El fervor por la lectura
Desde el a?o 1942, en plena posguerra, cuando la familia S¨¢nchez Ruip¨¦rez, tras haber pasado complicadas vicisitudes durante la contienda civil, decidi¨® adquirir en Salamanca la librer¨ªa Cervantes, Germ¨¢n inici¨® una carrera en el mundo de la edici¨®n y de la cultura que lo llevar¨ªa a ser uno de los mayores pilares de la por aquel entonces incipiente industria cultural espa?ola. Poco a poco su labor se fue desarrollando creando numerosas editoriales y medios de comunicaci¨®n impresos y audiovisuales extendiendo su labor no s¨®lo en Espa?a sino tambi¨¦n en Hispanoam¨¦rica y los Estados Unidos.
Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez, desde la iniciativa privada, contribuy¨® a la difusi¨®n y extensi¨®n de nuestra lengua espa?ola en el mundo y a darle el prestigio, que siempre tuvo, pero que las circunstancias de aquellos tiempos le hab¨ªan relegado. Y lo llev¨® a cabo de varias maneras. A trav¨¦s de los libros de texto mediante los cuales aprendimos varias generaciones de espa?oles y tambi¨¦n otras muchas allende nuestras fronteras en numerosos pa¨ªses de Hispanoam¨¦rica. Tambi¨¦n Germ¨¢n supo aunar en torno a sus editoriales a los mejores especialistas y autores de nuestra lengua y de otras muchas extranjeras. Y finalmente supo ver que tambi¨¦n el coloso del norte, los Estados Unidos, eran un campo f¨¦rtil donde nuestra lengua llegar¨ªa a ser, como ¨¦l mismo pudo comprobar, la segunda m¨¢s hablada despu¨¦s del Ingl¨¦s.
La librer¨ªa Cervantes, durante los a?os cuarenta y cincuenta del pasado siglo, fue una prolongaci¨®n esencial de la Universidad de Salamanca y muchos de los m¨¢s insignes profesores ten¨ªan tertulia all¨ª libre de censuras. Manuel Alvar, Enrique Tierno Galv¨¢n, Joaqu¨ªn Ru¨ªz Jim¨¦nez o Antonio Tovar adem¨¢s de otros muchos. Algunos de aquellos acabaron convirti¨¦ndose en amigos y colaboradores de sus proyectos. Especialmente el m¨¢s joven catedr¨¢tico universitario de la Espa?a de su tiempo, Fernando L¨¢zaro Carreter, un hombre imprescindible en la aventura de Germ¨¢n. En 1958, en compa?¨ªa de su esposa Ofelia Grande, iniciaba su andadura editorial tomando el nombre de Anaya, el del Colegio Anaya, entonces sede de la Facultad de Letras de Salamanca. Este grupo, fue creciendo a lo largo de los a?os, a partir de los setenta, se convirti¨® en el primero de los grandes grupos editoriales espa?oles, cuyo liderazgo abarcaba no s¨®lo el continente europeo sino tambi¨¦n el americano.
Ya desde sus inicios, Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez no solamente fue un extraordinario empresario que se hizo a s¨ª mismo sino tambi¨¦n una persona volcada en el mecenazgo. Como ¨¦l mismo relat¨® en su discursos de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca, que tuvo lugar hace exactamente un a?o, como resultado de aquellas muchas acciones benem¨¦ritas le surgi¨® la determinaci¨®n de impulsar el m¨¢s querido de sus proyectos, la Fundaci¨®n que lleva su nombre y que fue oficialmente constituida en el a?o 1981. A trav¨¦s de ella se crearon los centros de Pe?aranda de Bracamonte, su lugar de nacimiento, Salamanca y Madrid, donde en este oto?o se inaugurar¨¢ la Casa del Lector, un proyecto en el cual hab¨ªa depositado todo su saber y experiencia, ¡°soy un hombre de la edici¨®n y del libro y, como tal y por ello, dese¨¦ que mi Fundaci¨®n hiciera de la lectura su eje vertebrador¡±. Germ¨¢n fue una persona que siempre estuvo al tanto del desarrollo tecnol¨®gico, y ¨¦l mismo muy interesado en su conocimiento y utilizaci¨®n, por tanto insisti¨® siempre en que en la Casa del Lector aparte de las actividades educativas y culturales que se llevaran a cabo hubiera un importante apartado dedicado a la investigaci¨®n sobre el devenir de la lectura en los soportes producto del desarrollo de Internet.
La lectura para Germ¨¢n no s¨®lo iba a sobrevivir en nuestra sociedad tecnificada del siglo XXI, sino que continuar¨ªa siendo una llave maestra para interpretar, comprender, valorar, asimilar y compartir el inmenso caudal informativo que hoy ya nos rodea. Caudal informativo y por supuesto de conocimiento. Leer para seguir siendo libres. Leer para nunca cejar en la b¨²squeda de la verdad. ¡°Leer para la creaci¨®n de ciudadanos independientes con criterio, coraz¨®n y raz¨®n; solidarios y participativos; protagonistas activos de su propia realidad, donde ya casi nada volver¨¢ a ser como sol¨ªa. Porque no vivimos una ¨¦poca de cambios: vivimos el cambio de una ¨¦poca en que todo se muda de una forma imparable¡±.
Quienes durante muchas d¨¦cadas tuvimos el honor de trabajar con ¨¦l y aprender de su manera de ser: austera, esforzada, inteligente, creadora e infatigable y, en cada momento, acorde con los tiempos que le toc¨® vivir; aprendimos tambi¨¦n de ¨¦l su inmensa generosidad. ?l lo gan¨® todo con los libros y lo invirti¨® todo en ellos. Fue un mecenas ejemplar y, debido a ello, su labor no se acaba aqu¨ª, en estos momentos tristes en los que tenemos que asumir su ausencia, sino en el desarrollo de todos sus proyectos fundacionales. Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez crey¨® siempre en la educaci¨®n y la cultura como derechos inalienables del ser humano. Su mejor testimonio lo tuvo en su propia madre maestra. El legado que nos deja es incalculable y tambi¨¦n el trabajo para llevarlo a cabo. No le defraudaremos.
C¨¦sar Antonio Molina es exministro de Cultura y director de La Casa del Lector de la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.