La percusi¨®n venida del espacio
Manu Delago se ha hecho famoso gracias a sus 'performances' con el 'hang' Es un instrumento contempor¨¢neo que recuerda a un ovni pero tiene un sonido "m¨¢gico"
Parece un peque?o ovni. Pero en vez de una patrulla de min¨²sculas alien¨ªgenas de ello sale una melod¨ªa delicada aunque ritmada. ¡°Es una mezcla entre una arpa y una tabla; puede pasar de un sonido bonito y m¨¢gico a uno m¨¢s percusor¡±, es como Manu Delago resume las sinfon¨ªas producidas por este peculiar instrumento que responde al nombre de hang. Desde hace nueve a?os el m¨²sico se ha subido a su mininave espacial y ha puesto las coordinadas del ¨¦xito. El viaje le ha llevado por todo el planeta, de su Austria natal hasta Zimbabue, pasando por Buenos Aires, desde donde coge el tel¨¦fono.
El ovni de las percusiones aterriz¨® en la Tierra hace 12 a?os, de la mano de los suizos Felix Rohner y Sabina Sch?rer. De hecho, mano es su significado en bern¨¦s, el idioma del cant¨®n suizo de Berna, y la herramienta principal para tocarlo. Tres a?os despu¨¦s de su bautizo el invento ocupaba la pantalla del ordenador que, en su casa de Innsbruck (Austria), miraban Delago y su padre. ¡°No sab¨ªamos exactamente qu¨¦ era. Escuchamos unos sample y lo compramos por Internet. Nos cost¨® unos 500 euros¡±, relata Delago el arranque de su historia de amor.
Como en toda cita a ciegas, el comienzo fue marcado por alg¨²n que otro malentendido. Delago y su hang hab¨ªan de conocerse mejor. ¡°No ven¨ªa con instrucciones, por lo que no sab¨ªa si ten¨ªa que estar de pies o sentado ni c¨®mo tocarlo¡±, recuerda el austriaco. Eso s¨ª, hab¨ªa algo de su nueva pareja art¨ªstica que le sedujo desde el principio: ¡°Dondequiera que lo toques, suena, por lo que es f¨¢cil crear sonidos. Pero lo complicado es controlarlo, tener conciencia de qu¨¦ se est¨¢ tocando¡±.
Tampoco debi¨® de costarle demasiado: sentado detr¨¢s de unas percusiones, Delago est¨¢ mejor que Pedro por su casa. A ellas el austriaco ha dedicado la mayor¨ªa de una carrera que empez¨® con una licenciatura en m¨²sica cl¨¢sica y una mudanza a Londres, a descubrir los misterios del jazz. ¡°Intento tocar de todo y ser cuanto m¨¢s vers¨¢til posible¡±, asegura Delago. Aunque poco a poco el hang fue gan¨¢ndose un lugar al sol en su repertorio: ¡°Su sonido es ¨²nico y me gustaba cada vez m¨¢s. En torno a 2007 se convirti¨® en mi instrumento principal. Ahora sigue siendo muy importante, aunque tambi¨¦n toco percusiones el¨¦ctricas y otras cosas¡±.
Sin embargo, al menos en YouTube, artista e instrumento son indisolubles. Los v¨ªdeos de sus solos con el hang, que el m¨²sico empez¨® a colgar, recibieron millones de visitas, catapult¨¢ndole de repente bajo los focos. De ah¨ª que Delago no olvide darle las gracias a la Red: ¡°Es una oportunidad incre¨ªble. No necesitas grandes distribuidoras. Subes el v¨ªdeo de una performance, empiezas a recibir cr¨ªticas positivas y el mensaje se difunde¡±.
Hasta llegar a los o¨ªdos de Bj?rk. Desde hace a?o y medio Delago colabora con la cantante islandesa, que lo ha reclutado, junto con su hang, para la gira de promoci¨®n de su ¨²ltima creaci¨®n, Biophilia. ¡°Es una artista asombrosa. Un momento est¨¢ tocando algo suave y enseguida pasa a un sonido agresivo¡±, cuenta Delago.
Asombroso es tambi¨¦n el recorrido de un joven talento salido del oeste de Austria. ¡°Es fant¨¢stico, me cuesta creerme que es un trabajo¡±, comenta Delago sobre su trayectoria art¨ªstica. Y es que a sus 27 a?os ya le ha dado tiempo a volar por todo el globo y pisar los escenarios de medio mundo. Ni que tuviera un ovni.
Babelia
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