El origen del mundo
La vulva y ¡ªpor extensi¨®n meton¨ªmica¡ª la vagina, de la que es puerta y v¨ªa de acceso, experimentan una especie de puntual redescubrimiento editorial, seguramente a cuenta del silencio, la ignorancia o la hiperinflaci¨®n pornogr¨¢fica a los que la econom¨ªa sexual del patriarcado y la superstici¨®n religiosa (tan te?idas de ominoso p¨¢nico) las han condenado durante siglos. En Vulva, la revelaci¨®n del sexo invisible (Anagrama), Mithu Sanyal traza una sugerente (aunque a menudo discutible) historia cultural del genital femenino, desde las representaciones divinizadas y esteatop¨ªgicas de la prehistoria hasta la actualidad, pasando por su infausta y psicoanalizable consideraci¨®n como "cueva de la verg¨¹enza", instrumento de agresi¨®n ("vagina dentata") o art¨ªstico objeto sublimado, tal como Courbet la represent¨® en su c¨¦lebre lienzo El origen del mundo (1866), que Lacan conservaba pudorosa y significativamente oculto tras la instalaci¨®n ad hoc que le encarg¨® a Andr¨¦ Masson. Menos acad¨¦mico ¡ªpero bastante m¨¢s superficial¡ª que la excelente y pionera (en este contexto no debo emplear el adjetivo "seminal") Historia de la vagina, de Catherine Blackledge (Pen¨ªnsula, 2005), el libro de Sanyal, una apasionada apolog¨ªa de la "visibilidad" cultural de la vulva, explora sus distintas figuraciones hist¨®ricas (incluyendo las medievales en las que se representaba a la Virgen rodeada de una orla oval) hasta llegar al striptease y a las performances del arte contempor¨¢neo y la subcultura punk. La publicaci¨®n de Vulva (el original alem¨¢n es de 2009) se ha adelantado a la de Vagina, un ensayo de la controvertida Naomi Wolf (El mito de la belleza, Salamandra, 1992) previsto para mediados de este a?o, y del que su agente, John Brockman, ha venido mostrando un proposal, es decir, un ¨ªndice bastante desarrollado, con objeto de que los editores hagan sus pujas anticipadas (que yo sepa el libro todav¨ªa no tiene editor en espa?ol). Seg¨²n dicho proposal, que he estudiado cuidadosamente, Vagina recorre el mismo camino que Vulva (de hecho, el subt¨ªtulo previsto es ¡®A cultural history¡¯), a partir de un primer cap¨ªtulo sobre la anatom¨ªa y fisiolog¨ªa del ¨®rgano sexual femenino. La Wolf, que siempre ha sabido c¨®mo venderse, se refiere en su presentaci¨®n a las enormes posibilidades de su libro en un mercado mundial en el que (?atenci¨®n!) "la mitad de la poblaci¨®n posee vagina". En otro orden de inter¨¦s, Taschen, una editorial famosa (entre otras cosas) por haber entronizado la pornograf¨ªa en los coffee table books, ha distribuido recientemente en Espa?a The Big Book of Pussy (aproximadamente: El gran libro del conejito), un mamotreto de Dian Hanson (la editora responsable de la l¨ªnea de libros sexuales del sello), con texto (irrelevante y m¨¢s bien tonto, cuando no vejatorio) ilustrado con centenares de fotos de la mencionada parte de la anatom¨ªa femenina. Les aseguro que bastantes de las placas reproducidas, m¨¢s que pornogr¨¢ficas, parecen directamente extra¨ªdas de un manual de obstetricia y ginecolog¨ªa. Una ¨²ltima cosa, no por sospechada menos sorprendente: no hay dos pussies iguales.
Bibliotecas
Si necesitan refrescar los motivos por los que hay que amar las bibliotecas p¨²blicas, en la web noalprestamodepago.org encontrar¨¢n una docena. Es ahora, en medio de una recesi¨®n feroz que deja (a fecha de hoy) cinco millones y pico de v¨ªctimas directas y la sensaci¨®n general de fin de ¨¦poca, y de que ya nada volver¨¢ a ser igual, cuando esas magn¨ªficas instituciones de primera necesidad exhiben su m¨¢s alto valor social. En 2010, ¨²ltimo a?o del que disponemos cifras agregadas, las m¨¢s de 5.000 bibliotecas espa?olas prestaron sesenta millones de documentos, de los que casi treinta y ocho millones fueron libros. Sobre todos los temas y asuntos imaginables: para entretener los ocios, para aprender un oficio, para preparar viajes y oposiciones, para conocer las t¨¦cnicas del amor, para reparar el autom¨®vil, para comprender los motivos por los que la mascota dom¨¦stica anda moh¨ªna, para informarse acerca del tumor que le acaban de diagnosticar al usuario, para descubrir la propia comarca, para leer en voz alta a la madre enferma. Libros para despejar supersticiones y brumas del alma, para indagar en el pasado, comprender el presente y conjeturar el futuro. Las bibliotecas, que tanto han mejorado en los sucesivos Gobiernos de la Democracia, deber¨ªan quedar al margen de la crisis, aunque sea por la raz¨®n de que siempre dan m¨¢s a la sociedad de lo que de ella reciben. Y, sin embargo, ah¨ª las tienen, zarandeadas por los recortes como si se trataran de un lujo prescindible, de un capricho ciudadano, de una verbena superflua en la que se ha gastado demasiado. Los Gobiernos neoliberales estatales y auton¨®micos (los de iure y los que de facto practican sus pol¨ªticas) han disminuido las partidas presupuestarias a ellas destinadas, afectando al personal, a la renovaci¨®n y compra de materiales, a las actividades comunitarias que all¨ª se realizan, a su salud institucional. Los recortes a las bibliotecas atentan contra el derecho de todos a la informaci¨®n y a la educaci¨®n, a la igualdad de oportunidades, a la formaci¨®n y consolidaci¨®n de los valores democr¨¢ticos. En estos momentos en que se multiplican las amenazas contra las bibliotecas (incluyendo la subcontrataci¨®n y privatizaci¨®n de determinados servicios, la restricci¨®n de horarios, los despidos de personal interino y el pr¨¦stamo de pago), nuestro deber como ciudadanos es reivindicar con decisi¨®n la biblioteca como ¨¢mbito comunitario. Sobre todo ahora, cuando el se?or Wert (?recuerdan aquellas tertulias preelectorales en que se produc¨ªa como un moderado socialdem¨®crata?) se muestra tan proclive a aumentar las ayudas destinadas a la "fiesta nacional" y no tanto a facilitar la vida a las bibliotecas transferidas. Por lo dem¨¢s, se echa de menos entre nosotros la publicaci¨®n de estad¨ªsticas agregadas (las hay parciales) en lo que respecta a los libros m¨¢s demandados por los usuarios. El Public Lending Right, el servicio que controla los derechos que se devengan a los autores por el uso de copia privada, acaba de dar a conocer la lista de los 100 t¨ªtulos m¨¢s prestados por las bibliotecas del Reino Unido. En la muestra se aprecia una aplastante presencia de la novela de g¨¦nero sobre la ficci¨®n literaria y la no-ficci¨®n. El libro m¨¢s solicitado en 2011 (da gusto la prontitud con que all¨ª se suministran los datos) fue El s¨ªmbolo perdido, de Dan Brown, aunque la palma se la llevan las 17 novelas de James Patterson incluidas en la lista, que se prestaron a 2,3 millones de usuarios. Patterson, cuyo ¨²ltimo editor en Espa?a es Ediciones B, es un autor de thrillers protagonizados por el detective-psic¨®logo Alex Cross, y que se caracterizan por su f¨¢cil legibilidad, a base de cap¨ªtulos cortos y frases de estructura sencilla. Nada que ver con James Joyce, desde luego, pero eso no es culpa de las bibliotecas. Apuesto a que si aqu¨ª dispusi¨¦ramos de una encuesta parecida, entre los primeros puestos encontrar¨ªamos a Mar¨ªa Due?as, que al lado de Patterson ¡ªpuedo asegur¨¢rselo¡ª es una especie de Marcel Proust.
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