Un timo en toda regla

Iba a ser una noche especial, pero acab¨® en tedio total. El plan era disfrutar de un show ins¨®lito del cerebro de Wu-Tang Clan, legendario colectivo de hip-hop, equivalente en el g¨¦nero a los Rolling Stones. Robert Fitzgerald Diggs, m¨¢s conocido como RZA, triunf¨® en la segunda mitad de los noventa convirtiendo en superventas a este grupo de Staten Island (Nueva York). Ahora se ha convertido en un respetado compositor de Hollywood, situado en el mapa gracias al ¨¦xito global de la banda sonora de Kill Bill. El a?o que viene, por cierto, se estrena su debut como director: The Man With The Iron Fist.

Para la noche de ayer nos hab¨ªa prometido una sesi¨®n diferente, que combinase ritmos electr¨®nicos con pel¨ªculas de artes marciales. Para poder presentarlo, la Red Bull Music Academy le hab¨ªa reservado la Cineteca del centro cultural Matadero de Madrid. Todo lo que pod¨ªa ir mal en la noche fue mal: lluvia en la cola, retraso de m¨¢s de una hora y sobre todo un show muy lejos de lo anunciado. En la pantalla no apareci¨® ni una sola escena de kung-f¨². Tuvimos que conformarnos con unos sopor¨ªferos y esquem¨¢ticos visuales firmados por la artista Alba G. Corral (no muy lejanos a los autogenerados en el escritorio de un ordenador port¨¢til). Adem¨¢s RZA apenas pinch¨® una docena de piezas hip hop en dos horas.

La mayor¨ªa de la sesi¨®n fue un repaso a canciones de los sesenta y setenta sampleadas por Wu-Tang Clan a lo largo de su carrera, salpicadas por alg¨²n cl¨¢sico ineludible de aquella ¨¦poca. Para hacernos una idea, sonaron The Payback (James Brown), Bang Bang (Nancy Sinatra), Sometimes Feel Like A Motherless Child (Kathleen Emery) o The Way We Were (Gladys Knight & The Pips). La sala estaba llena, pero ante semejante cargamento de nostalgia, comenz¨® la deserci¨®n de asistentes. Entre los que abandonaron destacan fans tan veteranos y entregados como Jota May¨²scula, miembro del Club de Los Poetas Violentos y director de El rimadero, veterano programa de Radio 3 especializado en hip-hop. RZA intent¨® detener la hemorragia tocando alguna pieza electr¨®nica de su cosecha. Fueron10 minutos realmente sonrojantes, donde el goteo de bajas entre el p¨²blico se transform¨® en chorreo.

Sin recursos, volvi¨® a los viejos ¨¦xitos soul, animando despu¨¦s la recta final con piezas hip-hop actuales como Heartless (Kanye West) o recuerdos a Old Dirty Bastard, miembro fallecido de Wu Tang-Clan. Por supuesto, tampoco se dign¨® a rapear para levantar la sesi¨®n. Fue una de esas noches donde los asistentes deber¨ªan haber reclamado que les devolviesen el precio de la entrada m¨¢s una indemnizaci¨®n por el tiempo perdido. Un timo en toda regla.