Uliana Lopatkina: "En la pol¨¦mica por el futuro de la danza pesa el esplendor pasado"
La ¨²ltima diva del ballet acad¨¦mico vuelve a Madrid en el cartel de la gala del 5 de diciembre en el Teatro Real
La imagen de la primera bailarina Uliana Lopatkina (Kerch, Crimea-Ucrania, 1973) no es nada convencional. A su 1.75 de estatura suma un pelo rojo fuego reducido a la m¨ªnima expresi¨®n. Nada de la t¨ªpica melena oscura o el mo?o apretado en la nuca. Siempre elegante y vertical, con una seriedad muy presente en sus pausadas y pensadas respuestas. La artista, aclamada mundialmente como ¨²ltima diva del ballet acad¨¦mico, volver¨¢ a Madrid en el cartel de la gala del 5 de diciembre en el Teatro Real.
Uliana Lopatkina se ha labrado fama de dif¨ªcil, pero cuando se explica brota una realidad de rigor y entrega a la danza y a su teatro, el legendario Mariinski de San Petersburgo, casa a la que se mantiene fiel y donde es reverenciada por su personalidad esc¨¦nica y su firmeza sobre las zapatillas de punta. Por su musicalidad y por la amplitud de matices de la que es capaz al encarnar algunos de los personajes ic¨®nicos del ballet. Alejada del fulgor medi¨¢tico, verla bailar es una experiencia est¨¦tica de gran calado. Su cisne es comparado ya con el de los grandes mitos.
Pregunta. ?C¨®mo lleg¨® al Ballet Mariinski?
Respuesta. Ya a los 10 a?os estaba en la Escuela Vag¨¢nova de Leningrado. All¨ª estudi¨¦ ocho a?os. En ese tiempo de aprendizaje entend¨ª mi destino como bailarina, asimil¨¦ el sentido de la palabra ballerina, que no es una sola persona que baila sino el conjunto de elementos que forman a su alrededor el arte total de la danza. Me concentr¨¦ en el trabajo dentro del teatro, pues all¨ª realmente es donde se fragua y cristaliza el artista.
P. ?Hay alg¨²n maestro esencial en sus a?os de formaci¨®n?
R. Es una respuesta muy dif¨ªcil. No puedo decir que hubiera uno especial. Hubo diferentes etapas y en cada una hubo profesores diferentes que aportaron su saber.
P. ?Qu¨¦ papel jug¨® Ninel Kurg¨¢pkina, excompa?era de Rudolf Nureyev y ensayadora del Mariinski recientemente desaparecida en su desarrollo?
R. Cuando llegu¨¦ al teatro, entr¨¦ como una estudiante y sin sentirme bailarina todav¨ªa. Al llegar al Mariinski, Olga Moiseieva me admiti¨® en su clase y me prepar¨® para Giselle, sin tener yo ninguna experiencia. Su ayuda en la parte emocional fue importante porque se llega de la escuela con todo el aprendizaje dado, con las herramientas, pero sin saber usarlas art¨ªsticamente. Ninel Kurg¨¢pkina era muy precisa, un tipo de profesora que exig¨ªa dar lo mejor en lo t¨¦cnico. La combinaci¨®n de emoci¨®n y t¨¦cnica realz¨® mi baile.
P. Uno de sus grandes papeles es el doble rol de Odette-Odille, Cisne Blanco y Cisne Negro, de El lago de los cisnes. ?C¨®mo ha enfocado su muy personal caracterizaci¨®n de este personaje cl¨¢sico?
R. Odette-Odille es un campo enorme de fantas¨ªa art¨ªstica. Odette [El Cisne Blanco] no es pobre y no tiene que provocar la l¨¢stima; Odille [El Cisne Negro] no es tampoco el mal absoluto. Tanto el blanco como el negro admiten muchos matices en la interpretaci¨®n. La bailarina puede hacer un cisne blanco estremecedor, apasionado. Es el bien con car¨¢cter, es un grito de ayuda, un impulso que nunca es blando. Puede resumirse como la esperanza del amor verdadero. Para m¨ª no son tan importantes los movimientos cortos, cortantes; el color del mal est¨¢ en otro sitio. Mientras Odette es amorosa en su esencia, Odille es desp¨®tica, sin escr¨²pulos y no responde a nada que no sea ese instinto. ?Por eso es tan actual! La gran pregunta es: ?Por qu¨¦ se rompe su promesa? Quiz¨¢s no es un error, sino entusiasmo.
P. Usted es fiel al Mariinski.
R. A todos los primeros bailarines les llega una oferta en un momento determinado, cada uno elige su camino entre sus principios art¨ªsticos y sus sentimientos personales. No hay una respuesta firme.
P. En cuanto a la pol¨¦mica de si el repertorio del ballet acad¨¦mico est¨¢ acabado, ?Cu¨¢l es su postura?
R. En la pol¨¦mica por el futuro de la danza pesa el esplendor del pasado, cuando todo depend¨ªa del director de una compa?¨ªa. Hemos disfrutado de una herencia que va de Marius Petipa a George Balanchine y que se extiende hoy a Hans Van Manen y William Forsythe, que son los core¨®grafos de nuestro tiempo. Los teatros intentan mantener una alternancia entre pasado y presente. Quiz¨¢ simplemente es que vivimos una ¨¦poca en la que el ballet no est¨¢ en auge como sol¨ªa.
P. ?C¨®mo ve los cambios del ballet en la Rusia de hoy?
R. Son los mismos que se dan en todas partes, pero con t¨ªtulos diferentes. Cada teatro en Rusia tiene su identidad en cuanto a repertorio aunque se compite sobre los mismos t¨ªtulos. Antes no era exactamente as¨ª y hab¨ªa otras variantes. La competici¨®n aporta est¨ªmulos, pero hay otra vida paralela donde no es tan importante el trasvase de un teatro a otro sino la regeneraci¨®n de un camino propio en el arte. Gracias a la competici¨®n y su flujo, sube el nivel, es cierto. No hay tiempo para la rutina. Pero lo bueno es, o ser¨ªa, que no se vayan los artistas fuera de Rusia, que se queden en sus teatros y eso es lo que conforma la grandeza del ballet ruso.
P. Se suele comparar a las bailarinas de ayer con bailarinas de hoy. ?Se baila hoy mejor que antes? ?Va frecuentemente a ver bailar?
R. Siempre lo hago. Por supuesto, escojo lo que veo. Ese es el misterio del ballet y parece dif¨ªcil de entender, pero llega a las personas profundamente, porque siempre, ayer y hoy, hay espectadores que, no se sabe por qu¨¦, le gusta lo que ven y vuelven a ver bailar ballet. Es como los oyentes fieles de la m¨²sica cl¨¢sica, que vuelven siempre a Bach o a Mozart.
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