?Econom¨ªa? Miedo, miedo, miedo
En 'La econom¨ªa del miedo', de Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, hay pol¨ªtica e ideolog¨ªa, econom¨ªa, n¨²meros y pinceladas de sociolog¨ªa, pero tambi¨¦n un libro cargado de historias
La historia de Florence Owens Thompson. Sin saber nada de econom¨ªa, Florence Owens Thompson es probablemente quien mejor ha explicado la Gran Depresi¨®n, la feroz crisis de los a?os treinta del siglo pasado. Y sin malgastar una sola palabra: acababa de vender las llantas de su coche para alimentar a su fam¨¦lica prole cuando qued¨® inmortalizada en una fotograf¨ªa que se ha convertido en la imagen ic¨®nica de aquella crisis. La imagen del miedo: una mujer de 32 a?os junto a sus hijos, con la mirada perdida y ese gesto de desaliento e incertidumbre en sus ojos claros. Ah¨ª hay un pedazo de historia. La econom¨ªa del miedo, del exdirector de este peri¨®dico Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, arranca con esa foto. "Este es un libro de pol¨ªtica econ¨®mica", escribe Estefan¨ªa a la que uno se arranca con las primeras p¨¢ginas. S¨ª y no: hay pol¨ªtica e ideolog¨ªa, econom¨ªa, n¨²meros y pinceladas de sociolog¨ªa, pero tambi¨¦n un libro cargado de historias.
"Para contar cualquier historia se necesitan los impulsos de ordenar y dar forma, propios de la ficci¨®n, aunque la historia tenga la misma profunda improbabilidad que la vida", dice el novelista John Lanchester para justificar por qu¨¦ dej¨® de lado la ficci¨®n durante un tiempo para acabar firmando uno de los mejores libros de esta crisis (?Huy!, Anagrama). En el caso de la Gran Recesi¨®n actual, esa improbabilidad era tan grande que los modelos estad¨ªsticos del todopoderoso Goldman Sachs demostraban que era pr¨¢cticamente imposible que algo as¨ª ocurriera. La Gran Recesi¨®n ha sido una crisis con mil caras distintas. La miop¨ªa de los financieros y de esos cient¨ªficos sociales llamados economistas, "encerrados en un onanismo experimental durante a?os", forma parte del material del que est¨¢ hecho el ensayo de Estefan¨ªa. Pero el hilo conductor de la cr¨®nica del ¨²ltimo lustro, por encima de todos, es el miedo.
La econom¨ªa del miedo, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa
- Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores
- Barcelona, 2011.
- 348 p¨¢ginas. 21 euros
"El miedo ha sido siempre fiel aliado del poder. Nos han inoculado el miedo a la inseguridad econ¨®mica, al paro, al otro, al que viene a disputar los pocos empleos que se crean¡ Y ese miedo, que adopta rostros in¨¦ditos, da paso al cabreo y a la indignaci¨®n: estamos entrando con lentitud en esa segunda fase", avisaba Estefan¨ªa en una entrevista. La idea viene de lejos: Naomi Klein la apunt¨® en La doctrina del shock, y el propio autor ya escribi¨® una columna premonitoria, meses despu¨¦s del atentado a las Torres Gemelas. Entonces la ra¨ªz de ese miedo era diferente. Pero la narrativa que ese temor instala en las sociedades es la misma.
Autor de un buen pu?ado de libros, La econom¨ªa del miedo es hijo de todos ellos. Estefan¨ªa no suele apuntarse a modas y aqu¨ª entra a todos los trapos: los econ¨®micos, los financieros (con los problemas derivados de la hipertrofia incontrolada de la banca) y sobre todo los pol¨ªticos, ante esa sospecha, de que nuestros representantes, aquellos a quienes la sociedad ha elegido para resolver los problemas, no pueden hacerlo porque las decisiones ya no se toman en los parlamentos, sino en territorios m¨¢s alejados: los espectrales mercados.
Estefan¨ªa castiga a derecha e izquierda, por los efectos devastadores de la revoluci¨®n conservadora y del Consenso de Washington, pero tambi¨¦n por "el debilitamiento de la socialdemocracia, incapaz de elaborar un relato alternativo al econ¨®mico". Al cabo, fueron los Bill Clinton, los Toni Blair, los Gerhard Schr?der y alguno m¨¢s quienes no se alejaron del discurso economicista instaurado en los a?os de Reagan y Thatcher. Estefan¨ªa se?ala que en lo peor de la Gran Recesi¨®n, cuando la peor de las pesadillas pudo convertirse en realidad, s¨ª hubo una vuelta al keynesianismo. Pero ese movimiento pendular ha durado poco: el retroceso pac¨ªfico de la econom¨ªa a favor del mercado es evidente. El autor reivindica a Keynes, a Hyman Minsky y a los pepito grillo contempor¨¢neos: Paul Krugman y Joseph Stiglitz. Y reclama la vuelta de la pol¨ªtica (como Xos¨¦ Carlos Arias y Ant¨®n Costas en La torre de la arrogancia): "La autorregulaci¨®n es una farsa: la enfermedad infantil del capitalismo. Ya nadie se atreve a decir que el Estado es el problema y el mercado es la soluci¨®n". (Error: despu¨¦s del triunfo del PP en las elecciones, esa era la tesis de la patronal en un acto organizado por FAES).
En fin: vuelta a Florence Owens Thompson para cerrar esta historia. Por esa serie de fotograf¨ªas ¡ªque dieron fama a Dorothea Lange¡ª, un comprador pag¨® casi 300.000 d¨®lares en una subasta de Sotheby¡¯s. Eso era en octubre de 2005, cuando casi nadie pon¨ªa reparos a la exuberancia irracional del dios mercado, cuando los m¨¢s brillantes economistas y pol¨ªticos hablaban del fin de los ciclos econ¨®micos, de una era ¡ªla Gran Moderaci¨®n¡ª. La crisis es una bofetada de realidad que obliga a despertar. Pero los despertares no son iguales para todo el mundo.
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