Justicias
Con la sentencia de Camps ha faltado recordar con agradecimiento a los testigos que resistieron las presiones y las cacer¨ªas medi¨¢ticas, dispuestos al servicio de la justicia. Quiz¨¢ hoy se ven desfondados y abandonados, pero la absoluci¨®n re?ida del jurado no descalifica su valor ejemplar. La sentencia no esquiva la estrecha relaci¨®n del poder con una trama mafiosa que va a ser juzgada por robar dinero p¨²blico ni calma el rubor social que ha provocado el juicio.
Pero aprender a aceptar las decisiones judiciales requiere una profunda confianza en las instituciones. El nuevo ministro de Justicia persigue esa tarea. Ojal¨¢ lo logre. El insistente corporativismo y la manipulaci¨®n partidista exigen una reforma pactada y estudiada. Pero el plan reformista en Justicia es m¨¢s ambicioso a¨²n, como su propio impulsor, Gallard¨®n, hiperb¨®lico hasta en el apellido. ?l ser¨¢, si todo sale como se desea, quien tenga que lidiar con el excarcelamiento de presos de ETA y por eso en la reforma se incluyen menciones al indulto, con tonos inflexibles entendidos como maniobras de distracci¨®n. Como siempre, el humo tapar¨¢ el fuego.
Pero retroceder en las garant¨ªas del derecho al aborto m¨¢s que a despolitizaci¨®n de la justicia suena a ba?ar ¨¦sta de religiosidad, algo contrario a lo que se pregona. Transformar la cadena perpetua en prisi¨®n permanente revisable es como llamar a la Segunda Divisi¨®n Liga Adelante. Viene a calmar cierta deriva reaccionaria esparcida por los medios, que tratan cada suceso sangriento como una crisis del sistema. El Estado, incapaz de ofrecer nada mejor que represi¨®n, descargar¨¢ sobre los jueces penitenciarios toda la presi¨®n social. Lavarse las manos sobre la responsabilidad propia es el error de la pol¨ªtica contempor¨¢nea.
La poblaci¨®n reclusa crece sin esfuerzo de regeneraci¨®n y hasta los CIE son c¨¢rceles paralelas y degradadas donde se pudren inmigrantes. Reformar la ley del menor para reconducirla hacia el presidio es bajar los brazos. Gallard¨®n fue un buen alcalde, pero con excesiva afici¨®n a losas de granito y t¨²neles horadados. La ley tiene que ser algo m¨¢s que una losa y el futuro carcelario ofrecer otra esperanza que el t¨²nel de fuga.
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