Buen amigo, buena gente
El dibujante Antonio Fraguas Forges rinde homenaje al humorista Antonio Mingote, fallecido hoy
En aquella lejana d¨¦cada de 1950, el chiste de Mingote en?Abc era lo ¨²nico que ve¨ªamos a todo color en los peri¨®dicos, a pesar de que sus dibujos eran, claro, en blanco y negro. Y as¨ª naci¨® mi admiraci¨®n por ¨¦l y el deseo de emularle en mi naciente vocaci¨®n de dibujante de chistes. Desde el primer momento en que nos conocimos, Antonio me acogi¨® en su inmensa paciencia y tolerancia, ense?¨¢ndome con su simpat¨ªa y sentido del humor una forma de estar en la vida muy distinta a la rigorosa y seria de sus coet¨¢neos.
Aquello de haber nacido el mismo d¨ªa, con 23 a?os de diferencia, ha sido para m¨ª algo m¨¢s que una curiosidad cronol¨®gica. Hemos celebrado muchos cumplea?os juntos; nos hemos felicitado por la radio; nos hemos reproducido dibujos rec¨ªprocamente; he intentado, a lo largo de mucho tiempo, ponerle al d¨ªa en la tecnolog¨ªa necesaria para nuestra profesi¨®n. Y, por fin, hace unos 10 a?os, le o¨ª decirme: "Antonio, qu¨¦ raz¨®n ten¨ªas: ?qu¨¦ gran invento es el fax!". Y, en ese momento ?zas! le coloqu¨¦ la inform¨¢tica: el Photoshop para colorear e Internet para mandar el chiste al peri¨®dico. Y se hizo un incondicional de las nuevas tecnolog¨ªas.
No hubo singular faza?a solidaria de humoristas gr¨¢ficos a la que Antonio no se apuntara inmediatamente. Doy fe y testimonio, afirmo. Era tan buena gente que su mayor insulto, generalmente dirigido a alg¨²n prepotente del momento, era: "mentecato", pero sin exclamaciones, ojo.
Su amor por los animales, que tantas veces demostr¨® en sus dibujos: una noche, hace a?os, en una cena en mi casa se pas¨® varias horas, sentado en el suelo, acariciando a nuestra 'venerable' perra Do?a Jimena, que ya muy mayor, estaba, adem¨¢s, muy malita.
De todos mis colegas ha sido el m¨¢s amigo; con el que m¨¢s me he re¨ªdo y, desde luego, del que m¨¢s he aprendido. Antonio se ha ido, s¨ª; pero por la mejor escalera por la que nos podemos ir: la formada por los pelda?os de sonrisas que hayamos conseguido causar a lo largo de nuestra vida. Muchos, muchos besos, Isabel.
Babelia
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