?Y por qu¨¦ meterse en un jaleo as¨ª?
Finaliza el plazo de presentaci¨®n de candidaturas a la presidencia de la SGAE
Si es verdad que los traumas tienen la capacidad de unir a los que los superan, la psiquiatr¨ªa deber¨ªa estudiar la excepci¨®n de la SGAE. La entidad que agrupa a autores y editores encara su futuro, que pasa por unas elecciones previstas para el 26 de abril, m¨¢s desunida que nunca. Hoy termina el plazo de presentaci¨®n de candidaturas a su junta directiva y el paisaje antes de la batalla se presenta con multitud de frentes abiertos.
Por el horizonte asoman cuatro ej¨¦rcitos plenamente equipados o, aparcando el s¨ªmil militar, cuatro candidaturas completas (esto es, con una lista con 31 miembros, los mismos que se llena una junta, m¨¢s ocho editores). Dos vienen peleando desde hace meses. Sus caras visibles son Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n (De Otra Manera, DOM, se hacen llamar los suyos) y Ant¨®n Reixa (Autor@s Unidos por la Refundaci¨®n, AUNIR). Otros dos batallones se han alistado a ¨²ltima hora: Autores m¨¢s que Nunca (con Jaume Sisa, que es portavoz, aunque no candidato a presidir la SGAE) y Centrados, coordinada por Iv¨¢n Garc¨ªa Pelayo, que tambi¨¦n perteneci¨® al equipo de Teddy Bautista (como Sisa y Sastr¨®n) y aglutina a un sector, considera ¨¦l, m¨¢s t¨¦cnico.
Luego est¨¢n los que vienen a hacer la guerra por su lado, como Miguel R¨ªos o Caco Senante, que se presentan en solitario con la ¨²nica ambici¨®n de entrar en la junta y estar presentes en las decisiones que all¨ª se tomen. O ¡°la candidatura de los flamencos¡±: se hace llamar Autores por el Cambio (AUPEC) y cuenta entre sus exiguas filas (seis candidatos) con Tomatito, Manolo Carrasco o Josemi Carmona. En total, unos 140 aspirantes para 31 asientos (39 si se suma al colegio de los editores, que van por su lado).
Y entre todos ellos, cuatro nombres, los de las candidaturas completas, con opciones a presidir la entidad. El sistema electoral de la SGAE es un guirigay de listas abiertas, votos ponderados y colegios separados (m¨²sicos por un lado, los habitantes del mundo audiovisual por el otro¡) y que en cierto modo se asemeja al funcionamiento del parlamento: el presidente sale de los votos de los miembros de la junta. Y es de esperar, aunque nunca se sabe con las cosas de los autores, que cada cual optar¨¢ por el cabeza de su lista.
El trauma es, obviamente, la intervenci¨®n de la SGAE por la Guardia Civil aquel 1 de julio de 2011 y los subsiguientes descubrimientos de la Operaci¨®n Saga, cuyo sumario (la parte que investiga las irregularidades en la red de teatros Arteria) a¨²n sigue siendo secreto: el fenomenal desv¨ªo de fondos a la trama de empresas de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Neri, la locura inversora emprendida en la red multinacional de teatros Arteria y el excesivo poder amasado por Eduardo Bautista en sus casi 30 a?os al frente de una entidad en la que era pieza incuestionable como presidente del Consejo de Direcci¨®n (y por tanto, al margen de elecciones).
En eso, en el rechazo frontal a los tiempos y a las formas de Bautista, coinciden todos los candidatos de este proceso electoral endemoniado. Tambi¨¦n, en palabras talism¨¢n como ¡°refundaci¨®n¡±, ¡°transparencia¡± o ¡°reforma¡±. Fuera del terreno de las promesas electorales, los problemas m¨¢s acuciantes que esperan al nuevo presidente de la junta de la SGAE pasan por resolver lo irresoluble (la deteriorada imagen de una entidad con peor prensa que el carbunco) y sortear el agujero financiero causado por el proyecto Arteria, exceso inmobiliario que cost¨® 251 millones de euros creada a cargo de la Fundaci¨®n Autor. Solo en intereses supone 18 millones de euros anuales. ?C¨®mo se pagan? Pues en parte con el dinero que la SGAE recauda y cuyos autores no logra identificar.
La resoluci¨®n de estos problemas ya ha sido emprendida por una junta interina rectora que ha dirigido la entidad entre la intervenci¨®n judicial y estas elecciones, cuya convocatoria hay quien juzga que se ha retrasado por una torpeza pol¨ªtica achacable tanto al anterior equipo ministerial como al actual.
Las esperanzas de una parte significativa de los autores de presentar una candidatura de consenso para superar la tormenta qued¨® r¨¢pidamente desechada por la polarizaci¨®n del debate surgido entre Sastr¨®n (exmiembro de la junta que ya fue candidato ¡°contra Bautista¡± en las ¨²ltimas elecciones) y Reixa (que vino a erigirse en representante de cierto progresismo).
Con los ¨²ltimos movimientos, los cerca de 20.000 autores con derecho a sufragio (se ha ampliado en 12.000 la base al otorgarse el voto a los herederos y a aquellos que hayan generado derechos por valor de 640 euros en los ¨²ltimos cuatro a?os) se enfrentan a una panoplia de opciones algo confusa. De la candidatura de Sisa, que cuenta con Imanol Uribe, Manuel G¨®mez Pereira o Ana Diosdado (la lista no designar¨¢ presidente hasta no saberse con apoyos suficientes para nombrarlo), a la m¨¢s que probable propuesta individual de Caco Senante, quien durante a?os fue hombre fuerte de Teddy Bautista y que pese a que reivindica el pasado, asegura que no es continuista. Lo peor es que, a estas alturas, todav¨ªa resulta dif¨ªcil entender por qu¨¦ demonios alguien querr¨ªa meterse en un jaleo as¨ª.
Cronolog¨ªa de un hundimiento
El 30 de junio de 2011 la SGAE celebra elecciones y la Junta Directiva cercana a Eduardo Teddy Bautista gana los comicios. Su rival, Jos¨¦ Miguel Sastr¨®n, acusa a los vencedores de fraude.
El 1 de julio, la Guardia Civil entra en el palacio de Longoria, sede de la Sociedad. Cuatro directivos ¡ªentre ellos al presidente de su consejo directivo, Teddy Bautista,¡ª son detenidos por una trama que supuestamente desviaba fondos a empresas privadas.
El 1 de diciembre la entidad presenta al Ministerio de Cultura la reforma de sus estatutos, aprobada por una asamblea extraordinaria. En febrero, el ministerio da su visto bueno, lo que permite a la SGAE convocar nuevas elecciones.
La juez Yolanda Urban S¨¢nchez desestima el 12 de marzo una demanda con la que Bautista reclamaba 1.400.000 euros por despido improcedente.
En las elecciones del 26 de abril, m¨¢s de 21.000 socios elegir¨¢n a los miembros de la Junta Directiva que gobernar¨¢ la Sociedad General de Autores y Editores durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
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