El alborotador del arte
Una retrospectiva en Londres recuerda la figura de John Berger y su documental de 1972 'Ways of seeing', que plante¨® una nueva aproximaci¨®n cr¨ªtica a la cultura
En 1972, una piedra lanzada en forma de serie documental de televisi¨®n de nombre Ways of seeing atraves¨® el cristal que proteg¨ªa la narraci¨®n de la Historia del arte. La mano ejecutora pertenec¨ªa al pintor, escritor y cr¨ªtico de arte marxista John Berger (Londres, 1926), cuya osad¨ªa provoc¨® un destrozo irreparable en la manera establecida de estudiar y aproximarse a la cultura europea de entre los siglos XV y XIX. Con planteamientos de claridad de la de a pie de calle, conscientemente alejados de la rimbombancia de los tecnicismos, Berger levant¨® el velo de mito y misterio que cubr¨ªa al arte occidental para exponerlo a una mirada divergente m¨¢s penetrante: la del individuo cr¨ªtico.
Transcurridos cuarenta a?os, la reposici¨®n de aquel documental de la BBC -pr¨¢cticamente relegado al recuerdo al no poder ser editado en DVD por problemas con los derechos de autor de las im¨¢genes que muestra- recuerda la importancia de aquel transgresor que quiso bajar el arte de su pedestal para acercarlo a la gente. Su proyecci¨®n en el Instituto Cinematogr¨¢fico Brit¨¢nico de Londres es la pieza central de la retrospectiva Ways of seeing: John Berger on the Small Screen (del 3 al 17 de abril), dedicada a repasar su legado a trav¨¦s de un ciclo de charlas y pel¨ªculas.
¡°Con este programa, como con todos los programas, recibes im¨¢genes dispuestas de cierta manera. Espero que tengas en consideraci¨®n lo que yo he dispuesto aqu¨ª, pero hazlo con escepticismo¡±. Desde esa premisa, afirmada al final del primer cap¨ªtulo de la serie, Berger trastoc¨® el discurso tradicional con cuatro propuestas para mirar el arte desde una perspectiva diferente al elitismo preponderante: acercarse a las obras desde el contexto contempor¨¢neo de su reproductibilidad, que da lugar a originales y copias; entender los desnudos femeninos de la pintura como proyecciones de la lujuria masculina; pensar en los cuadros de paisajes como reflejos de la vanidad de los propietarios de tierra; y ver la fotograf¨ªa como el sustituto de la pintura realista en la sociedad de consumo.
Posteriormente trasladado al papel en un libro del mismo nombre, Ways of seeing naci¨® en parte como respuesta al programa de 1969 Civilization, en el que el cr¨ªtico Kenneth Clark revisitaba la Historia del arte can¨®nica, desgranada en televisi¨®n para las masas. Y aunque los efectos de la contestaci¨®n de Berger han resultado ineludibles para la lectura del arte posterior, sus propuestas de democratizaci¨®n del arte han demostrado no tener una buena traducci¨®n en la realidad de la creaci¨®n contempor¨¢nea. Los precios astron¨®micos que alcanzan algunas obras en el mercado dejan patente, hoy m¨¢s que nunca, que el arte no es para todo el mundo; si bien, y para el regocijo de Berger, los museos registran millones de visitantes cada a?o.
Aunque muchas de sus ideas -como las inspiradas en el humanismo marxista de Walter Benjamin y su ensayo de 1936 La obra de arte en la era de su reproducibilidad t¨¦cnica- hayan podido quedar desfasadas para un tiempo de crecientes desigualdades econ¨®micas y sociales, el esfuerzo de Berger por provocar y espolear el pensamiento cr¨ªtico siguen manteniendo la frescura de lo necesario. De sus teor¨ªas en s¨ª mismas, tampoco quiso nunca convencer a nadie. En Ways of seeing reconoc¨ªa las limitaciones: ¡°El modo en que vemos las cosas est¨¢ afectado por lo que sabemos y lo que creemos¡±.
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