Quique Camoiras, c¨®mico popular de los de antes
El actor, que se abri¨® camino en los espect¨¢culos de variedades, particip¨® en una treintena de pel¨ªculas
El actor Quique Camoiras (Enrique P¨¦rez Camoiras) falleci¨® ayer en Madrid a los 83 a?os de edad tras haber sufrido un derrame cerebral. Fue un actor brillante que reparti¨® su buen hacer en el g¨¦nero de la revista, en las variedades y m¨¢s tarde en la comedia, un c¨®mico de los de antes, como a ¨¦l le gustaba definirse, atento a las reacciones del p¨²blico para saber introducir ¡°morcillas¡± que le provocaran al m¨¢ximo la risa, y a quien no afectaba la calidad de las obras para lograr triunfar. ?l mismo las iba adaptando en cada representaci¨®n a la demanda cambiante de los espectadores del patio de butacas.
Antes de int¨¦rprete, fue bombero torero y bailar¨ªn de claqu¨¦
Camoiras (Madrid, 1928) hab¨ªa iniciado su carrera junto a su hermano Francisco, primero como bombero torero por plazas de pueblo, luego como bailar¨ªn de claqu¨¦, y por fin en los escenarios, en Valencia, durante la Guerra Civil, cuando apenas ten¨ªa 10 a?os, demostrando ya su vis c¨®mica. Actu¨® entonces para el Socorro Rojo, y en el cine, a¨²n ni?o, en la pol¨¦mica Rojo y negro (1942), que acab¨® siendo secuestrada por la censura falangista. Pero el talento de Quique Camoiras se desvel¨® en espect¨¢culos de variedades y en salas de fiestas, donde explot¨® para la risa su corta estatura, con la que apenas alcanzaba el busto de las vedettes, su mirada traviesa y p¨ªcara, sus nerviosos movimientos, sus ocurrencias¡ Tras numerosas y agotadoras giras por pueblos con varias representaciones diarias logr¨® ser cabeza de cartel como otros grandes del g¨¦nero a los que admiraba: Rafael L¨®pez Somoza, Pepe Alfayate, Paco Mart¨ªnez Soria, Juanito Navarro, Lina Morgan¡
Pas¨® a la comedia ¡ªDon Armando Gresca, Ponte el bigote, Manolo, Los marqueses de Matute¡¡ª, eventualmente al teatro dram¨¢tico ¡ªLa dama de Alejandr¨ªa, de Calder¨®n, junto a Aurora Bautista¡ª, y, l¨®gicamente al cine, que le reclam¨® para una treintena de pel¨ªculas ¡ªLa masajista vocacional, Juana la loca... de vez en cuando, Adulterio nacional, destacando La corte de Fara¨®n, que obtuvo en San Sebasti¨¢n un premio gen¨¦rico al reparto¡ª. No obtuvo muchos m¨¢s galardones Quique Camoiras, de lo que se quejaba. El g¨¦nero c¨®mico, sol¨ªa decir, no es considerado como un trabajo serio, mientras apreciaba con emoci¨®n la Medalla de la Cruz Roja, que le concedi¨® esa entidad, con la que colabor¨® siempre con entusiasmo, y otros premios entregados por sus compa?eros de profesi¨®n.
Cambiaba las representaciones seg¨²n la demanda de los espectadores
Trabaj¨® sin cesar, incluso alternando una etapa de su vida teatral con la de funcionario. Y m¨¢s tarde con la de empresario. En sus ¨²ltimos a?os compagin¨® el teatro con la televisi¨®n donde obtuvo nueva popularidad: a recordar Los Poyato, junto a su amigo Juanito Navarro.
Pertenec¨ªa Camoiras a una estirpe de c¨®micos que ¡°traspasaban la bater¨ªa¡±, como se define en el argot, es decir, que lograban meterse al p¨²blico en el bolsillo y manejarlo luego a su antojo. ?l defend¨ªa el teatro popular como acci¨®n cultural (¡°A un reci¨¦n nacido no puedes darle un muslo de pollo, y a alguien que empieza a ir al teatro no le puedes dar Shakespeare o Calder¨®n¡±), y en este g¨¦nero se mantuvo hasta que decidi¨® retirarse hace cinco a?os para atender a sus nietos. Calculaba entonces que en escena le hab¨ªan visto a lo largo de su vida unos 10 millones de espectadores.
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