Seis d¨¦cadas en 'La ratonera'
La representaci¨®n de la obra de Agatha Christie se consolida como la funci¨®n que m¨¢s a?os lleva en cartel ininterrumpidamente
Ocho personajes atrapados por la nieve en un hospedaje del campo ingl¨¦s, entre ellos un asesino dispuesto a ejecutar a su siguiente v¨ªctima. Universo claustrof¨®bico, ambientado en los a?os 40¡¯ y habitado por esos estereotipos de las clases medias de la ¨¦poca tan queridos por la pluma de Agatha Christie (1890-1876). Ni siquiera la gran dama del crimen consideraba La Ratonera uno de sus mejores logros y, sin embargo, la obra teatral cumple este a?o seis d¨¦cadas de permanencia ininterrumpida en la cartelera londinense, con m¨¢s de 24.000 funciones. Cuando los escenarios del West End est¨¢n repletos de innovaci¨®n y riesgo, de cl¨¢sicos servidos por una casta de actores inmensos o de megraproducciones musicales que apelan al gran p¨²blico¡ ?Cu¨¢l es el secreto de la ¨Cprobablemente- m¨¢s rancia de sus ofertas?
La Ratonera se ha convertido a lo largo de los a?os en una atracci¨®n eminentemente tur¨ªstica, que hoy se representa en un aforo reducido del centro de Londres y que se nutre ante todo de la fama de su autora, la novelista m¨¢s publicada de todos los tiempos gracias a sus obras del g¨¦nero polic¨ªaco. Quienes tildan a Agatha Christie de mera antigualla est¨¢n menospreciando su perenne atractivo popular, el tir¨®n de los libros y adaptaciones protagonizados por el detective belga Hercules Poirot o la menos arrogante Miss Marple. Hablamos de una superventas que lleva colocados en el mercado mundial m¨¢s de 2.000 millones de copias.
La Ratonera se ha convertido a lo largo de los a?os en una atracci¨®n eminentemente tur¨ªstica
Sus seguidores suelen completar una escapada a la capital brit¨¢nica con la cita en el teatro St Martin¡¯s, ubicado a un paso de Leicester Square y de Covent Garden, y erigido en sede oficial de La Ratonera desde hace 38 a?os. Al final de la funci¨®n, se demandar¨¢ a la audiencia que no revele a sus amigos y conocidos la identidad del asesino para que el misterio siga vivo, una aspiraci¨®n que la era de Internet ha hecho trizas. La obra tuvo su presentaci¨®n el 6 de octubre de 1952 en la ciudad de Nottingham como rodaje antes de su estreno en el West End un mes m¨¢s tarde. Ante todo novelista (public¨® ocho decenas de t¨ªtulos), la faceta teatral de Christie se daba entonces por satisfecha si La Ratonera cumpl¨ªa los ochos meses en cartel. Sent¨ªa mayor estima por otras piezas, como Testigo de Cargo, que el director Billy Wilder traslad¨® al cine en una legendaria pel¨ªcula protagonizada por Tyrone Power, Marlene Dietrich y Charles Laughton (1957).
Pero el ¨¦xito de La Ratonera y el tremendo olfato publicitario del productor Peter Saunders acabaron forjando la leyenda. Saunders concibi¨® la obra como un s¨ªmbolo del Englishness (el perenne esp¨ªritu ingl¨¦s) y del tremendo tir¨®n de Agatha Christie, y se emple¨® en organizar cada temporada una gran celebraci¨®n que la elevara al estatus de tesoro nacional. En el marco de ese andamiaje publicitario, la ¨²ltima comparecencia p¨²blica de Agatha Christie antes de su muerte se produjo con ocasi¨®n del festejo anual de La Ratonera de 1974.
Siguiendo esa tradici¨®n tan rentable, el St Martin¡¯s Theatre conmemora esta temporada las Bodas de Diamante de la pieza teatral con una campa?a que incluye en su sitio web un videoclip al modo de los estrenos cinematogr¨¢ficos m¨¢s esperados. Ni la obra ni los personajes han sido adaptados a los grandes cambios registrados en el mundo a lo largo de los ¨²ltimos 60 a?os y, sin embargo, el cartel de La Ratonera sigue luciendo en el coraz¨®n del West End.
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