Con Galliano, se fue el riesgo
Dior entrega un desfile contenido y correcto, pero carente de la personalidad esperada Nina Ricci reflexiona con su colecci¨®n sobre el paso del tiempo
En el mismo lugar, el museo Rodin, en el que justo hace un a?o se escenificaba el divorcio entre Dior y John Galliano se present¨® ayer la tercera colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter femenino ¡°an¨®nima¡± de la firma. La gente abarrotaba la puerta, pero no est¨¢ claro qu¨¦ esperaban poder atisbar. Tan poco probable era que vieran all¨ª a Galliano como a su sucesor.
Aunque Bill Gaytten (el director del estudio) ejerce ya un papel muy cercano al del director creativo, se mantiene la incertidumbre sobre qui¨¦n ser¨¢ el sucesor oficial en ese cargo. A estas alturas ni siquiera est¨¢ claro si se va a contratar a alguien externo y la lista de los candidatos que se han considerado incluye pr¨¢cticamente a cualquier dise?ador en activo. A pesar del esc¨¢ndalo ¡ªo quiz¨¢ precisamente por ¨¦l¡ª las ventas en Dior se incrementaron un 22% en 2011. Un dato que finalmente explica por qu¨¦ la compa?¨ªa alarga esta situaci¨®n.
Para oto?o/invierno 2012, Gaytten y su equipo mantienen la f¨®rmula que mejores resultados les ha dado: no complicarse la vida. La herencia de Christian Dior es repasada una vez m¨¢s (y van¡) esta vez con el foco puesto en su gusto por los tejidos masculinos, como la pata de gallo, combinados con la est¨¦tica de las bailarinas. El resultado es tan contenido y correcto como carente de la clase de personalidad y carisma que se espera de una casa como Dior.
Cuando se cumple el primer aniversario de la ca¨ªda en desgracia de Galliano, la semana de la moda de Par¨ªs est¨¢ todav¨ªa profundamente marcada por las elucubraciones acerca del estado de la industria y su gesti¨®n de los creadores. En estos momentos, ni el creador brit¨¢nico, ni Raf Simons, ni Christophe Decarnin, ni Stefano Pilati tienen un lugar en el que dise?ar para mujer. Y todos ellos han sido despachados de las casas en las que trabajaban (Dior, Jil Sander, Balmain y Saint Laurent) con pocas ceremonias. Seg¨²n fuentes cercanas a la situaci¨®n, Raf Simons conoci¨® su despido de Jil Sander por correo electr¨®nico.
Los cambios de dise?ador en las grandes firmas de moda no son una novedad. Yves Saint Laurent supo que le echaban de Dior mientras estaba en el hospital. Y era 1961. Mucho se escribi¨® tambi¨¦n en 2009 acerca de la salida de Oliver Theyskens de Nina Ricci. Un drama del que parece hoy completamente alejada la casa, propiedad de Puig. Peter Copping ha tra¨ªdo la calma y ha ido progresando con mimo, elegancia y cautela. El brit¨¢nico cerr¨® la jornada del mi¨¦rcoles, marcada por las reflexiones sobre el tiempo, con una propuesta que cavila sobre la relaci¨®n entre el pasado y el presente. Copping imagina a una chica que entra en el armario familiar y reescribe la historia al remodelar y adaptar al gusto actual la ropa de sus antepasadas. Met¨¢fora de lo que debe hacer un dise?ador al frente de una casa hist¨®rica.
El riesgo de asfixia que entra?a la aceleraci¨®n de los ritmos de la industria para los creadores preside la negativa de Isabel Marant a expandir su marca a base de productos aleda?os. La dise?adora francesa goza hoy de una popularidad que le ha hecho incrementar su facturaci¨®n en un 44% en 2011. Tiene previsto abrir seis nuevas tiendas este a?o, pero rechaza lanzar un perfume o producir m¨¢s complementos. Ayer entreg¨® otra colecci¨®n que no cambiar¨¢ la historia de la moda pero que volar¨¢ de las casi 700 tiendas en el mundo que ofrecen sus productos. La fijaci¨®n recurrente de la dise?adora con Estados Unidos emboca el g¨¦nero country con camisas y botas de cowboy. Pero el tema en Marant no es m¨¢s que un pretexto para desarrollar una y otra vez las mismas ideas. Algo de lo que sus clientas no parecen tener ninguna queja.
Los problemas de la moda en Par¨ªs son, desde luego, de un orden muy distinto a los de Espa?a. Buscando un nuevo horizonte, Amaya Arzuaga vino a la capital francesa, donde ayer present¨® por cuarta vez su colecci¨®n principal. Es la ¨²nica espa?ola en un calendario surcado por decenas de nacionalidades. Hay m¨²ltiples franceses y japoneses, pero tambi¨¦n hay nombres procedentes de Brasil, Portugal, Corea, Holanda, Turqu¨ªa, India, Gran Breta?a, Alemania o L¨ªbano. Inspirada en el colorista trabajo de la artista Sonia Delaunay, Arzuaga entreg¨® una colecci¨®n en la que nervios de colores surcan las superficies de mohair. Los escotes en las sisas y las siluetas sin talle emparentaban, por primera vez, a esta l¨ªnea con la que present¨® en Madrid hace unas semanas. Un gesto no exento de peligros ya que induce a cuestionar la aut¨¦ntica necesidad de organizar dos desfiles. Pero, ?es que hay algo estos d¨ªas que no entra?e alg¨²n riesgo?
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