Por sus perros, gatos y l¨¦mures los conocer¨¢s
Soledad Pu¨¦rtolas y Andr¨¦s Trapiello cuentan su relaci¨®n con sus animales. Berta Mars¨¦ recuerda la historia de Truman Capote y su perro Charlie. Y otros ocho escritores relatan en un libro c¨®mo las mascotas son los mejores confidentes de los narradores
"En su casa mexicana de Acapulco, Paul y Jane Bowles conviv¨ªan con muchos animales: un loro, un gato, un pato, un armadillo y dos coat¨ªes, mam¨ªferos de cola larga", escribi¨® F¨¦lix Romeo en El hombre invisible y el zoo de los Bowles, uno de los relatos de Perros, gatos y l¨¦mures. Los escritores y sus animales. La historia del matrimonio Bowles, que se imbrica con la del novelista estadounidense William S. Burroughs, trata de explicar c¨®mo "los animales son un extra?o invitado a los pliegues m¨¢s ¨ªntimos de la personalidad, all¨ª donde indaga y se alimenta la literatura", cuenta Irene Ant¨®n, editora de Errata naturae y responsable de convocar para esta empresa a 11 narradores, entre ellos Soledad Pu¨¦rtolas, Andr¨¦s Trapiello, Berta Mars¨¦ y Jos¨¦ Carlos Llop.
Ant¨®n y su compa?ero Rub¨¦n Hern¨¢ndez perge?aron este libro desde las perspectivas del editor en busca de nuevas ideas literarias y del due?o de animales de compa?¨ªa. Con una lista previa, se acercaron a unos cuantos escritores para proponerles que hablaran de sus mascotas o de las que acompa?aron a otros. "Todos aceptaron con entusiasmo, el hilo com¨²n que teje este libro", asegura la editora. Desde el pr¨®logo, Ant¨®n y Hern¨¢ndez auguran una lectura esclarecedora, como si al pasar la tapa se entrara en territorio habitualmente vedado al lector: la soledad del escritor. "El animal asiste como amigo, como ¨²nico depositario de unos sentimientos, e, incluso, de unas ideas, que el autor no osar¨ªa compartir todav¨ªa con nadie m¨¢s", apunta Ant¨®n.
"No es f¨¢cil hablar de un animal pr¨®ximo y querido, porque a menudo ha acabado pareci¨¦ndose a su due?o y hablar de ¨¦l es hablar de uno mismo", explica Andr¨¦s Trapiello. El escritor y poeta cuenta las ¨²ltimas horas de su mastina Mora, un relato que ya hab¨ªa aparecido en el ¨²ltimo de los tomos de sus diarios, Sal¨®n de los pasos perdidos. El final de la perra fue parecido al de S¨®crates, recuerda Trapiello, "se fue despidiendo de cada uno de nosotros solo con la mirada, ampliando el sentido de la vida". Aunque el autor de Los confines confiesa que le habr¨ªa gustado hablar del burro de Sancho Panza, "protagonista de uno de los reencuentros m¨¢s sentimentales de la literatura".
El Relato del escritor con perro de Soledad Pu¨¦rtolas, aunque en primera persona, describe la variedad humana de escritores con animales, tomando como ejemplo al d¨²o antag¨®nico formado por J. R. Ackerley y su amor pasional por su perra Tulip, y Thomas Mann y su meditada y soberbia actitud respecto a su perro. "Salvadas todas las distancias, me identifico con Ackerley, indudablemente", afirma la novelista. "Me enamor¨¦ de mi perro Moss y me cost¨® admitir su naturaleza de perro. Una vez que lo consegu¨ª, segu¨ª enamorada, pero la relaci¨®n fue m¨¢s tranquila".
De amores menos privados trata la segunda parte del libro. Liderados por el zoo de F¨¦lix Romeo, Berta Mars¨¦ y Andr¨¦s Ib¨¢?ez recuerdan al perro de Truman Capote y a Teodoro W. Adorno, el gato de los Cort¨¢zar. "Un gato callejero que conocieron en un basurero", presenta Ib¨¢?ez, casi recitando, al felino que fue capaz de mimetizarse con su due?o en homenaje a las f¨¢bulas de Escher, "en las que es dif¨ªcil decir d¨®nde empieza el gato y termina la persona".
Berta Mars¨¦ confiesa que su pasi¨®n por Charlie, el perro de Truman Capote, responde a una mezcla de admiraci¨®n y comodidad, "es m¨¢s interesante hablar de otros que sobre m¨ª". En su despacho, entre la fotograf¨ªa de su hijo, sus sobrinos y sus gatos, cuelga la de este can al que Capote enviaba cartas. "?Es cierto que les mandaba postales a sus perros!", remata la escritora que descubri¨® el galimat¨ªas en Truman Capote. Un placer fugaz. Correspondencia que public¨® recientemente Lumen. La historia que cuenta Mars¨¦, la de un escritor casi sincronizado emocionalmente con su animal, surgi¨® tambi¨¦n de la biograf¨ªa que Gerald Clerk hizo del autor de A sangre fr¨ªa.
Ant¨®n Castro, Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n, Marta Sanz, Pilar Ad¨®n y Carlos Pardo completan esta selecci¨®n de historias sobre personas y animales, porque como concluye Irene Ant¨®n, tras terminar estas hilarantes, tristes e ¨ªntimas lecturas, se descubre que "los escritores se relacionan con los animales como cualquiera de nosotros".
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