El buf¨®n es un asunto muy serio
Los casos de Jordi ?vole y Jos¨¦ Mota simbolizan la aspiraci¨®n secreta del c¨®mico
A todo o nada apuestan los bufones cuando deciden travestir su cotidianeidad de carcajada en vocaci¨®n de solemnidad y drama. Esto no es nuevo. Desde la Edad Media ¡ªy antes, tambi¨¦n Grecia y Roma se sirvieron de sus favores en pleno esplendor¡ª estos supuestos tontos ¨²tiles recorrieron los palacios y las cortes de Europa, los foros del poder, cantando las gracias al rey de turno y diluyendo sus tormentas. Pero desde Triboulet (el payaso de c¨¢mara de Francisco I de Francia) hasta el Calabacillas inmortalizado por Vel¨¢zquez, la inacabable estirpe de los c¨®micos siempre ofreci¨® la sensaci¨®n de que, bajo la fachada de lo hilarante y lo placentero, corr¨ªa secreta y violenta una vocaci¨®n de influencia, de mensaje y de arte. Y aqu¨ª desembocamos en Jordi ?vole. Aunque no solo: tambi¨¦n en Jos¨¦ Mota. Met¨¢foras andantes de una profesi¨®n de fe que bien pudiera denominarse "hago re¨ªr, luego soy artista", o "hago re¨ªr pero s¨¦ hacer llorar".
Ya no es noticia que Jordi ?vole, aquel clown a tiempo parcial en las filas de Andreu Buenafuente que eclosion¨® bajo el sobrenombre de El Follonero (eso s¨ª, tras haberse ocupado de la producci¨®n del programa, o sea, que ya estamos hablando de un payaso brillante que no era solo un payaso brillante) se ha convertido en uno de los reporteros m¨¢s agudos, implacables y certeros de entre los reyes cat¨®dicos. Un periodista temible que pregunta y repregunta (?oh, rareza, oh especie en v¨ªas de extinci¨®n!) un fiscal que parece haberse prometido a s¨ª mismo mantener viva hasta el final la llama de la risa, pero que cuando se sienta frente a su entrevistado, sugiere nombres m¨¢s parecidos a Beria, Pol Pot, Goebbels o el estrangulador de Bost¨®n que a Tonetti, Tip y Coll, Pompoff y Teddy o Martes y Trece.
?Vieron la entrevista/salfum¨¢n que el tal ?vole perpetr¨® el domingo por la noche en Salvados (La Sexta) en torno a la persona del ex Molt Honorable Jaume Matas? ?Alguien recuerda alg¨²n caso tan contradictoriamente brillante de un periodista masacrando a un personaje p¨²blico mientras le pone cara de Harpo Marx? "Cuando el se?or Urdangarin le present¨® sus proyectos, ?usted tem¨ªa que dici¨¦ndole no estar¨ªa diciendo no al Rey?". Sonrisa. Cara de tragedia griega de Matas. "Oiga, ?se enriqueci¨® usted con las operaciones hechas con el se?or Urdangarin?". Y sobre todo:
Solo ?vole es capaz de preguntar y repreguntar as¨ª en el periodismo de hoy
¡ª?Por qu¨¦ decidieron hacer negocios con I?aki Urdangarin?
¡ªEra el Duque de Palma y...
Jos¨¦ Mota decidi¨®, en el apogeo de su ¨¦xito como humorista, ser actor de cine 'serio'
¡ªPero ?qu¨¦ respuesta es esa, de que era el Duque de Palma?
Solo Jordi ?vole es hoy en d¨ªa capaz de tanta mala leche y tan bien argumentada en la televisi¨®n espa?ola, y casi en el periodismo espa?ol, tan plagado de cuestionarios Proust sin la menor intencion de molestar.
Otro caso de c¨®mico que dej¨® de serlo, al menos por un tiempo: Jos¨¦ Mota. El tipo tom¨® la mejor decisi¨®n de su vida profesional zanjando el asunto Cruz y Raya y elev¨¢ndose ¨¦l solito a la c¨²spide del humor televisivo. Todo un reto y todo un ¨¦xito, materializado en La hora de Jos¨¦ Mota, que acaba de cerrar temporada dejando atr¨¢s hallazgos impagables como El T¨ªo la vara, La vieja'l visillo o La Blasa.
Y hete aqu¨ª que, en el apogeo del estrellato cachondo y ca?¨ª (ensalzado por muchos, defenestrado por otros, pero eso ya es carne de opini¨®n), a Mota se le cruz¨® un gusanillo: el del cine. En La chispa de la vida, ¨²ltima pel¨ªcula de Alex de la Iglesia, se pasa hora y media haciendo de pobre diablo con una barra de hierro incrustada en la cabeza y acosado por la parca. Ni un mil¨ªmetro para el humor. Ni una mueca para la broma, ni en la pel¨ªcula ni en la promoci¨®n de la misma ante los medios. Jos¨¦ Mota decidi¨® ponerse serio. La cosa le sali¨® bien. "Muri¨® mi padre en el momento en que arrancaba este proyecto. Era un reto muy especial". Hubo hasta quien le compar¨® (Oti Rodr¨ªguez Marchante, en Abc) con Landa y L¨®pez V¨¢zquez. Otros viejos bufones que, como ?vole y Mota, no solo eran eso.
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