Una nueva biograf¨ªa de Van Gogh afirma que muri¨® por la bala perdida de un adolescente
Los estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith, ganadores de un Premio Pulitzer por la biograf¨ªa del pintor Jackson Pollock, dicen que el artista holand¨¦s no se suicid¨®
La vida, o mejor, las circunstancias de la muerte de Vincent van Gogh, han dado un giro inesperado un siglo despu¨¦s de que fuera enterrado en la villa gala de Auvers-sur-Oise a los 37 a?os. Hasta ahora, la versi¨®n oficial de su fallecimiento citaba un suicidio en un trigal del sur de Francia. El pintor, que hab¨ªa sufrido diversos episodios de enajenaci¨®n y lleg¨® a cortarse una oreja en un arrebato, se habr¨ªa disparado un tiro en el pecho el 27 de julio de 1890 para morir dos d¨ªas m¨¢s tarde. El arma, sin embargo, nunca fue encontrada. De ese hilo han tirado ahora los escritores estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith para hacer una afirmaci¨®n sorprendente: Van Gogh muri¨® alcanzado por la bala perdida del rev¨®lver con el que jugaban unos adolescentes. Fue, por tanto, v¨ªctima de un homicidio imprudente. Su biograf¨ªa, titulada Van Gogh: la vida, sale hoy a la venta en Estados Unidos.
Los autores han le¨ªdo centenares de cartas de la correspondencia del pintor con su familia nunca publicada
De confirmarse, la explicaci¨®n de Naifeh y White Smith podr¨ªa cambiar la historia del arte. El libro a?ade a¨²n otra capa de mala suerte a la trayectoria vital de un hombre que no logr¨® vender un solo cuadro en vida. "En la ¨¦poca de su fallecimiento, Van Gogh sol¨ªa tomarse unas copas con dos chicos de Auvers. El d¨ªa de autos, uno llevaba puesto un traje de vaquero y jugaba con una pistola defectuosa. Seguro que bebieron demasiado. Una bala se perdi¨® y el pintor, para evitar que les juzgaran, dijo que se hab¨ªa disparado ¨¦l", aseguran los bi¨®grafos en un documental de la cadena televisiva estadounidense CBS, donde han presentado el libro.
Tras una vida de desenga?os sostenida primero por su fe cristiana, y despu¨¦s por la pasi¨®n art¨ªstica, la imagen de Van Gogh salvando de la c¨¢rcel a unos adolescentes solo agranda su leyenda. En el museo que lleva su nombre en ?msterdam, prefieren, de todos modos, tomarlo con calma. "La teor¨ªa de homicidio imprudente no est¨¢ bien sustentada", ha dicho el conservador Leo Jansen. Sin embargo, es cierto que el testimonio de un joven de 16 a?os explicando lo mismo que los nuevos bi¨®grafos ya apareci¨® en 1890. La diferencia es que nadie le crey¨®.
Para su investigaci¨®n, Naifeh y White Smith han tenido acceso a los fondos del museo Van Gogh. Han recorrido los escenarios de la vida del pintor, desde la oscuridad de sus primeros a?os en Holanda, al luminoso sur de Francia. Pero sobre todo, han le¨ªdo centenares de cartas de la correspondencia del pintor con su familia nunca antes publicada.
Babelia
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