Damien Jurado, 'Maraqopa'

Los episodios creativos para Damien Jurado son siempre concisos pero sustanciosos. Sus discos nunca se caracterizan por ser largos (y Maraqopa, el sexto de su carrera, no es una excepci¨®n); las canciones combinan claridad y belleza sin demasiados rodeos.

De hecho, en Espa?a est¨¦n probablemente los que mejor conocen ese personal manejo del tiempo del de Seattle: quienes compraron el EP Holding his breath, por un lado; y los ¨Cafortunados- espectadores del concierto que Jurado dio en el Tanned Tin del a?o 2007. Sobre el primer artefacto debemos encumbrar su innata capacidad para emocionar a cualquiera en apenas 15 minutos. Sobre la manera en que aquella noche mediterr¨¢nea rompi¨® el concierto y tambi¨¦n a llorar, dijo, preguntado a?os despu¨¦s por el periodista Nando Cruz, que ¡°aquella vez, por primera vez me sent¨ª profundamente conectado a mi m¨²sica¡±.

El desasosiego y el llanto, en cualquier caso, abandonaron sus canciones tras conocer al talentoso Richard Swift ¡ªprevio renacimiento art¨ªstico tras una ruptura sentimental¡ª, quien se ha labrado cierto prestigio como estratega sonoro. Con Jurado trabaja desde 2010: m¨¢s brillo en el sonido y m¨¢s efectos pop son sus se?as de identidad. La sombra de Phil Spector ya se percib¨ªa en el tema Arkansas de su disco anterior, y ahora permanece en una de las canciones m¨¢s redondas de Maraqopa, reel to reel.

C¨¢lidas percusiones (This time next year); el arranque en manos de un blues roto donde un solo de guitarra el¨¦ctrica mezcla con fluidez las fantasmag¨®ricas voces (Nothing is the news); la lenta cadencia, id¨®nea para su fr¨¢gil voz, en Maraqopa; o el inesperado falsete de Musemum of flight son otros de los ¡ªpor supuesto, breves¡ª sutiles y eternos momentos, hilados con naturalidad y buen ritmo. Y para quienes a¨²n buscan a dios en las ac¨²sticas comatosas, Mountains still asleep les servir¨¢ como cura: ¡°Feel free to lose yourself/ I do this all the time/ Love is a blinding sight¡±, le o¨ªmos cantar con el eco de lo atemporal.