"La derecha no quiere saber de los cr¨ªmenes franquistas"
Lorca marc¨® la vida de este irland¨¦s que hoy es espa?ol. Convertido en reconocido historiador e hispanista, ahora publica su obra magna sobre el poeta granadino
Ian Gibson naci¨® en Dubl¨ªn hace 71 a?os y vive en Lavapi¨¦s, Madrid. Es irland¨¦s, como Beckett o como Joyce, esos irlandeses que se estaban yendo siempre, de su pa¨ªs, de su lengua. Y es espa?ol por amor a Lorca. Su indagaci¨®n en el asesinato del gran poeta supuso aqu¨ª, en 1971, cuando los asesinos viv¨ªan a¨²n bajo el amparo del franquismo, una enorme conmoci¨®n. Al fin alguien se atrev¨ªa a aventar uno de los m¨¢s oprobiosos cr¨ªmenes de aquella guerra de la que Lorca fue v¨ªctima despu¨¦s de que la maledicencia lo fuera se?alando: era maric¨®n y esp¨ªa ruso. Poco a poco, Gibson se fue haciendo con un curr¨ªculo sentimental netamente espa?ol y de izquierdas; de su pasi¨®n por Lorca hubo derivaciones: escribi¨® sobre Jos¨¦ Antonio, sobre Calvo Sotelo, "porque supe de ellos y ten¨ªa que hacer tambi¨¦n trabajados historiogr¨¢ficos alimenticios, como mi admirado Bu?uel hizo pel¨ªculas alimenticias". Pero siempre volv¨ªa a la ra¨ªz que represent¨® en la Rep¨²blica y despu¨¦s la figura de Lorca. Escribi¨® sobre Salvador Dal¨ª, y ahora anda metido en el recuento minucioso de la vida de Luis Bu?uel. Mientras tanto, Cr¨ªtica ha publicado un voluminoso libro (cerca de 1.400 p¨¢ginas) con el trayecto completo de su pesquisa lorquiana, Federico Garc¨ªa Lorca. Ese amor por Lorca es lo m¨¢s grande que tiene Gibson. Sobre la mesa de nuestra entrevista, el volumen sobre el poeta granadino, que es como el resultado m¨¢s serio y tangible de su amor espa?ol.
?Qu¨¦ le ha dado la vida? No s¨¦ qu¨¦ me ha dado la vida porque soy una persona que no se conoce bien. Nac¨ª dentro de una peque?¨ªsima minor¨ªa metodista dentro de la minor¨ªa protestante del sur a la que nunca tuve la sensaci¨®n de pertenecer, rodeado de cat¨®licos por todos lados. Fue una infancia privilegiada, por un lado. Mi padre ten¨ªa una f¨¢brica de papel. No era un hombre rico en absoluto, pero s¨ª acomodado, y nos pudo pagar una formaci¨®n y una educaci¨®n. Pero, por otro lado, era un matrimonio infeliz en un enclave protestante m¨¢s liberal, aunque la nuestra era m¨¢s puritana. Todo esto me ha marcado much¨ªsimo.
?C¨®mo le ha marcado? Con una timidez dif¨ªcil de superar, con unos padres que realmente ni se tocaban ni se besaban, terrible. Un matrimonio infeliz. Claro que me ha marcado. Lo veo por los sue?os y las pesadillas que tengo.
?C¨®mo conviv¨ªa con eso? Con mucha dificultad. Yo no vi ternura en mi familia porque era un matrimonio mal avenido y muy triste. Y sin salida, porque en aquella Irlanda no hab¨ªa divorcio; era, como dijo el Papa en Valencia, "la maravilla del matrimonio indisoluble". Maravilla para ¨¦l, que no est¨¢ casado y no tiene problema. All¨ª, un matrimonio equivocado era el infierno hasta la muerte.
?C¨®mo era la relaci¨®n con sus padres? Muy dif¨ªcil. Mi padre era timid¨ªsimo. Su matrimonio naci¨® mal. All¨ª no viv¨ªan juntos antes del matrimonio, y este constitu¨ªa un riesgo porque no conoc¨ªas a la persona con la que te un¨ªas. Hoy todo ha cambiado. Me siento un poco envidioso. Pero, antes, follar era casi imposible. No para la clase alta, ellos viv¨ªan muy bien. Pero nosotros no, no ten¨ªamos d¨®nde ir. Luego lleg¨® el coche, la versi¨®n brit¨¢nica del 600, y ya fue un poco m¨¢s f¨¢cil.
La Espa?a contempor¨¢nea no se entiende sin Lorca. Es un hombre esencial
?Cu¨¢ndo decide liberarse de esa atm¨®sfera? No me he liberado, pero primero me fui f¨ªsicamente a Belfast, y luego, a Londres. Me quer¨ªa hacer un psicoan¨¢lisis y no hab¨ªa ni un solo psicoanalista en Irlanda. Hab¨ªa le¨ªdo mucho sobre Freud, y para tener un poco de ayuda decid¨ª que la ¨²nica soluci¨®n para m¨ª era el traslado a Londres. Me dieron un puesto en el departamento de espa?ol del Bert College, lo que me permiti¨® liberarme de Irlanda y poder empezar a ver a un psicoanalista.
?Le cur¨®? No, en absoluto, no hay cura. Me ayud¨® a ver algunas cosas con m¨¢s claridad, eso s¨ª. Mi posible creatividad, en la que yo no cre¨ªa.
?El encuentro con Lorca le ayud¨® tambi¨¦n? Fue fundamental... Yo ya sab¨ªa franc¨¦s. Para ingresar en el Trinity College ten¨ªas que tener el bachillerato y un idioma y pod¨ªas elegir un segundo idioma desde cero. El segundo a?o me dieron El romancero gitano. Hab¨ªa algo familiar y algo nuevo a la vez. Lorca conoc¨ªa una obra importante de Irlanda, Jinetes hacia la mar, de John Millington Synge. ?l hab¨ªa le¨ªdo la traducci¨®n de Juan Ram¨®n de esta obra de Synge. Es una obra del oeste de Irlanda con met¨¢foras que parecen salidas de El romancero gitano. A?os despu¨¦s, Lorca habl¨® de Irlanda y dijo que Galicia e Irlanda ten¨ªan algo de com¨²n, y lo refleja en su libro. Era consciente de que hab¨ªa recibido influencias de la literatura celta.
?Cu¨¢l fue para usted el enigma Lorca? Fui a Granada en 1965 para hacer una tesis doctoral sobre las ra¨ªces rurales de la obra lorquiana. Pas¨¦ tres meses en la Vega grabando a campesinos. Me hablaban del asesinato de Lorca y de todo lo que hab¨ªa ocurrido en Granada. La gente ten¨ªa mucho miedo al principio, pero gracias a algunos contactos pude ir entrando en aquel grupo de republicanos represaliados, algunos de los cuales hab¨ªan conocido personalmente a Lorca.
Si ahora tuviera que hacer una entrada breve para una eventual enciclopedia que resumiera su conclusi¨®n de ese asesinato, ?cu¨¢les ser¨ªan los datos fundamentales? Dir¨ªa que es un crimen no resuelto del todo todav¨ªa, del que sabemos la estructura, pero en el que faltan muchos datos, empezando por los restos del cuerpo. Lamentar¨ªa, porque me duele profundamente, que el Estado espa?ol no haya buscado esos restos. Lorca es una referencia mundial, casi c¨®smica. No se puede mencionar a Espa?a sin que surja. Es un genio total asesinado por el fascismo. Nadie entiende fuera que no se hayan buscado y encontrado sus restos. Es un mal momento porque ahora est¨¢ el PP, con lo cual la memoria hist¨®rica va a volver hacia atr¨¢s y van a morir muchos ancianos, a los que ya les quedan pocos a?os, sin poder recuperar los restos de sus seres queridos. 130.000 cad¨¢veres todav¨ªa en cunetas. Esto es impresentable, impensable y terriblemente cruel. Dir¨ªa que la Espa?a contempor¨¢nea no se entiende sin Lorca, un hombre esencial para leer y conocer.
Para la derecha, este pa¨ªs le pertenece. Y los otros son usurpadores
?Por qu¨¦ tiene tanto inter¨¦s en que se encuentre el cuerpo?, ?no es suficiente con reivindicar su memoria, con leerle? No. Para m¨ª no es suficiente. Creo que es malo para la familia, para ¨¦l, para todos los espa?oles que no sepamos por qu¨¦ hay tantas presiones. ?D¨®nde est¨¢ este cuerpo? Se supone que en alg¨²n lugar, unos dicen que en la cripta de la catedral de Granada; otros, que en la huerta de San Vicente, la finca de la familia; otros, que en Nerja. Eso es malo porque crea dudas, y ahora lo que est¨¢n diciendo es que no hace falta saber, que con leer la obra ya basta, porque hay que pensar en el presente y en el futuro y no en el pasado. Es el mensaje del PP de Granada: lo que hay que hacer es pensar en el presente y en el futuro. Federico vive. No quieren que se encuentren los restos porque, si se encuentran, la atenci¨®n del mundo se fija en la Guerra Civil no resuelta. Creo que es important¨ªsimo saber d¨®nde est¨¢. Quiero saber c¨®mo lo mataron y si lo torturaron (yo creo que s¨ª), para que se sepa de una vez por todas.
?Por qu¨¦ cree que parte de este pa¨ªs es tan reticente para cumplir con los dictados de la memoria hist¨®rica? Porque el gran problema de este pa¨ªs es que la derecha que tenemos es incapaz de asumir la criminalidad del r¨¦gimen franquista, responsable no solo de lo que pas¨® durante la guerra, en la retaguardia, sino de las ejecuciones de la posguerra, que siguieron y siguieron... El gran problema de este pa¨ªs, en el que me incluyo porque tengo la nacionalidad espa?ola, es la derecha, esta derecha inmisericorde que no perdona, que no aplica la caridad que dice que es su religi¨®n, el amor al pr¨®jimo. Cuando he visto los insultos en el hemiciclo, inadmisibles en cualquier pa¨ªs de Europa, esa es la derecha que tenemos. Insultando al presidente del Gobierno, llam¨¢ndole mentiroso en el hemiciclo... La izquierda reconoce sus errores, incluso las matanzas se afrontan y se reconocen. La derecha se niega a llamar criminal al r¨¦gimen de Franco. ?C¨®mo se puede avanzar con gente as¨ª, que no est¨¢ dispuesta a dialogar? ?C¨®mo se va a realizar un pa¨ªs dividido en dos bloques y donde la derecha se niega a dialogar y a reconocer errores? Me parece que es el gran problema. Y Lorca simboliza todo eso.
Ahora es de Lavapi¨¦s. Bueno, siempre he sido madrile?o, no reniego de nada de mi pasado, ni en Dubl¨ªn ni en Granada, pero en el fondo me siento madrile?o. Me siento muy bien, pero pol¨ªticamente estoy preocupado. Y ahora que has tocado el tema de los otros, ?por qu¨¦ cuando el PSOE tuvo la mayor¨ªa y pudo hacerse la limpieza de s¨ªmbolos fascistas, por ejemplo, en todo el pa¨ªs, no se hizo? Hubo falta de valent¨ªa o prudencia. Yo creo que hubo un poco de cobard¨ªa, porque con el mat¨®n enfrente, hay que hacerle frente. Cuando te han votado y tienes una mayor¨ªa muy grande hay que actuar en consecuencia. Ahora, ver que el PP llega con mayor¨ªa absoluta me preocupa profundamente porque vamos a tener a Franco en el Valle de los Ca¨ªdos in saecula saeculorum, a Lorca no se le buscar¨¢ nunca, por lo menos a lo largo de cuatro a?os, mucho tiempo, porque mucha gente va a morir. Y lo que veo es una divisi¨®n radical. Yo me pregunto si lo que viene va a ser el cuatrienio negro. Y me duele.
?Qu¨¦ ha aprendido en esa excursi¨®n por los universos de los amigos de Lorca, Bu?uel, Dal¨ª...? Lorca es un universo. Estaba en todo, en la m¨²sica, en la poes¨ªa, en la dramaturgia, en la pol¨ªtica. Un ni?o afortunado que por ser homosexual ten¨ªa graves problemas. Toca el piano, sabe qui¨¦n es Verlaine o Flaubert y luego va a Estados Unidos. Y la gente que tiene alrededor... Hay trabajo para bi¨®grafos durante siglos. Dal¨ª, Lorca, Bu?uel, aquel tr¨ªo tampoco vive aislado, estaban rodeados de gente incre¨ªble en la Residencia de Estudiantes, conocen a todo dios. Y no son apol¨ªticos en absoluto, est¨¢n en todo. Cuando llega la Rep¨²blica es la eclosi¨®n de la cultura, es el momento que todos est¨¢n esperando. Y se produce lo que se produce. Llega la tragedia, aquel experimento no pudo ser y llega el desastre. Para m¨ª, haber entrado ah¨ª a trav¨¦s de Lorca, empezando por ¨¦l, pero luego pasando a otros, es un enriquecimiento diario. Y el dolor de lo que se perdi¨® y el de la situaci¨®n actual, por volver a eso. Entre todos hay que ir buscando, recuperando lo que se pueda recuperar sin recriminaciones. Y no se est¨¢ haciendo porque el pa¨ªs no est¨¢ unido. Es una tragedia.
?Se quer¨ªan los tres? Se quer¨ªan el lunes a las diez, y el lunes a la una y media hab¨ªa alg¨²n conflicto o alg¨²n problema y uno se iba. No estaban siempre juntos, pero cuando lo estaban lo viv¨ªan con una intensidad feroz. Ah¨ª est¨¢n las huellas de uno en el otro. Y la gente que hab¨ªa alrededor, aquel mundo fant¨¢stico.
A Lorca lo mataron, pero siguieron vivos Bu?uel y Dal¨ª, y ambos tuvieron actitudes muy divergentes con respecto a la pol¨ªtica y al recuerdo republicano. ?A qu¨¦ se debi¨® esa divergencia? Eran divergentes porque cada uno estaba haciendo su vida, cada uno ten¨ªa su vida anterior y sus angustias. Son diferentes. Por ejemplo, Bu?uel tiene un gran problema con la homosexualidad. Lo que no menciona en sus memorias es que su hermano Alfonso era gay, y adem¨¢s, muy abiertamente gay justo antes de la guerra, y amigo de Federico. ?Te imaginas? No es que Bu?uel fuera gay, pero teme serlo un poco. Y Dal¨ª tambi¨¦n. Llega la guerra y Dal¨ª no puede vivir lejos del Cap de Creus, es su epicentro ps¨ªquico, y tiene que volver. De modo que se convierte en cat¨®lico y dice que el surrealismo fue un error, una equivocaci¨®n. Es como la oveja descarriada que vuelve a casa a hacer las paces con el r¨¦gimen y se instala otra vez en Port Lligat y en Figueres. No puede vivir sin ese paisaje. En el caso de Bu?uel, ¨¦l no pudo volver, habr¨ªa sido imposible. Pero hizo Viridiana como una bomba que le entrega a Franco y a este le explota en la cara. Una obra absolutamente genial. Adem¨¢s, tal vez lo sabr¨¦ al final, porque no he terminado el libro, pero hay en ¨¦l una tremenda timidez en el fondo que compensa con su cuerpo atl¨¦tico, con el boxeo y la jabalina, demostrando su virilidad. Pero dentro tiene una inseguridad radical. Eso ser¨ªa un descubrimiento si quieres, porque la gente lo ve como el cl¨¢sico macho aragon¨¦s, pero no, en absoluto, en las pel¨ªculas se ve que hay una angustia constante en relaci¨®n con el sexo.
?Y Dal¨ª? Dal¨ª es un t¨ªmido patol¨®gico. Esto lo dice Pep¨ªn Bello, gracias a ¨¦l sabemos algo de estos incre¨ªbles seres; si ¨¦l no hubiera guardado la correspondencia de cada uno, no sabr¨ªamos de la misa la mitad. Muri¨® hace poco con 103 a?os, es una de las personas que m¨¢s me ayudaron. Dal¨ª es una cebolla a la que, aunque le quites capas y capas, no llegar¨¢s nunca al final. Era un t¨ªmido tan t¨ªmido que construy¨® una costra, un disfraz, para ir por la vida. Como era un genio pintando y dibujando, se fue convirtiendo en exhibicionista para encubrir su propia timidez patol¨®gica. Se ruborizaba por nada, todo le daba miedo, no pod¨ªa cruzar la calle solo.
No hemos hablado de Jos¨¦ Antonio, ni de Calvo Sotelo... Como siempre he estado criticando a la derecha y a la ultraderecha, mi idea era empezar a abrir algunas otras l¨ªneas de investigaci¨®n. En el caso de Calvo Sotelo se trataba deanalizar qui¨¦n lo hab¨ªa matado. Obviamente, no fueron los falangistas, fue un asesinato llevado a cabo por el otro bando. Pens¨¦ que era un buen tema y que bien desarrollado ser¨ªa una investigaci¨®n hist¨®rica. Se podr¨ªa leer como una novela, pero a la vez ser¨ªa ¨²til para m¨ª hablar de un asesinato llevado a cabo por la gente que te¨®ricamente apoyo, porque yo habr¨ªa sido republicano. Creo que no lo hice nada mal. Lo mismo con Jos¨¦ Antonio. Tratando de buscar la objetividad, me aproxim¨¦ a un mito del fascismo espa?ol y trat¨¦ de ver qu¨¦ hab¨ªa debajo y detr¨¢s. Y vi a un ser humano, Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, que entra en todo aquello por lo que le hicieron a su padre. Quiere defender el buen nombre de su padre porque considera que lo han ofendido, y entra en ese tinglado, que yo creo que en el fondo no era el suyo. Investigar con toda la objetividad posible era mi idea. Y aprender mucho en el camino.
Y Paracuellos, ?qu¨¦ le ense?¨®, qu¨¦ deber¨ªamos saber los espa?oles? Hay que saber la verdad. Hay que saber c¨®mo fue, comprender c¨®mo era la situaci¨®n entonces. No hay que partir con odio, sino con deseo de comprender lo que era Madrid en aquel momento, cuando el Gobierno se hab¨ªa marchado a Valencia creyendo que Madrid iba a caer en cualquier momento y dejando un comit¨¦ de defensa detr¨¢s. Con miles de presos de derechas en la c¨¢rcel Modelo, con los moros en la Casa de Campo bombardeando con aviones. En ese momento hay una purga. Y hay que saber c¨®mo fue, qui¨¦nes la organizaron, cu¨¢nta gente muri¨®, c¨®mo se llev¨® a cabo y qui¨¦nes fueron los responsables. Es lo que hay que saber. Pero desde la derecha se tiene que entender lo que entonces era aquel momento para la Rep¨²blica y los republicanos, que la capital iba a caer en manos del fascismo internacional, que es lo que suced¨ªa, y que aquello desencaden¨® un odio feroz contra los responsables y sus aliados. Hay que entender que en Madrid ya se sab¨ªa lo que hab¨ªa pasado en Badajoz. Se sab¨ªa perfectamente lo que les esperaba. Cada noche escuchaban, porque o¨ªan a Mola, lo que les iban a hacer. Aquello cre¨® un p¨¢nico y un odio terrible y se llev¨® a cabo una matanza, probablemente organizada por los rusos. Seguro que hubo influencias de ellos porque eran los ¨²nicos que ayudaban a la Rep¨²blica. Hay que tratar de comprender que no era solo algo llevado a cabo por unos asquerosos rojos, malvados y criminales. Hubo una situaci¨®n terrible para la poblaci¨®n de Madrid. Y los otros, adem¨¢s, empezaron antes con las matanzas, porque lo de Badajoz fue atroz.
?Qu¨¦ responsabilidad tuvo Carrillo? Me dio una larga entrevista en la que me cont¨® que ¨¦l dirig¨ªa el orden p¨²blico, que con 22 a?os le encargaron controlarlas checas, tratar de organizar todo aquello, y que realmente no pensaba en los presos de la c¨¢rcel Modelo. Lo que quer¨ªa era llegar a impedir que Franco entrara en Madrid y controlar los asesinatos ilegales. Desde luego, la gran responsabilidad no la tuvo Carrillo, no iban a convertir a un chico de 22 a?os que estaba organizando el orden p¨²blico en el ejecutor de todo aquello. Quienes mandaban y controlaban all¨ª eran los rusos, los comunistas. Que ¨¦l sab¨ªa, desde luego. Todo el mundo sab¨ªa que se llevaban a cabo ejecuciones, ¨¦l hab¨ªa nombrado a Segundo Serrano Poncela delegado de las c¨¢rceles. Pero tener la responsabilidad me parece a m¨ª que no.
?La envidia est¨¢ en la g¨¦nesis de estos asesinatos a ra¨ªz de la contienda civil? No creo. La ra¨ªz de lo que pas¨® aqu¨ª entonces no fue eso. Odio, s¨ª. La envidia se llama odio, pero tambi¨¦n hay odio oscuro. La verdad es que, a los 10 d¨ªas, la Rep¨²blica ya estaba contra la derecha y la Iglesia, desde el primer momento conspiraba. Ah¨ª est¨¢ el general Sanjurjo del a?o 1932 y sus constantes contactos con Mussolini y luego con Hitler. Creo que, desde el primer momento, toda la derecha estaba en contra de la Rep¨²blica. Las elecciones de 1933 las gana la CEDA, la coalici¨®n de Gil Robles, porque la izquierda, como siempre anda desunida, no se da cuenta del peligro y no es capaz de unirse. Hay una lecci¨®n de todo eso en relaci¨®n con lo que est¨¢ pasando ahora. Cuando la derecha gana en 1933 empieza a deshacer toda la legislaci¨®n del bienio previo. No creo que la envidia est¨¦ en la g¨¦nesis. Hay un odio secular. Este pa¨ªs nunca tuvo un momento de paz, siempre ha estado a salto de mata todo el siglo XIX. Las Cortes de C¨¢diz, que ahora se van a celebrar, elaboraron una de las Constituciones m¨¢s modernas de Europa, tal vez la m¨¢s avanzada. Vuelve Fernando VII, luego tres a?os liberales, despu¨¦s ahorcan a Riego en la plaza de la Cebada y viene Fernando VII otra vez. Otros tres a?os de represi¨®n, despu¨¦s un poco de libertad y otra vez la represi¨®n. Llega la I Rep¨²blica, dura 11 meses, vuelven los Borbones, 30 a?os de turno pac¨ªfico... En fin. ?Cu¨¢ndo ha tenido paz este pa¨ªs? Para la derecha, este pa¨ªs le pertenece. Y los otros son usurpadores. Lo han dicho claramente una y otra vez.
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