Rodrigo Le?o, 'La monta?a m¨¢gica'

A mediados de los noventa, cuando Le?o anunci¨® su marcha de Madredeus, algunos pensaron que el teclista lisboeta se estaba disparando a los pies. Hoy, casi dos d¨¦cadas m¨¢s tarde, nuestro autor a?ade otra maravillosa p¨¢gina ¨Cla octava- a su discograf¨ªa mientras el anta?o emblema de la saudade portuguesa encall¨® en la absoluta nader¨ªa. La monta?a m¨¢gica corrobora esa portentosa habilidad de Le?o para construir piezas bell¨ªsimas a partir de un modesto pu?ado de notas. Es un creador de melod¨ªas que jam¨¢s abruma, pero casi siempre emociona.

Espectacular en el uso de las cuerdas (Avi?es de papel), evocador como pocos de ese para¨ªso infantil que ya nunca volver¨¢ (Ventozela), Rodrigo Le?o parece un eterno compositor de bandas sonoras a la espera de encontrar una pel¨ªcula. Lo suyo no es minimalismo leve, como tantas veces se ha argumentado, sino pura poes¨ªa. Y si en sus escasas incursiones vocales encuentra aliados como Scott Matthew (Terrible dawn), ya no queda m¨¢s alternativa que quitarse el sombrero.