Un pionero que no quiere serlo
El Museo Reina Sof¨ªa repasa 40 a?os de trabajo cr¨ªtico de Antoni Muntadas, Premio Vel¨¢zquez y un adelantado del uso de la televisi¨®n e Internet en el arte
A veces no hace falta empezar por el principio. Sucede, por ejemplo, en la exposici¨®n que el Museo Reina Sof¨ªa dedica a partir de ma?ana a Antoni Muntadas. Parapetado tras las gafas de sol, el artista barcelon¨¦s, de 71 a?os, cuenta que se puede entrar por tres puertas distintas a una muestra que recorre los ¨²ltimos 40 a?os de su obra, imprescindible en las historias del arte contempor¨¢neo y consagrada oficialmente en 2009 con el Premio Vel¨¢zquez.
Para evitar el "conductismo" y la "cronolog¨ªa" y retorcer su car¨¢cter de retrospectiva, el recorrido se ha organizado en "constelaciones" tem¨¢ticas que re¨²nen trabajos a veces separados por d¨¦cadas: "Eso demuestra que que nunca cierras, que dejas abierta la posibilidad".
As¨ª, su intervenci¨®n en los Encuentros de Pamplona de 1972 -un conjunto de televisores y radios emitiendo publicidad dentro de la c¨²pula neum¨¢tica del arquitecto Prada Poole- convive con un montaje realizado en Bogot¨¢ en 1999 en el que violentas se proyectan flanqueadas por una audiencia que aplaude. Ente ambos, un trabajo de 1974: una prehist¨®rica experiencia de televisi¨®n local en Cadaqu¨¦s en a?os de monopolio cat¨®dico (y cat¨®lico). "Imag¨ªnate", cuenta. "cuando la gente, en los tiempos de una sola cadena, entraba en un bar y ve¨ªa otra televisi¨®n". La cosa termin¨® con un telegrama del Ministerio de Informaci¨®n obligando al cierre.
Su temprano acercamiento a medios de uso hoy com¨²n le ha colgado a Muntadas la etiqueta de pionero: del arte conceptual, del videoarte, del net art... ?l se quita de encima tanto t¨ªtulo: "Uso los medios necesarios en cada proyecto. Que eso sucediera cuando algunos apenas se usaban es anecd¨®tico".
Otro de los ¨¢mbitos en los que ha sido pionero a su pesar es en el uso del archivo, un dispositivo que ahora es casi un g¨¦nero: "El archivo hay que activarlo. La acumulaci¨®n de material no sirve por s¨ª sola. Lo importante es el editing".
Los medios de comunicaci¨®n, el poder, el espect¨¢culo, la traducci¨®n o el sistema del arte son algunos de los ¨¢mbitos de una exposici¨®n al que el artista ha puesto un t¨ªtulo enigm¨¢ticamente gr¨¢fico Entre. "He usado muchas dicotom¨ªas -privado-p¨²blico, subjetivo-objetivo, historia-presente- y no todo es blanco y negro, son matices de grises". M¨¢s que las consignas, dice, le interesan las posiciones. No extra?a que su obra est¨¦ atravesada por una pregunta ?Qu¨¦ est¨¢s mirando? Y por una advertencia: Atenci¨®n: la percepci¨®n requiere participaci¨®n: "El paisaje de los media es p¨²blico pero la respuesta debe ser personal. La gente tiene que defenderse, y la informaci¨®n es un medio de defensa. El arte es percepci¨®n e informaci¨®n, procesa la informaci¨®n y crea situaciones est¨¦ticas que a veces son ¨¦ticas. La belleza depende de la fibra que toca".
Antoni Muntadas, que vive entre Nueva York y Barcelona desde 1971, describe su m¨¦todo de trabajo m¨¢s como el de un arquitecto o como un director de cine que como el de "un artista genial solo en su estudio".
Multipremiado y exhibido con todos los honores, el artista es "consciente" de lo que un museo nacional tiene de instrumento de poder pero no tiene miedo de que la dimensi¨®n cr¨ªtica de su obra quede domesticada. "Soy consciente, s¨ª. El museo limita y la obra puede ser desactivada, pero corres el riesgo. Por eso tomo distancia y dejo que el curator y el equipo de la instituci¨®n formalicen esto. Yo ya lo formalic¨¦ en su d¨ªa. Lo que hace el museo es una traducci¨®n. Y toda traducci¨®n tienen sus implicaciones: desde la interpretaci¨®n a -no es el caso de aqu¨ª- la censura, que es una traducci¨®n perversa... Por eso a mi exposici¨®n del Macba la llam¨¦ On Translation Museum".
Del pasado responde el Reina Sof¨ªa -"reconozco las obras, las acepto, pero ya est¨¢n hechas"-, ¨¦l responde, dice, de lo nuevo. Y lo nuevo esta vez es Situaci¨®n 2011, un proyecto basado en entrevistas -otro de los materiales de su obra- en torno a la ampliaci¨®n del propio museo. De ah¨ª que lo haya instalado en ese terreno de nadie en el que el edificio de Sabatini se une al de Nouvel. Es decir, entre uno y otro.
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