Los cuentos de este mundo de Mu?oz Molina

Nada del otro mundo (Seix Barral) re¨²ne 14 cuentos de Antonio Mu?oz Molina escritos entre 1988 y 2011. De ellos, uno (Apuntes para un informe sobre la Brigada de la Realidad) se public¨® en EL PA?S en 1999 y otro (El miedo de los ni?os), ¨²ltimo del volumen, es un in¨¦dito. Un libro, en definitiva, con todos los cuentos del autor de El jinete polaco, quien esta ma?ana ha explicado su larga e intensa relaci¨®n con un g¨¦nero que le hace sentirse "m¨¢s tranquilo y desahogado".

"El cuento es una m¨¢quina que t¨² ves. Es como la maqueta de un edificio racionalista. Se ve todo el proceso de la construcci¨®n narrativa, pero de una manera sint¨¦tica". Para Mu?oz Molina, el cuento (tocado de m¨¢s misterios y fantas¨ªas que la novela) se rige por el mismo pulso que la poes¨ªa y eso lo convierte en impredecible. "Siempre recuerdo el momento, o el proceso, en el que surgi¨® cada uno de ellos, como el ¨²ltimo, que lleg¨® repentinamente, por equivocaci¨®n, en una noche de insomnio. Yo hab¨ªa empezado a escribir otro pero se hac¨ªa cada vez m¨¢s y m¨¢s largo. Tuve que dejarlo. Hasta que una noche surgi¨® El miedo de los ni?os, lleno de ciertas sensaciones de la infancia, de peque?os detalles". Una fuerza emocional que, seg¨²n el escritor, empuja a los grandes relatos que ¨¦l admira, como El nadador, de Cheever, o Un d¨ªa perfecto para el pez pl¨¢tano, de Salinger: "En los grandes cuentos parece que no pasa nada pero siempre pasa algo decisivo".

"Siempre recuerdo el momento, o el proceso, en el que surgi¨® cada uno de ellos"

"Hoy hay m¨¢s literatura en un vag¨®n de metro que en un suplemento cultural"

Sin embargo, para el escritor el cuento no pasa por su mejor momento, al menos en Espa?a. Algo que para ¨¦l tiene relaci¨®n directa con los peri¨®dicos, que han ido relegando el espacio del cuento al del "microcuento". "Los directivos de los peri¨®dicos espa?oles viven con la extra?a convicci¨®n de que el mejor p¨²blico posible son las personas a las que no les gusta leer, lo cual es casi como que los bodegueros enfocaran sus vinos a seducir a los abstemios", escribe en el ep¨ªlogo de Nada del otro mundo, en el que reconoce que para ser un genio de lo breve hay que ser Monterroso.

El espacio del cuento

"El cuento", ha explicado esta ma?ana el autor de Plenilunio, "necesita un espacio que acaba siendo el del libro pero que no empieza en el libro. En un ecosistema literario saludable, las revistas y los peri¨®dicos eran ese lugar de nacimiento". En ese sentido, apunta hacia el cl¨¢sico ejemplo para cualquier amante de la lectura: The New Yorker, la revista semanal que desde 1925 se mantiene fiel a si misma y a sus principios publicando un relato de ficci¨®n y en cuyas p¨¢ginas han crecido algunos de los mejores escritores del siglo XX. "Pero tristemente los medios espa?oles no son hospitalarios con el cuento". Cr¨ªtico con una informaci¨®n que mira con "abatimiento y desd¨¦n" la cultura ("y yo tengo mucho respeto por la inteligencia de los lectores"), a?adi¨®: "Hoy hay m¨¢s literatura en un vag¨®n de metro que en un suplemento cultural".

Siguiendo con sus relatos, el autor confes¨® que al reencontrarse con sus textos de hace 30 a?os ha vencido la tentaci¨®n de corregirse. "?Pero hasta qu¨¦ punto puede corregirse el pasado. La energ¨ªa hay que concentrarla en lo nuevo. Yo no volver¨ªa a escribir un cuento de entonces, entre otras cosas porque ya no soy el mismo. Pero he aprendido a convivir con esa mirada angustiada al escritor que fui".

Mu?oz Molina explic¨® su gusto por lo fant¨¢stico en la distancia corta: "Ni como lector, ni como espectador, me interesa lo fant¨¢stico, desconecto; sin embargo me interesa mucho lo fant¨¢stico como atisbo o como golpe en el relato. En un contexto naturalista, me gusta introducir un quiebro de misterio". Desde el cuento, a?adi¨®, le resulta m¨¢s c¨®modo acercarse al presente. "Siempre me apetece escribir m¨¢s sobre mi ¨¦poca. Tengo sed de contemporaneidad".