Otro salto bajo el ala del ¨¢ngel ca¨ªdo
Nuevos directores y nueva imagen en las dos principales compa?¨ªas Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez y Antonio Najarro se estrenan con programas continuistas y faltos de ambici¨®n Los tiempos para una renovaci¨®n no podr¨ªan ser peores
Ambas compa?¨ªas nacionales han cambiado sus administradores y sus webs, sus estrategias de prensa y el peinado de sus directores art¨ªsticos, como si de la parte m¨¢s externa y medi¨¢tica, desde lo desprejuiciado de las apariencias, se quisiera indicar que el cambio es medular, lo que a¨²n est¨¢ por verificar. La comprobaci¨®n empieza el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 18 en el Teatro de La Zarzuela con la primera propuesta de programa de Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez para la Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND). Despu¨¦s, a partir del 22 de marzo, le toca el turno en el mismo teatro al Ballet Nacional de Espa?a (BNE), primer deb¨² bajo la ¨¦gida de Antonio Najarro.
Los tiempos para una renovaci¨®n no pod¨ªan ser peores. Es como si de momento, con un alarde de tecnolog¨ªa visual, nuevos instrumentos como las redes sociales y una chispa de gusto neopop en sus gr¨¢ficas, las compa?¨ªas titulares espa?olas hubieran despertado a una modernidad, eso s¨ª, tard¨ªa. Es un empe?o algo ansioso y poco convencional, incluido bombardeo v¨ªa Twitter y YouTube, de decir estamos aqu¨ª y ya estamos renovados.
No tienen dinero para producir con el nivel de grandes conjuntos estatales
Pero cuando se verifican las ya muy publicitadas reclamaciones del p¨²blico militante del ballet y de los artistas espa?oles que despliegan sus carreras en el extranjero, en el caso de la CND, no se tiene en cuenta que esta agrupaci¨®n ya era muy moderna, actual y puntera en los tiempos de Nacho Duato, otra cosa es que el valenciano, rozando lo dictatorial, la convirtiera en una compa?¨ªa de autor. La experiencia dice que la danza de ¨¦xito no se alimenta en exclusiva de su propia imagen, que en cualquier caso, si hay retroalimentaci¨®n, debe funcionar en sentido cr¨ªtico, algo que Duato no supo ver y constituy¨® una de sus m¨¢s severas v¨ªas de agua. La quimera de una compa?¨ªa de repertorio mixto siempre ha estado presente, lo que estriba m¨¢s en la preparaci¨®n consciente de la plantilla que en la voluntad burocr¨¢tica, a la que se a?ade la cultura cor¨¦utica del gestor.
El p¨²blico de danza en Espa?a reclama desde hace casi cuatro lustros que hubiera la posibilidad de poder desarrollar de nuevo el ballet acad¨¦mico al menos a los niveles, nada despreciables, que tuvo en los tiempos en que dirig¨ªa los dos ballets juntos Mar¨ªa de ?vila, etapa no superada por ninguna de las dos agrupaciones, una vez recuperaron su individualizaci¨®n. El p¨²blico reivindicativo y entusiasta no alentaba a la supresi¨®n de una compa?¨ªa moderna, sino a la leg¨ªtima y coherente petici¨®n de pluralidad estil¨ªstica en el ente estatal. Hoy por hoy, la oferta planteada por Mart¨ªnez tiene un claro car¨¢cter continuista, su nuevo programa lo pod¨ªa haber ideado tranquilamente el anterior director sin la menor fricci¨®n est¨¦tica. Probablemente, despu¨¦s de una ojeada al material humano de que dispone, la verdad es que no podr¨ªa hacer otra cosa para actuar con rigor. Los que sue?an con que la compa?¨ªa espa?ola ponga en escena de nuevo con la calidad que exige hoy el gran repertorio, por ejemplo, el segundo acto de El lago de los cisnes, precisan de calma y de paciencia. Lo mismo puede decirse de la otra parte, la que corresponde al siglo XX, donde est¨¢n Balanchine, Tudor, Robbins. Es lo que se ve hoy tambi¨¦n en todos los teatros europeos, adem¨¢s de las nuevas obras emergentes. La voluntad de ser modernos no consiste en el desprecio del pasado.
La inestabilidad en BNE y la CND es m¨¢s achacable a los vaivenes pol¨ªticos
Antes de las elecciones del 20-N algunos dirigentes del Partido Popular cercanos al sector de la cultura repitieron a quienes les quisieran o¨ªr que reparar¨ªan lo mal que lo hab¨ªa hecho el INAEM (y por consiguiente el Ministerio de Cultura socialista) con Nacho Duato, y pon¨ªan en entredicho los apresurados nombramientos de los nuevos directores, Jos¨¦ Carlos Mart¨ªnez, sustituto de Duato en la CND, y Antonio Najarro, nombrado poco antes como director del BNE; ambos cr¨¦ditos seleccionados mediante concursos plagados de secretismos rid¨ªculos y que poco resisten un an¨¢lisis de rigor profesional y se alejan incluso de las muy trajinadas "buenas pr¨¢cticas", siendo dos nombres de perfil bajo que sonaron a nombramientos bisagra o de transici¨®n. Ahora no se habla de eso, ni de la idea de unos cambios estructurales profundos como los que se quiere sufran otras unidades generadoras de largos conflictos de car¨¢cter laboral, como son la Orquesta y Coros Nacionales de Espa?a, organismos todos maculados por convenios laborales obsoletos.
Probablemente no es oportuno. Lo cierto es que las compa?¨ªas nacionales de danza, que deben ser meditadas y tratadas con el mismo rasero de importancia patrimonial activa de la cultura espa?ola, no tienen dinero para contratar ni producir con el nivel que se exige a su condici¨®n de grandes conjuntos estatales. La patata sigue estando muy caliente y a¨²n saltar¨¢ de mano en mano. Ambas tambi¨¦n siguen careciendo de un teatro propio.
Es como si hubieran despertado a una modernidad, eso s¨ª, tard¨ªa
La inveterada inestabilidad en el funcionamiento del BNE y la CND en sus treinta a?os de existencia es m¨¢s achacable a los vaivenes pol¨ªticos que a las personas que han sido sus directores art¨ªsticos, con gestiones m¨¢s o menos felices y productivas. Siempre a remolque de la m¨²sica, como su hermana pobre (no por ser un lugar com¨²n esto deja de ser amarga verdad), se ha creado el t¨®tem de una deidad a la que nadie adora, con sucesivas cabezas cortadas sobre las que se acumulan los mil reproches posibles. Una clara falta de madurez en el trato institucional ha hecho que ministerios y otros departamentos frieguen sus suelos con la danza y barran hacia debajo de la alfombra con los propios artistas, sin entender en definitiva que tanto las compa?¨ªas nacionales de danza y ballet como los teatros de ¨®pera o las orquestas sinf¨®nicas se resienten y hasta quedan lastrados de tal trato.
La quimera de un repertorio mixto siempre ha estado presente
El programa de la CND tiene poco riesgo. Cuatro coreograf¨ªas empezando por la del madrile?o Alejandro Cerrudo (Extremely close), sigue el franc¨¦s Angelin Preljocaj (El espectro de la rosa), cerrando la oferta el estadounidense William Forsythe (Artifact II) y el sueco Johan Inger (Walking Mad). Ninguna de estas piezas es un estreno absoluto o mundial. Mart¨ªnez ha preferido pisar sobre seguro, al menos en cuanto a que estas obras ya han sido experimentadas en otros escenarios. La pieza de Forsythe era parte del repertorio gestionado por Duato.
Una de las coreograf¨ªas que estrenar¨¢ en marzo el BNE se llama ?ngeles ca¨ªdos, y se trata de una creaci¨®n colectiva participada por seis core¨®grafos de distintas formaciones y estilos que parece ser met¨¢fora de la propia historia de la agrupaci¨®n. M¨¢s que referirse a esa demonizada escultura del Parque de Buen Retiro de Madrid, ciertamente evoca sin disimulo aquello de que "en la mitolog¨ªa cristiana, un ¨¢ngel ca¨ªdo es un ¨¢ngel que ha sido exiliado o desterrado del cielo luego de desobedecer o rebelarse en contra de los mandatos divinos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.