundo Red Hot Chili Peppers, Guns N' Roses, Metallica, Coldplay o Man¨¢, que se reparten entre este fin de semana y el que viene. Para paladares m¨¢s escorados a la sutileza, el escenario Sunset ha armado una sorprendente programaci¨®n de m¨²sica (predominantemente brasile?a) montada en torno a los d¨²os m¨¢s o menos insospechados, como los que formar¨¢n Esperanza Spalding (estrella emergente del jazz de viabilidad comercial) y Milton Nascimento o Tom Z¨¦ y Os Mutantes. Y entre tanto desconocido para el europeocentrista, una recomendaci¨®n que adquiere la categor¨ªa de advertencia: Marcelo Canelo, que acaba de publicar un maravilloso ¨¢lbum llamado Toque dela.
Pero eso ser¨¢ la semana que viene, porque en realidad, todo hab¨ªa empezado el jueves, con unas azafatas portuguesas dejando escapar risitas nerviosas y meneando las caderas al ritmo de 84, tres chicos de Madrid con querencia por las armon¨ªas vocales del rock americano. Tocaron a diez mil metros de altura sobre el oc¨¦ano, m¨¢s o menos donde la Atl¨¢ntida perdi¨® el nombre, a bordo del vuelo fletado por el festival en colaboraci¨®n con varias marcas (incluida EL PA?S) que aportaron 330 pasajeros entusiastas entre portugueses y espa?oles a trav¨¦s de concursos.
Babelia
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